Como no encontraron un espacio físico donde trabajar y desarrollar todas sus ideas, lo crearon. Así nace Camaleón de Rubik, un luminoso coworking e incubadora de startup con carácter y sello propio. Un espacio creativo y colaborativo abierto a empresas, emprendedores y profesionales. En el corazón de Oviedo, Ángel Domínguez Gil junto a su compañero Gaspar Fernández Domínguez, lideran este proyecto pionero en Asturias donde las personas son el centro de todo. ¡Bienvenidos a una jungla donde todo puede pasar!
-Ángel, ¿cómo nace la idea del Camaleón de Rubik?
-Gaspar y yo somos amigos desde cuando estudiamos en el colegio aquí en Oviedo, nos conocemos desde hace 36 años. La vida nos separó más adelante porque fuimos emigrantes. Gaspar vivió varios años en Holanda y Suiza, y yo en República Dominicana, Madrid y Barcelona. Hace unos seis años regresamos a Asturias para colaborar en un proyecto de la empresa Cafento, él como arquitecto para la remodelación de unas oficinas y yo como director de Marketing y Transformación Digital. Ahí estuvimos estudiando y analizando los nuevos espacios de trabajo que ya se están imponiendo desde hace tiempo en otros países con la intención de trasladarlo aquí. Ahí surgió el germen del Camaleón.
-¿Qué podemos encontrar en este espacio?
-Pues por un lado un coworking colaborativo, un espacio donde la gente puede venir a trabajar, se quita un gasto fijo y pasa a tenerlo variable según sus necesidades, donde puede colaborar con otros profesionales, tiene a su disposición medios que de otra forma no tendría… El otro negocio que está instalado también en El Camaleón, pero es independiente, es una incubadora de empresas o emprendedores, ‘La Jungla’, donde nosotros ofrecemos al emprendedor un apoyo de prácticamente 360° en lo que pueda necesitar. El emprendedor puede saber mucho de un tema, pero hay una serie de aspectos importantes y relevantes que normalmente desconoce y a los cuales le es difícil acceder, o bien por su coste o por desconocimiento. Introducimos al emprendedor en un proceso de incubación que puede durar de tres a doce meses, en el que damos forma al proyecto. A cambio le pedimos un muy pequeño porcentaje de su empresa, no tiene que realizar ningún desembolso monetario. Con ello también les demostramos que nosotros apostamos por su proyecto, nos la jugamos con ellos, será su éxito y el nuestro.
“Creemos en el poder de la colaboración y, por tanto, quien forme parte de esta ‘jungla’ encontrará a muchos ‘animales’ que le aporten mucho desde todos los campos y especialidades”
-¿Quiénes son los camaleones que habitan esta jungla? ¿Cuál es su perfil?
-Hay de todo. Decimos que es la jungla porque está formada por personas de lo más diverso y variable. Tenemos desde profesionales independientes que trabajan en el coworking: diseñadores gráficos, fotógrafos, programadores, copywriter hasta empresas de tecnología con un perfil más tradicional, pero que también están innovando y lo mismo pueden estar en la incubadora que en el coworking. Todos al final se relacionan y generan sinergias. De hecho, muchos de los camaleones han conseguido clientes, proveedores y socios estando aquí.
El equipo es la base de todo proyecto de éxito, forma parte de nuestra filosofía, creemos en el poder de la colaboración y, por tanto, quien forme parte de esta jungla encontrará a muchos ‘animales’ que le aporten mucho desde todos los campos y especialidades. Emprender el vuelo es más fácil si es en la jungla.
Por otro lado, decimos que somos camaleones porque nos adaptamos a las diferentes situaciones, nos gustan las nuevas ideas, los proyectos innovadores y las personas que apuestan por ello.
-Aparte de estas actividades relacionadas con la empresa, ¿qué más cosas ocurren en El Camaleón?
-El Camaleón es un ecosistema que supera con creces nuestras ideas más locas. Al final del día pueden convivir de manera habitual entre 15 y 25 personas, pero también tenemos salas que se pueden alquilar para eventos y entonces pueden coincidir aquí entre 75 y 100 personas. Como te imaginarás, de la interacción de todas ellas ocurren un montón de cosas y se producen muchas actividades que nosotros nunca nos hubiéramos imaginado que tendrían lugar.
