En Asturias vivimos pegados a un paraguas durante las cuatro estaciones. El agua se presenta a menudo, unas veces toma la forma de aguacero, otras de orbayu, en ocasiones se difumina como niebla, a veces se viste de chaparrón y en las alturas de nieve. Si queremos el paraíso de color verde, tenemos que amar el agua y la humedad que forman parte del ADN asturiano. Y para ello necesitamos planes alternativos, que no dependan de un cielo despejado.
Parque de la Prehistoria de Teverga
Una fachada en forma de media luna incrustada en una loma verde da paso a un proyecto pionero que recoge la muestra más amplia de arte paleolítico, tanto en España como en el resto de Europa. Busca una función divulgativa y otra de conservación, ya que muchas cuevas originales no se pueden visitar y aquí pueden verse reproducciones. En La Galería se muestran diferentes paneles, fotografías y facsímiles de cuevas como Covaciella en Asturias, Altamira en Cantabria o Lascaux en Francia. La Cueva de Cuevas es el espacio sensorial donde el visitante puede experimentar la pintura rupestre tal como la veían nuestros antepasados hace miles de años. Son tres réplicas exactas de tres lugares únicos: el panel principal de la Cueva de Tito Bustillo (Ribadesella) como ejemplo de policromía, el Salón Negro de la cueva de Niaux (Pirineo Francés) mostrando la técnica de dibujo negro y la Cueva la Peña de Candamo, gran ejemplo de escenografía paleolítica.
Cenas acuáticas en Gijón
No nos referimos a cenar en una terraza mientras el agua cae a nuestro alrededor, sino a bajar a los fondos marinos que recrea el Acuario de Gijón y cenar rodeados de algunas de las cuatrocientas especies marinas que alberga. El precio incluye una visita al acuario para conocer los más de sesenta ecosistemas que recrean la fauna y la flora de lugares como los océanos Índico y Pacífico, el Caribe o el Mar Rojo. Y terminar la velada cenando en mesas instaladas entre los acuarios, disfrutando de un menú de gala entre tortugas gigantes, coloridos peces tropicales, rayas y otros compañeros marinos.
Museo Bellas Artes de Oviedo
A menudo la Catedral roba protagonismo a este completo museo cuando se trata de elegir una visita cultural en la capital del Principado. Pero el Museo de Bellas Artes nos ofrece una colección de más de quince mil piezas que van desde el siglo XIV a la actualidad, repartidas en una serie de edificios emblemáticos que suman más de cuatro mil quinientos metros cuadrados. De sus paredes cuelgan cuadros de Sorolla, El Greco, Murillo, Zurbarán, Goya, Picasso, Dalí, Tápies o Miró; esculturas, grabados, fotografías, piezas de vidrio o loza… Un plan para los amantes del arte.
Niemeyer cultural en Avilés
La cúpula del Centro Niemeyer nos llama para adentrarnos en el arte y las diversas manifestaciones culturales, que en diciembre son muchas, variadas y de gran calidad. A lo largo del mes habrá ocho días en los que se proyectará cine entre los que destacan títulos como Mary Shelley o Clímax. El 7 de diciembre sonará la música de Cosmosoul, el día 12 coge el testigo Leticia Dolera y el 14 se representa Goldi Libre, teatro documental en gallego con subtítulos. El 16 sube el voltaje con el ballet El Cascanueces, a cargo del Ballet Nacional Ruso. El día 21 la obra teatral Freda, el 23 Enol Ensemble interpreta las Variaciones Goldberg de Bach, en versión de trío de cuerda y el 28 de diciembre cierra el mes la música con una Noche Sabinera, en la que los músicos de Sabina interpretan sus temas y luego invitan al público a escoger entre sus canciones y cantar con ellos.