No tenía sentido que en el concejo donde más se ha promocionado el Afuega’l Pitu no hubiera producción propia. Por eso, la reapertura de la quesería local se ha vivido como una buena noticia, y viene a confirmar la vinculación de La Foz con este queso único.
Es el segundo queso más vendido de Asturias, después del Cabrales. Se ha hecho famoso por su peculiar textura, totalmente reconocible, y por su característico sabor ácido, con tonos picantes en la variedad de queso «roxu». A pesar de ser uno de los más antiguos de la región, fue necesaria la tozudez y el empeño de unos cuantos morciniegos para volver a poner el Afuega’l Pitu en el mapa, ya que su producción estaba casi abandonada. La recuperación está muy ligada al Certamen de La Foz, que este enero celebra su treinta y cinco edición. El reconocimiento de la Denominación de Origen Protegida fue la puntilla, y poco a poco se ha ido asentando este producto tanto en las mesas más tradicionales como en la alta cocina internacional.
También tuvo mucho que ver en esto la apertura de la quesería La Figar, en La Foz, gracias a un proyecto de investigación en colaboración con el Instituto de Productos Lácteos de Asturias para resolver un problema recurrente: el transporte y conservación de un queso que tiene que mantener necesariamente su textura y frescura.
La crisis se llevó por delante la producción de esta quesería, que fabricaba al estilo tradicional, siguiendo todas las indicaciones de la DOP, pero con una maquinaria que incorporaba los últimos avances tecnológicos. Y en cierto modo la crisis ha sido responsable de esta nueva apertura ya que, tras una temporada en el paro, Lucía Menéndez decidió dar el salto y poner de nuevo en marcha las instalaciones. No ha sido un salto al vacío: su hermano, maestro quesero, fue uno de los responsables del proyecto original de la empresa, y gerente durante los años que estuvo funcionando. Además, haciendo memoria, Lucía recuerda perfectamente a su abuela fabricando Afuega’l Pitu en casa; y por si fuera poco, su marido también es quesero en otra empresa.
Con semejante apoyo se ha lanzado a la aventura, y recientemente ha comenzado la elaboración y comercialización. Los trámites para entrar en la DOP ya están hechos de modo que, si los plazos lo permiten, por primera vez en años habrá un queso morciniego en el Certamen del Afuega’l Pitu. Sin duda es una buena noticia para los que gustan de los productos artesanos.
Por cierto, ya que se viene a La Foz no hay que perdonar una visita al Museo de la Lechería, una colección hecha con cariño y eficacia que está de la mano del conocido empresario Pepe Sariego. Allí se recopilan piezas únicas y se explica entre otras cosas la fabricación de éste y otros quesos, incluyendo una reproducción de una cueva de maduración de Cabrales.