Lleva en Roces Porceyo más de veinte años. Durante este tiempo ha podido comprobar la transformación experimentada en el polígono, la mejora de sus infraestructuras, la apertura y el desarrollo de sus empresas y también las difíciles circunstancias que han llevado al cierre de algunas de ellas. Desde su posición en la presidencia de Gespor, Ignacio Pelayo, asegura que el punto de inflexión de la crisis ya ha pasado, aunque hay que seguir luchando.
-¿Están satisfechos en la Asociación con el nivel de implicación que existe por parte de los empresarios?
-De todas las empresas afincadas en el polígono debe haber un 30 o 35% asociadas. El problema que hay es que el asociarse es voluntario y la gente te dice que para qué lo va a hacer si hay unos cuantos empresarios que están pagando y ellos se están beneficiando de los servicios. Pasa también con el tema de la video vigilancia, muchos te dicen: ¿para qué voy a pagar si ya están vigilando el polígono y a mí me sale gratis? Todo esto cambiaría si fuese obligatorio pagar la cuota de asociado igual que lo es pagar la cuota de una comunidad.
-Usted lleva más de 20 años asentado en Roces Porceyo. ¿Cómo ha sido la evolución del polígono en estos años?
-Cuando llegué, parte de las calles estaban sin asfaltar, algunos de los viales estaban sin hacer, se inundaban las partes bajas del polígono cada vez que llovía, no había iluminación en todas las calles… Todo se solucionó gracias a la labor que hizo la anterior Junta siendo insistentes con el Ayuntamiento. Este trabajo fue muy importante y ahora el polígono está funcionando. Cuando llegamos nosotros nos pusimos con el tema de la seguridad porque poco más había que mejorar.
-¿Cuál sería la proyección de futuro de un polígono como el de Roces?
-Lo ideal sería conseguir más servicios como que alguna entidad financiera abriese aquí una oficina para no tener que ir a Gijón. Por poner un ejemplo te diré que yo tardo desde mi oficina a la estación de autobuses de Oviedo, cumpliendo todas las normas de tráfico, unos quince minutos. Y a la Plaza 6 de Agosto de Gijón tardo cinco minutos más por culpa de todos los semáforos que hay. Hemos tenido conversaciones con alguna entidad y cuando les planteas poner aquí una oficina, te piden la base de datos de tus asociados. Cuando ven que casi todos somos clientes, te dicen que para qué se van a meter en un gasto cuando el negocio ya lo tienen.
-¿Se puede decir que ha comenzado el repunte tras años de crisis?
-En el polígono ha empezado a notarse que ya no marchan empresas sino que están viniendo; también se nota que hay más coches aparcados en la calle. Yo creo que el punto de inflexión ya lo hemos pasado y la curva ha empezado a ir hacia arriba. Otra cosa será el tema político, que no sé hasta qué grado influye en que la gente invierta y se acabe de reactivar la economía.