Diego es un niño especial. No solo porque tenga ciertos problemas cognitivos, sino porque se hace querer de una manera que nadie acierta a entender. “No sabemos la razón, porque niños como él hay miles -comenta Javier Muñoz, su tío-, pero la gente lo quiere un montón. Tiene algo que vaya por donde vaya y esté con quien esté, atrae”. Él es el protagonista de “El Reto de Diego”.
A Javier Muñoz, toledano y asturiano de adopción, le encanta el ciclismo desde que tiene uso de razón. De pequeño acompañaba a sus hermanos a la Clásica de Los Lagos y ahora, ya de mayor, ha transformado ese amor por el ciclismo en un reto solidario. Como íbamos diciendo Diego, su sobrino, tiene algunos problemas cognitivos y con tres años todavía no andaba. Todos los días acude a una asociación sin ánimo de lucro que hay en Parla -Madrid- llamada ADEMPA. En ella, más de 38 profesionales trabajan con niños que tienen capacidades diferentes. Viendo esta situación, Javier hizo una promesa: si Diego comenzaba a andar antes de acabar el 2020, él se comprometía a ir desde Parla a Los Lagos de Covadonga en bici. Este fue el inicio de El Reto de Diego. “La verdad es que veo que el niño, aunque no es consciente de nada de todo esto que se mueve a su alrededor, se está esforzando mucho porque no descansa ni una sola tarde. Los fines de semana el pobre se levanta a la una del reventón de semana que lleva encima. Todas las tardes tiene talleres, fisios, actividades y yo quería hacer algo por él y por quienes le están ayudando. Justo este año era el cuarenta aniversario de la Asociación y no se pudo celebrar nada por el tema del Covid, así que me planteé la posibilidad de recaudar algo de dinero para ellos a través de una acción solidaria. Lo puse en conocimiento de la directiva y todos estuvieron encantados”.
Diego es un niño especial, con ciertos problemas cognitivos, pero que se hace querer vaya donde vaya.

Lo que comenzó como un proyecto sencillo se ha convertido sin pretenderlo en una marea de solidaridad que ha desbordado a todos. Los medios de comunicación se volcaron para darles visibilidad, en menos de un mes el cartel promocional tenía los espacios destinados a los colaboradores completos y la gente seguía llamando para aportar su granito de arena. Javier reconoce orgulloso que él no tuvo que llamar a ninguna puerta porque ha sido la propia gente la que ha querido implicarse y ser partícipe de todo desde el primer momento. Diseñaron maillots personalizados, camisetas, pulseras, cuelga llaves y también un cuadro representativo del reto realizado a base de personajes de la vida real y de película relacionados con el tema de la superación. “De todo el tema del diseño se ha encargado un primo-hermano que se llama Ismaelo y es un artista retro-pop. Él se dedica a esto de manera profesional y sabía que le iba a encantar participar de todo ello. También se encargó de hacer todo el tema de grabaciones en vídeo porque llevaba un coche de apoyo en el que iba él y el padre de Diego y, durante los tres días que duró el reto, me estuvieron dando todo lo que necesité”.

Lo que comenzó como un proyecto sencillo se ha convertido sin pretenderlo en una marea de solidaridad que ha desbordado a todos.
La ruta se dividió en tres etapas. La primera fue Parla-Valladolid, la segunda Valladolid-León y por último León-Lagos de Covadonga. Siete horas diarias de bici que culminaron en una subida a Los Lagos un tanto épica ya que el tiempo no acompañó demasiado y el punto final se puso entre niebla y orbayu. Siendo Asturias no podía ser de otra manera. Ese mismo día, y de manera simbólica, se entregó en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cangas de Onís, a un representante de la Asociación, un cheque con el dinero recaudado. “Entregamos más de nueve mil euros a ADEMPA que era todo lo habíamos conseguido hasta la fecha. Pero viendo la implicación de la gente, hemos mantenido abierta la posibilidad de seguir colaborando a través de la compra de todo el material que hemos elaborado. Contamos con que antes de que acabe el año podamos entregarles otro cheque con unos mil euros como mínimo”.

“Entregamos más de nueve mil euros a ADEMPA que era todo lo habíamos conseguido hasta la fecha. Pero viendo la implicación de la gente, hemos mantenido abierta la posibilidad de seguir colaborando”
Se sienten orgullosos, no solo de Diego y el esfuerzo que está haciendo para superar sus limitaciones, sino también de toda la gente que se ha implicado de manera totalmente altruista en el proyecto, también con todos los organismos oficiales como los ayuntamientos que han colaborado facilitando al máximo las cosas y los trámites. Este era el primer reto solidario que afrontaba Javier, pero en la mente ya se está gestando el reto 2.0 como él reconoce entre risas. “Hablando con un chico que hace este tipo de cosas, me dijo que tuviese cuidado porque estos proyectos enganchan. Si sales a entrenar solo porque te gusta el ciclismo te puede costar un poco, pero cuando lo haces con un objetivo como este, la motivación es mayor. Está por ahí el Angliru que es un puerto que nunca he subido y no descarto poder hacerlo”.
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