En este sentido y como nosotros no pretendemos hacerlo todo, miramos en qué aspectos nos gustaría aportar valor, qué necesidades vemos y a partir de ahí buscamos partners que puedan darnos ese apoyo. Por ejemplo, impartimos talleres de literatura y escritura para personas mayores y para ello contactamos con una escritora que trabaja desde hace tiempo en esa línea. En breve vamos a lanzar un curso para emprendedores que quieran mejorar su discurso en inglés, para ello buscamos a un proveedor de confianza para la parte formativa y lo damos.
Y luego, en la sala que tenemos polivalente tienen lugar cosas de lo más diverso, un día a la semana hay clases de yoga, pero también puede haber presentaciones de libros o charlas sobre temas de lo más variado. Concebimos el espacio como algo flexible, de hecho, muchas mesas son plegables, sillas apilables para que el espacio se pueda adaptar a las necesidades de cualquier cosa que pueda necesitar una persona.
“Apostamos por el talento, da igual de dónde venga. Si tienen talento este es su espacio”
-Hace algo más de un año que está funcionando vuestro proyecto, la idea entonces la gestasteis durante la pandemia…
-Sí, de hecho, la gestión del local se hizo durante la pandemia lo que nos ocasionó varios retrasos, pero también es cierto que nos ayudó en cuanto a la mentalidad de nuevos espacios de trabajo de este tipo, una nueva forma de trabajar.
-¿Quiénes formáis parte de este equipo?
-Gaspar y yo somos un poco los que lideramos el proyecto. Luego, estamos rodeados de un equipo multidisciplinar que vamos intercalando en los proyectos según las necesidades. Contamos con un responsable del área legal, otro para el tema del diseño y luego tenemos un equipo de mentores tanto a nivel nacional como internacional a los que acudimos según las necesidades del proyecto. Hoy en día no tiene ningún sentido emprender si no tienes una visión global. Apoyamos la economía local, proveedores de cercanía, pero eso no quita que la visión del negocio y las miras estén puestas en lo global.
“El espacio tan solo es el lugar de encuentro, lo importante siempre es el contenido, las personas. Espacios tan bonitos como el Calatrava si luego están vacíos no tienen nada”
-¿Qué hace de un espacio coworking un sitio especial?
-Lo especial es la gente. El espacio tan solo es el lugar de encuentro, es la excusa, lo importante siempre es el contenido, las personas que lo habitamos. Espacios tan bonitos como el Calatrava si luego están vacíos no tienen nada.
-¿Qué aportáis de distinto al emprendimiento respecto al trabajo que hacen empresas públicas como Gijón Impulsa o el Taluz de la Ería (Oviedo)?
-La primera diferencia es algo que te comentaba antes, el enfoque global. Gijón Impulsa o los organismos locales, son locales, no van más allá. Nosotros no tenemos esa limitación territorial. Otra diferencia es que nosotros somos emprendedores con experiencia. En la mayoría de estos organismos hay maravillosos profesionales pero que no han vivido en primera persona el emprendimiento.
En el fondo, somos complementarios. Ellos ofrecen un servicio en las primeras fases del proyecto y en una incubadora como la nuestra impulsamos un proyecto para llevarlo a otro nivel en un período más corto de tiempo. En Valencia, por ejemplo, la Lanzadera de Juan Roig (presidente de Mercadona) que es una aceleradora de empresas de capital privado, ha hecho que el ecosistema se dinamice por completo y a gran velocidad. En Asturias la parte pública lleva mucho tiempo haciendo muy bien las cosas, está muy potenciada, solo faltaba una pata a esa silla y era la iniciativa privada que sumara a lo que ya se está haciendo. La iniciativa pública creo que está encantada de que vengamos a apoyar.
-¿Sois entonces pioneros en Asturias?
-Hay algunas iniciativas privadas, pero son proyectos muy digitales. Una apuesta real, con un sitio físico al que puedas venir a trabajar o hablar con un profesional que te mire a la cara; que te ayuden a acceder a vías de financiación de forma ágil y rápida… no, no hay nadie que lo haga a nivel privado. Somos pioneros.
-¿Qué ha sido lo más gratificante que habéis experimentado en este tiempo de vida?
