No hay buena gastronomía sin buenos ingredientes; ni materia prima sin un entorno que la proporcione. Las vegas de la Ría Miranda son emplazamiento de huertas fértiles y cultivos variados, que están experimentando una incipiente modernización. El guiso se completa con carne roxa, caza o pesca, dando fundamento a una cocina casi autosuficiente y, sobre todo, muy sabrosa.
Si por algo se conoce Belmonte de Miranda, es por su comida. Restaurantes con fama propia tienen tirón suficiente para atraer a visitantes, los mismos que luego se quedan cautivados por el paisaje y el entorno. Pero lo primero es lo primero: la mesa, bien puesta y a buen precio, es uno de los principales recursos del concejo, y como tal se contempla.
De las vegas del Narcea y el Bajo Pigüeña, la zona conocida como la Ría Miranda, se obtienen todo tipo de hortalizas y legumbres: calabazas, cebollas, patatas, fabas, guisantes… La dispersión parcelaria impide la competitividad de la mayoría de estas huertas, aunque en los últimos años se están haciendo propuestas serias de nuevos cultivos, pensados para la venta y no el autoconsumo: arándanos, kiwis, fresas o productos de huerta ecológica van revitalizando poco a poco un paisaje agrario que aún tiene mucho que aportar a la economía del concejo. Mención aparte merece el cultivo de la escanda, materia prima del afamado pan de Belmonte, sus bollos y repostería.
De las vegas del Narcea y el Bajo Pigüeña, la zona conocida como la Ría Miranda, se obtiene una amplia variedad de hortalizas y legumbres: calabazas, cebollas, patatas, fabas, guisantes…
También la ganadería es uno de los sectores que más empleo genera en Belmonte, además de aportar un ingrediente básico en la restauración. La carne de vacuno es de excelente calidad. En el concejo hay más de 6.000 cabezas de ganado contabilizadas, la mayoría de ellas amparadas bajo la IGP Ternera Asturiana.
Aunque su fuerte es el ámbito deportivo, caza y pesca también aportan su grano de arena a la gastronomía local. En el caso de los pescadores, la presencia es más simbólica que otra cosa, ya que los salmones, truchas o reos de los ríos no se pueden comercializar, y por lo tanto no se encuentran en las cartas de los restaurantes. En cuanto a los cazadores, la afición en la zona es grande, y la mayor parte del concejo está incluido en el Coto Regional de Caza gestionado por la Asociación de Cazadores CDB Peñamanteca. Jabalí, corzo o venado son carnes recias para los que gustan de los sabores fuertes.
En un contexto regional donde la gastronomía es un tema básico, Belmonte usa los ingredientes locales como rasgo distintivo y ha conseguido hacer virtud en su diferencia, gracias al buen hacer de sus restauradores. Aunque la oferta de ocio es mucha y creciente, a Belmonte, como poco, se viene a comer bien. Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo