La Raposa es protagonista de multitud de cuentos populares donde siempre se resalta su astucia, aparece con el nombre de Maruxa o Marica junto con Xuan (el lobo). En Villamexín (Prubaza) la llaman García García. Aparece tallada en la sillería gótica de la catedral de Uviéu representando multitud de fábulas.
Con el nombre de picatueru se conoce en Asturies al pájaro carpintero. En Fulgueraxú (Cangas del Narcea) se hablaba del Pataguín de Zarréu (Degaña) un héroe popular de gran fuerza y se decía que su poder provenía de haber conseguido La Yerba Cabrera, una 'hierba de virtud' que se reconocía porque "cantaba" la mañana de San Xuan en la falda del Picu Caniellas.
En algunas leyendas el diablo adopta la forma de un gran perro negro para asustar a la gente, en algunos casos a aquellos que, de noche, habían ido a robar la maquila del molino.
En La Matosa, los Montes de Sevares (Piloña), se dice que las víboras paren sus crías y revientan al parir, y en Tiraña (Llaviana) cuentan que devoran a sus crías para evitar que estas coman a su madre.
La represión del Santo Oficio, más conocido como la Inquisición también dejó su impronta en la tradición oral, no faltan antiguas casonas o monasterios atribuidos a 'una inquisición' que vivía allí y hacía desaparecer a las mozas del lugar o emparedaba para siempre haciéndoles sufrir el suplicio de la gota a los que no pagaban los diezmos, tal como se contaba del Monasterio de Oubona (Tinéu) o del de Vilanova d'Ozcos.
Es creencia en Casomera (Ayer) y el Valle de Turón (Mieres) que cuando la mustadiella (comadreja) se enfrenta a las culebras, cuando resulta mordida busca unos cardos (en Casomera conocidos como querdos mozalguiros) y se frota con ellos para anular el veneno y seguir combatiendo al ofidio.
La leyenda de San Jorge y el dragón tiene su inicio en el siglo IV. Se dice que nació en Capadocia, en la actual Turquía y que liberó a la princesa Sabra de las fauces de un dragón al que la habían ofrecido en sacrificio en Silene, una ciudad de Libia.
Ya comentamos hace tiempo en estas páginas algunas leyendas asturianas sobre Homes Llobu (Hombres Lobo), que tienen una especial densidad en los conceyos del suroccidente (Cangas del Narcea, Ibias, Degaña, Balmonte...) aunque también los encontramos en Llena y Cabrales.
La torre de Cazu, en el conceyu de Ponga, fue utilizada como prisión, era propiedad del señor Casso de Sorribas, que ejercía de justicias en lugar del rey, algo que en algunos conceyos asturianos se conocía como 'Señor de forca e cuchillo'.