Perderse en cualquiera de sus bosques y escuchar el sonido de los pájaros, disfrutar de una puesta de sol en la Sierra de Peñamayor, visitar las cabañas donde antaño se ejercía el pastoreo tradicional, saborear algunos de sus platos típicos o conversar con los lugareños, son algunas de las experiencias que nos esperan en este concejo tranquilo con paisajes de ensueño y muchas leyendas.
Aquí es mejor venir sin prisa, y la verdad es que el entorno ayuda a parar revoluciones. Bimenes conserva todo el encanto de los concejos de interior y se ha esforzado en mantener su paisaje puro, sin adulterar, lleno de rincones que sorprenden al viajero. Por eso es importante hacer este recorrido sin tiempo, dejándose impregnar por la naturaleza, por sus gentes y su cultura. Nos encontramos en la cuna del asturianismo ya que este ayuntamiento ha sido el primero en declarar la cooficialidad de la lengua asturiana. Y aunque esta decisión fue declarada nula por el Tribunal Superior de Justicia, aquí se habla con toda naturalidad desde siempre y toda la señalización del municipio utiliza la llingua. Además, el primer sábado de julio tiene lugar la Fiesta de la Oficialidá, una celebración de asturianía donde no faltan la música popular, los bailes regionales, la degustación de productos autóctonos y un mercado de artesanía. Lo asturiano se respira.
Naturaleza y magia
Tesoros naturales esperan ser descubiertos como los bosques de castaños, alisos, saúcos y acebos que podemos encontrar en la ruta circular del Túnel de Saús que comienza y termina en el pueblo de Suares. Pero si lo que buscamos son panorámicas de ensueño, podemos tomar el sendero Peñamayor-Trigueiro que comienza en el pueblo de Melendreros y nos lleva a las cotas más altas del concejo. Allí entre montañas calizas de paredes verticales, arroyos y desfiladeros de vértigo, podemos admirar a vista de pájaro una panorámica privilegiada de Cordillera Cantábrica, Peña Mea, Sierra del Aramo, las Cuencas, el propio concejo de Bimenes y la majestuosa sierra de Peñamayor. Quién da más.
Las leyendas van asociadas a los paisajes porque la mitología yerbata tiene un poco de todo: Xanas, Nuberus, Trasgus o Diablillos rodean con su magia cuevas, fuentes y enclaves de este escarpado territorio. Como por ejemplo la leyenda de las Xanas de Melendreros, unas hadas que llenan de misterio las fuentes de Ruxiella y la Cueva del Encanto. O las de la fuente La Osiella, donde nace el río Pra en la zona de los montes de Peñamayor. O la del diablo Forniellos, enamorado de Gadea, protagonistas junto al guerrero Antón García de la historia legendaria que da nombre al pueblo de Santa Gadía y los pozos Forniello y Antón García. Estas historias y muchas más, arrullan al visitante y lo contagian de esa magia que flota en el ambiente reflejo de la espiritualidad de la zona. Aquí los mitos forman parte de la esencia de este pueblo, guardián y sabedor de este gran tesoro, tradición viva de historias milenarias.
Ya son veinte los años que viene celebrando Bimenes su hermanamiento con la localidad lusa de Miranda Do Douro donde el mirandés, lengua hermana de la asturiana, es oficial. Ambas son muy parecidas como se puede comprobar en la inscripción del monolito que desde el pasado año preside la plaza del Ayuntamiento de Bimenes, en Martimporra, ahora Plaza de Miranda Do Douro: «La nuesa alma ye la nuesa tierra», «la nuossa alma ya la nuossa tierra».
Bimenes, el primer municipio que declaró el asturiano como lengua oficial, ha dado un paso más aprobando por unanimidad de todos los grupos, una ordenanza que permite y normaliza el uso del asturiano en la administración. Una línea en la que va a seguir trabajando el regidor yerbato, Aitor García que considera que la «oficialidá nunca estuvo tan cerca como ahora».
Todos estos años de hermanamiento han sido también de intercambio cultural y folklórico. «Gracias a ello hemos establecido un vínculo muy estrecho con grupos de folklore mirandeses, especialmente con la Asociación Mirandanças, que cuenta con grupo de pauliteiros y grupo de danzas», explica Orfelina Suárez, presidenta de la asociación Folklórica y Cultural Los Yerbatos. Ambas delegaciones se visitan cada año. «Estos intercambios nos enriquecen humana y culturalmente. Quiero hacer una mención especial a una persona muy entrañable que nos ha aportado mucho, además de su amistad, me refiero a Marculino, maestro jubilado y escritor mirandés que nos ha enseñado mucho sobre su lengua, su cultura y tradiciones», apunta la presidenta de la asociación yerbata.
Veinte años de relación muy fructíferos a todos los niveles y que sin duda se van a convertir en muchos más.