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jueves 28, noviembre 2024

Cronista por unanimidad

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Lleva años trabajando como bibliotecario y coordinador del área de Cultura en el Ayuntamiento de Grado, a ello suma su condición de moscón y su orgullo de serlo. Pero ha sido el pasado 10 de febrero cuando este licenciado en Historia, autor de varios libros y gran defensor del patrimonio del concejo, ha tomado posesión como cronista.
-¿Qué importancia tiene la labor de un cronista en la vida de un concejo?
-Un cronista debe ensalzar lo importante de un concejo, su patrimonio, su historia y peculiaridades. Es alguien que observa la actualidad, reflexiona sobre ella y luego escribe. Es como un historiador que aporta un aspecto reflexivo.
-Al margen del devenir político…
-Una de mis mayores satisfacciones como cronista es que mi candidatura se aprobó por unanimidad de todos los grupos políticos con representación municipal. No hubo ninguna abstención ni voto en contra ni tampoco otras candidaturas. Una de las cosas más complicadas -aunque creo que en esto tengo una trayectoria que lo avala- es no ser en ningún momento parcial, no tener filias ni fobias políticas. Un cronista ha de ser objetivo, saber cuándo ha de decir las cosas buenas y también las críticas.
-Contó con un importante apoyo popular. Llegó a crearse en las redes sociales una página titulada «Gustavo Adolfo Fernández, cronista oficial de Grado, Ya».
-Sí, fueron varias las asociaciones que lo propusieron y he de confesar con cierto pudor, que a nadie le amarga un dulce -sonríe-. Un día, uno de mis hijos me preguntó qué era eso de cronista oficial y cuánto me iban a pagar. Cuando le contesté que nada, me dijo que por qué había aceptado. Me satisface el trabajo bien hecho y es mentira eso de que ‘nadie es profeta en su tierra’, a veces sí ocurre. La gente en su mayoría, suele ser agradecida o por lo menos yo quiero pensarlo así. Por tanto, me satisface que hayan pensado en mí para este cargo.

«En Grado es muy conocida la villa y el mercado pero hay un tesoro por descubrir en su zona rural»

-¿Cuál es su reto más inmediato?
-Grado tiene grandes carencias. Aún seguimos mencionando «Grado y su concejo» de Álvaro Fernández Miranda que data de 1907. Creo que va siendo hora de que a medio plazo editemos nuestra propia obra que no es necesario que sea de un solo autor sino que puede ser de varios.
A corto plazo quiero ponerme a trabajar en publicaciones, artículos, poner a disposición ciudadana estudios, fuentes del archivo histórico, fuentes orales, un trabajo que incluye una importante labor de campo.
-¿Cómo involucrar a las generaciones más jóvenes en el interés por la historia de su concejo?
-Hace tiempo que desde el área de Cultura en la que yo estoy, estamos trabajando en esa dirección, sumando a las actividades que se organizan desde el Museo Etnográfico, las asociaciones culturales o el Ayuntamiento. Y en eso hemos ido poniendo en práctica distintas iniciativas. Vienen historiadores, etnógrafos, musicólogos a dar conferencias sobre Grado o a participar en mesas redondas y eso luego se recoge y se publica en una revista anual que editamos aquí. También organizamos un ciclo que se llama ‘Este es mi pueblo’ donde son los vecinos de las distintas parroquias quienes comparten cómo ven ellos el concejo. Estas charlas se apoyan en ocasiones con diapositivas. Por otro lado, vamos a los colegios a organizar mesas redondas, a implicar a los chavales en la recogida de fuentes para que colaboren en la captación de testimonios de sus abuelos o de fotos antiguas para luego hacer exposiciones. Los niños no son solo los receptores de la historia sino también los protagonistas, sus actores principales, por tanto deben ser unos colaboradores más.
-Todos los lugares tienen sus secretos, sus tesoros. Dígame uno a descubrir en el concejo.
-Grado está en el centro de Asturias a dos pasos del área metropolitana y tiene naturaleza, un casco histórico declarado Bien de Interés Cultural, una concentración de lavaderos, fuentes históricas, abrevaderos y de eso no se habla nunca. Es muy conocida la villa, el mercado y eso está bien, pero hay un tesoro por descubrir en su zona rural: los valles del Cubia, la zona de Salceo… eso es etnografía, arquitectura popular, historia.
-Una curiosidad, ¿por qué a los de Grado se les llama ‘moscones’?
-Ese es un secreto que creo que no conocen ni los propios moscones. Aunque no hay nada seguro ni cierto, se cree que el gentilicio viene de la época medieval. Aquí había una familia muy importante que se apellidaba Mosca -María Mosca, Iohanne Mosca, etc- que tenía muchos vasallos a los que empezaron a llamar los Mosca, los Moscones. Y eso que ocurrió allá por el siglo XI y XII, acabó dando nombre a todos los habitantes del concejo.

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