Hace cuatro años que la escuela deportiva Fulbito empezó su andadura. Con una metodología novedosa y bajo el lema ‘Jugamos para la salud’, el proyecto que tiene su sede en Navia, aglutina a cerca de setenta niños de distintos concejos del Occidente.Al frente de esta escuela se encuentran el argentino Jorge Reinaldo Pérez y el uruguayo Daniel Pérez Gotuzzo, ambos entrenadores titulados y con más de quince años de experiencia. “Llegamos a España en el año 90 y nos conocimos en el occidente en un momento en el que no había tanta inmigración. Nos hicimos amigos y tras entrenar en varios clubes de la zona empezamos a fantasear con la idea de crear una escuela”, explica Daniel, la persona que nos habla de la experiencia del Club.
-¿A quién está dirigido Fulbito?
-El proyecto está dirigido a niños y niñas con edades comprendidas entre los 4 y los 10 años de edad. Se pueden iniciar en la práctica del fútbol y, sobre todo, comenzar un programa sistemático de desarrollo que incluya aspectos psicomotores, físicos, psicológicos (emocionales) y técnicos – tácticos.
-¿Por qué la necesidad de crear esta escuela?
-Queríamos tener algo nuestro para poder hacer las cosas como pensamos que realmente se deberían hacer. No decimos que sea lo mejor, pero es en lo que hoy creemos después de haber trabajado muchos años. Llevábamos quince entrenando en diferentes equipos de la zona y veíamos que los chicos que estaban en categorías bastante altas llegaban con muchas carencias técnicas. Así que creímos que era el momento de dar el paso.
“Generalmente a los niños les gusta competir, pero debemos dejarles muy claro que no siempre toca ganar y que lo importante es esforzarse para mejorar”
-¿Cuál es la característica que define a vuestro proyecto?
-Hoy en día destacaríamos la atención más personal al niño, creo que sería el elemento diferenciador. En una clase de futbito mínimo hay dos entrenadores jugando con 14 o 16 niños, a veces somos tres entrenadores. Si por nosotros fuera, lo ideal sería tener más porque creemos que cada niño es un mundo y cada uno tiene sus necesidades y su momento, pero es inviable para los clubes tener tantos entrenadores. Nosotros, en la medida de lo posible, hacemos un trabajo muy personalizado
-¿Qué actividades lleváis a cabo?
Tenemos tres áreas de trabajo bien delimitadas. La iniciación deportiva, con clases adaptadas a la edad y al nivel de desarrollo de los niños y niñas que permiten estimular y potenciar sus capacidades coordinativas. Luego está la iniciación al fútbol, no solo como actividad física, sino también como herramienta eficaz de educación y socialización. La tercera es el inicio a la competición, teniendo en cuenta que el fútbol a edades tempranas tiene que tener una intención educativa y formativa muy clara.
-¿Qué cuestiones hay que tener siempre en cuenta?
-Que el niño se alimente bien, que descanse bien, que emocionalmente sea un niño sano. Luego, hablando exclusivamente de fútbol, darle el mayor número de serie de herramientas para favorecer su autoestima y la seguridad en sí mismo, esa es la clave. Para nosotros, en primer, en segundo y en tercer lugar está la técnica individual. La herramienta es el balón, el niño tiene que tener una seguridad muy grande con él y para nosotros es clave enseñarle todos los fundamentos técnicos.
-A pesar de que la competición no es una prioridad para vosotros, tenéis ya más de treinta niños federados que participarán en tres categorías.
-Lo de competir era algo previsto en el proyecto pero no a corto plazo. El segundo año ya lo vimos oportuno porque los niños empezaban a salir en la foto de Fulbito y venían los clubes y los fichaban, y entonces nos dijimos “o federamos o nos quedamos sin niños porque queramos o no ellos quieren competir.” Y después ves que es algo natural en el ser humano, y que los niños lo hacen constantemente cuando juegan en el parque o se suben al tobogán.
Decidimos federar en su momento a un equipo prebenjamín porque ningún club de la zona tenía esta categoría. A medida que los niños han ido creciendo hemos incorporado más equipos y ahora llevamos tres años compitiendo, los niños funcionan y lo hacen bien. La competición también te ayuda en la formación aunque no es fácil porque nosotros no excluimos, no hacemos diferencias, con nosotros juega el que lo hace bien y el que no juega tan bien a diferencia de equipos del centro de Asturias que hacen selecciones y distintos equipos en base a los niveles de juego. Pensamos que los niños deben jugar todos, aunque no los mismos minutos porque el niño tiene que jugar minutos de calidad, en los que se sienta protagonista.
-¿Qué importancia tiene para vosotros ganar?
-La disyuntiva ‘ganar o formar’ es una cuestión que se plantea constantemente entre quienes nos dedicamos al fútbol base. Creemos que no son excluyentes siempre que formar esté por delante. Ganar nos gusta a todos, otra cosa es la forma que elegimos para ello, debe ser la consecuencia de una buena formación.
Generalmente a los niños les gusta competir, pero debemos dejarles muy claro que no siempre toca ganar y que lo importante es esforzarse para mejorar, que no todos pueden ser el primero y deben aprender a aceptarlo y a no frustrarse por ello. Nos equivocamos, sobre todo a nivel de padres y entrenadores, cuando le quitamos el componente lúdico a la competición, centrándonos únicamente en el resultado.