En el polígono de Asipo, la iglesia que otrora formó parte del complejo de la fábrica de explosivos Santa Bárbara se ha desacralizado y convertido en lugar de peregrinaje para los amantes del skate.
El colectivo Church Brigade la adquirió hace unos años y montó una rampa de skate en su interior, pero fue el trabajo que el artista plástico Okuda San Miguel ha realizado en sus bóvedas y paredes lo que le ha hecho traspasar fronteras. A modo de nuevo Miguel Ángel, este artista santanderino forjado en el arte contemporáneo trabajó intensamente con su equipo a lo largo de siete jornadas para transformar el lugar en un centro de peregrinaje skate en lo que ha rebautizado como Kaos Temple. Un creador que, emulando al dios de la Biblia, utilizó los mismo días para construir un entorno de luz y color, alrededor de un motivo: la Kaos Star. «El icono abstracto que me abandera es la Kaos Star –explica Okuda-, que es como una rosa de los vientos asimétrica y que justo habla de lo contrario. Indica que da igual dónde esté el norte o el sur, lo importante es perseguir tus deseos y tus metas por encima de todo. En vez de la cruz cristiana, esa estrella es el icono de esta iglesia».
En este trabajo Okuda San Miguel destaca que «la primera vez que vi el lugar me impresionó el tamaño, como cuatro pisos de altura pero todo abierto y con esta simetría increíble entre las bóvedas y las rampas. Cuando trabajamos, el sonido me impactó bastante. La sonoridad variaba dependiendo de a qué altura estuviese la grúa. Y al terminarla, me sorprendió muchísimo el contraste entre mi trabajo contemporáneo y la arquitectura clásica».
El destino que se ha dado a la iglesia y las pinturas realizadas en su interior destacan en el entorno del polígono industrial que lo rodea. «La verdad es que alrededor es todo muy gris –confirma Okuda-. Incluso el tiempo que había cuando hicimos el trabajo en octubre de 2015, era bastante gris. Casi hay más luz dentro de la iglesia que fuera. Pero justo esa es la idea, poner color al polígono. Acabo de pintar el exterior de otra iglesia en Marruecos, y es muy curioso ver cómo con sólo una pintura se puede cambiar totalmente un entorno».