El turismo de la sidra se ha convertido en su principal apuesta, pero Nava cuenta con una larga lista de atractivos que la convierten cada año en el destino de miles de visitantes. Hay planes para todos.
Nava se caracteriza por la variedad de su paisaje, con extensas zonas llanas que se alternan con partes montañosas. Atravesando bosques y verdes pumaradas, el visitante se adentrará en unos de los parajes más impresionantes de Asturias, la Sierra de Peñamayor o las Foces del Río Pendón, un regalo para los sentidos. Estos y otros enclaves naturales repartidos por el concejo, son el entorno ideal para la práctica de actividades al aire libre como la pesca, la caza, el senderismo, el trekking, ciclismo o BTT.
Nava vive de la tierra, impulsada por el sector primario, la madera y cómo no, el cultivo de la manzana, destinada a la elaboración de sidra natural, con una producción anual de más de diez millones de litros. Por tanto, no se puede abandonar este espacio sin conocer sus sidrerías y llagares, para disfrutar de la experiencia de tomar unos culines, conocer la magia del escanciado y el ritual de compartir vaso y sidra con los demás. Si se quiere conocer con más profundidad los aspectos culturales y etnográficos de esta bebida, tendremos que visitar El Museo de la Sidra situado en el casco histórico de la villa o acudir al Festival de la Sidra, una de las principales fiestas veraniegas que atrae a miles de personas cada año, donde esta bebida y sus tradiciones son los protagonistas.
Además de ser reconocida como «Villa de la Sidra» y tener hermosos paisajes, Nava cuenta con bellos conjuntos monumentales de gran importancia tanto artística como histórica. Entre ellos destaca el Palacio Casa-Fuerte de La Ferreira, edificio del siglo XIV de gran belleza, situado en Fuentesanta. Estas instalaciones antaño albergaron una fábrica de armas blancas, de ahí su nombre y cuenta la leyenda que también albergó a Doña Jimena, la esposa del Cid Campeador, siendo su lugar de residencia en períodos estivales.
Palacio de la Cogolla en el pueblo del mismo nombre, data de la misma época que el anterior. Un edificio de una sola planta de base cuadrada con una torre en la parte izquierda rematada por unas curiosas almenas.
Un buen ejemplo de arquitectura renacentista es la iglesia del Remedio, localizada en la parroquia del mismo nombre, del siglo XVI, lugar ideal para disfrutar del silencio y la tranquilidad en un entorno envidiable. También merece una visita la capilla de Santa Lucía en el pueblo de Ceceda. Se trata de una construcción sencilla del siglo XVII y en su interior se encuentran unas pinturas parietales, en las que se pueden ver dos figuras de tamaño natural, una de las cuales se cree que es Santa Lucía. Y por último, la capilla de Santo Tomás situada en lo alto del pueblo de Priandi, de orígenes románicos aunque luego tuvo que ser reconstruida como consecuencia de la Guerra Civil.
Las visitas al patrimonio monumental del concejo se pueden combinar con paseos al aire libre, para ello el concejo de Nava ofrece varias rutas señalizadas en plena naturaleza. Como la Ruta de las Foces del Río Pendón, de dificultad media, recorrido circular que parte de Fuentesanta y que tiene una duración de cuatro horas y media. La Ruta de les Brañes de la Múa, de dificultad media, recorrido circular que parte de El Cabañón y dura aproximadamente cinco horas. El Sendero del Remedio, que parte de la iglesia del mismo nombre y es también una ruta circular que a lo largo de nueve kilómetros nos muestra distintas construcciones típicas asturianas, bellos paisajes entre los que se pueden descubrir Xanas, Cuélebres o Busgosus. Este recorrido nos puede llevar dos horas y media aproximadamente.
Estas son algunas de las señas de identidad del concejo, pero tiene muchas más para descubrir: su gastronomía, sus ferias y mercados, sus fiestas tradicionales, sus gentes, sus costumbres, cosas que no se pueden contar en unas pocas líneas. Invitan a ser exploradas.