-Sin duda, lo más gratificante, como todo en la vida, es lo relacionado con las personas. Antes de abrir, Gaspar y yo pensamos en personas que debido a la pandemia tenían situaciones complicadas en sus casas y podían ser posibles usuarios de este espacio coworking. Llevaban mucho tiempo en casa, teletrabajando, sin poder diferenciar el espacio de trabajo del personal, llevaban una vida agotadora a nivel psíquico. Así que nos pusimos en contacto con ellas. Pasados unos meses nos dijeron que les habíamos cambiado la vida y es que nosotros lo vimos. Ver su felicidad, fue lo más gratificante.
”Apoyamos la economía local, pero eso no quita que la visión del negocio y las miras estén puestas en lo global”
-¿Habíais tenido previamente experiencias en el mundo del emprendimiento?
-Sí, los dos. Siempre decimos con orgullo que nosotros creamos un espacio como emprendedores para emprendedores. Creemos que es muy difícil ayudar a un emprendedor si nunca has emprendido. La gente aquí se encuentra muy a gusto porque todos hablamos el mismo idioma y tenemos los mismos problemas. Eso genera mucha empatía.
-En este corto tiempo de vida del Camaleón ¿han salido ya empresas de vuestra incubadora?
-Han salido empresas que entraron en una fase y se han ido en otra, lo cual es genial. Es muy satisfactorio ver a empresas que entraron en El Camaleón hace seis meses, y luego se han marchado porque esto ya se les ha quedado pequeño, necesitaban seguir creciendo y recorriendo mundo. Nosotros ayudamos al emprendedor en un período muy determinado de su camino como empresa, más adelante les ayudan otros.
-Comentabas antes que vosotros teníais una pequeña participación en cada una de las empresas que se han gestado con vosotros. Estáis creando como una red de ‘hijos’ que llevan también una parte de vosotros. ¿Cómo vivís esto?
-Es como si tuviéramos un pequeño arca de Noé donde se van metiendo pequeños animales que luego se van surcando el mar por su cuenta. Nosotros al final por lo que apostamos es por el talento, da igual de dónde venga. Si tienen talento este es su espacio, todo es más fácil si te lanzan.
“Creemos que es muy difícil ayudar a un emprendedor si nunca has emprendido. Aquí todos hablamos el mismo idioma”
-Vosotros que habéis tenido que marchar de Asturias por razones laborales y habéis regresado, ¿cómo veis el emprendimiento en la región? ¿En qué momento nos encontramos?
-Esta es un poco la eterna pregunta. Creo que este momento que estamos viviendo es bueno para el emprendimiento. El concepto de trabajo está cambiando, ya no tienes en la cabeza eso de un trabajo para toda la vida y esa visión te la da el contexto en el que estamos: guerra, pandemia, crisis… eso hace que no haya nada seguro en este momento. Y en este entorno es donde la gente suele emprender más porque hay que buscarse la vida. Y Asturias creo que tiene una gran oportunidad porque es un lugar donde hay mucha calidad de vida, es asequible, tiene buenas comunicaciones y en un momento donde el presencialismo no es importante, donde está asumido que puedes hacer una reunión por videoconferencia y no tienes que coger un avión a Madrid, nos pone en una situación aún mejor respecto a otros sitios. La climatología también nos beneficia, hay lugares donde como hemos visto este verano es insoportable vivir y trabajar. Todo esto hay que capitalizarlo y dotar a la comunidad de estructuras como la nuestra u otras, para que la gente quiera venir aquí a desarrollar sus proyectos.
-¿Qué canales utilizáis para dar a conocer vuestro proyecto?
-Canales digitales porque al final es donde más podemos amplificar nuestro discurso y targetizar el público al que nos dirigimos. Estamos presentes en las redes sociales, luego la parte más relacionada con el emprendimiento la trabajamos vía Linkedin que es la red más adecuada para ello. La parte social-cultural la desarrollamos vía Instagram. Además, acudimos a eventos donde están otros emprendedores para estar al lado de la gente, las relaciones humanas son fudamentales.
-En tus palabras se nota ‘buen rollo’, positividad… ¿hasta dónde?
-Uno de los mantras que mantenemos es que algo que no sea divertido no es sostenible en el tiempo. Y eso es a todos los niveles: relación, amistad, pareja, trabajo… Creemos que la vida ya tiene suficientes reveses y que si no los compensas llega un momento donde te apetece mandar todo al carajo. Por eso es tan importante disfrutar y pasarlo bien con lo que haces. Yo lo hago con mi trabajo y si preguntas a Gaspar creo que te diría algo muy similar.