Les Foces del Raigosu. La naturaleza viva

Es probablemente una de las rutas que mejor escenifican la belleza inmaculada que tanto idealizó Palacio Valdés. Esa Arcadia perdida se imagina perfectamente paseando por las inmediaciones de Peña Mea, con el arrullo del agua como agradable compañía.

Les Foces del Raigosu son una de las rutas estrella del programa Conoce y Vive tu Patrimonio, aunando turismo cultural y natural. Es uno de los itinerarios más conocidos de la comarca del Nalón: siete kilómetros de dificultad media-baja que recorren una zona de alto valor ecológico. Se incluye dentro del Monte de Utilidad Pública del Raigosu, una de las principales zonas de actividad ganadera de Laviana. Y a la vez, el monte está incluido dentro del Paisaje Protegido de las Cuentas Mineras.

El río Raigosu da nombre a la ruta y al conjunto de foces que en ella se encuentran, aunque en realidad el cauce se nutre de otros afluentes y ríos, como el Cañaínes (en la imagen), que aporta alguna de las cascadas más espectaculares.

El otro nombre oficial de Les Foces del Raigosu es PR-AS 290. Es una ruta homologada por la Federación regional de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo (FEMPA), y como tal hay cartelería explicando el recorrido y las claves para entender el entorno; además de señales en cada desviación del camino para marcar la dirección correcta.
El río Raigosu da nombre a la ruta y al conjunto de foces que en ella se encuentran, aunque en realidad el cauce se nutre de otros afluentes y ríos, como el Cañaínes, que aporta alguna de las cascadas más espectaculares. La pista arranca en el cruce de Les Mestres, junto a un panel informativo situado a unos dos kilómetros del pueblo de L’Acebal. Es éste el punto más bajo de la ruta, a 428 metros, que llegará a su pico en los 1.140 metros de Los Collaos, justo al final del trayecto, donde se obtienen unas tremendas vistas de todo el valle, Peña Mea y Peña Negra. Por el camino hay pequeñas joyas como la Cueva de Les Xanes, las ruinas de la antigua mina del Raigosu y paisajes montañosos dominados por Peña Mea, pero también la Peña Fano o el Pico Corgallones.
El esfuerzo es relativamente pequeño para la recompensa que ofrece el entorno en forma de preciosos paisajes. Pero hay que tener en cuenta es que la ruta se calcula sólo de ida: son pues siete kilómetros que se convierten en catorce, con lo cual es necesario calcular las fuerzas con realismo, aprovechando la ventaja de que la vuelta es cuesta abajo. Es también la oportunidad para volver a ver paisajes que vale la pena grabar en la memoria.

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