Con el nombre de picatueru se conoce en Asturies al pájaro carpintero. En Fulgueraxú (Cangas del Narcea) se hablaba del Pataguín de Zarréu (Degaña) un héroe popular de gran fuerza y se decía que su poder provenía de haber conseguido La Yerba Cabrera, una ‘hierba de virtud’ que se reconocía porque «cantaba» la mañana de San Xuan en la falda del Picu Caniellas. Se decía, además, que esta hierba la llevaban los picatueros en el pico y tal era su poder que «calterizaba la madera». Esta creencia podemos encontrarla en el «Bestiario Toscano» de origen catalán (siglos XV-XVI), al hablar del pájaro carpintero dice: «Es un ave que tiene el pico muy fuerte y construye sus nidos en robles o encinas y los agujerea con el pico (…) a veces el hombre obstruye su nido con un pedazo de madera (…) el carpintero trae en su pico una hierba que nadie conoce y la pone sobre el pedazo de madera que, al instante, se desprende (…)». La Yerba Cabrera también aparece citada por el poeta asturiano Antón de Marirreguera en el siglo XVII. Dicha hierba fantástica figura en un proceso inquisitorial en 1576, en Toledo, contra el licenciado Amador de Velasco, astrólogo y «quiromántico» acusado de utilizarla «tocando cerrojos y cerraduras para que se abran». También la menciona Fray Benito Jerónimo Feijoo en 1745.
En Francia también se dice que la lleva el pájaro carpintero en el pico cuando tiene su nido obstruido y que, frotándose con ella, se adquiere una fuerza sobrenatural.
En Guérande esta hierba puede cambiar las cosas en oro. En Rusia la llaman «la hierba abridora» (Rastri-Trava). La leyenda del carpintero y esta hierba también aparece citada por Plinio El Viejo en su «Historia Naturalis» (siglo I). En Alemania la conocen como «hierba abridora» (Srpring-Wurzel) y la referencia más antigua la encontramos en la India, en el «Atharvaveda» hindú (hacia el 900 antes de nuestra era) donde se cita una «hierba rompedora» y un «pájaro de grandes alas que la encontró».
Volviendo a Asturies, el picatueru (en concreto el pito real) también se le llama Paxarón del agua pues, se dice, que su canto anuncia la lluvia.