Nació en Taramundi pero con tan solo cuatro años se instaló en Serantes. Lleva muchos años en la política municipal tapiega y ha visto cambiar el concejo hasta convertirse en un destacado centro turístico. Ahora continúa trabajando para que siga incrementando sus recursos y su atractivo.
-El verano en Tapia es sinónimo de música, playa, productos del campo y el mar. ¿Qué otras posibilidades ofrece el concejo?
-Efectivamente el verano es para pasarlo bien y disfrutar de la música, las playas, la gastronomía, etc. que Tapia oferta a los que nos visitan. No hay que olvidar otras posibilidades como las rutas que se pueden realizar bordeando la costa o la visita a los pueblos del interior como La Roda, La Veguina, el Valle de San Agustín, Acevedo o El Monte, con su vista panorámica. Además de por su paisaje, en estos rincones se puede disfrutar del patrimonio cultural arquitectónico que se halla repartido por las parroquias, así como del patrimonio castreño. Y en esta época hay numerosas fiestas populares en los distintos pueblos del concejo, aunque hay que destacar las de la Virgen del Carmen en la villa de Tapia.
-¿Qué oferta gastronómica ofrece el concejo durante todo el año? ¿Qué jornadas se organizan?
-Todo el Occidente en general y Tapia en particular tienen una oferta gastronómica importante, de tal manera que a lo largo del año se desarrollan diversas jornadas dedicadas a la gastronomía. El verano comienza con las Jornadas del Bonito, en otoño tienen lugar las Jornadas Micológicas y del Magosto, en el puente de la Constitución las del Percebe y del Marisco, las Jornadas del Antroxu se dedican a los productos del cerdo, en mayo son las Jornadas del Pincho y la Tapa, y en Semana Santa -coincidiendo con el campeonato Internacional de Surf- se dedican al mejillón. Y por primera vez, el pasado mes de marzo se celebraron las Jornadas Gastronómicas del Pulpo de nuestra costa, en Tapia de Casariego.
-¿Cuáles son las principales necesidades del concejo para continuar su desarrollo?
-Reformas y mejoras se pueden hacer en muchas partes del concejo pero donde se aprecia más esa necesidad es en la villa. Hace tiempo que estamos luchando porque nos hagan alguna mejora en el puerto, porque desde que se construyó en 1863 -sufragado por Fernando Fernández Casariego- no se tocó nada prácticamente, salvo unas mejoras hace 50 años. No es un puerto seguro para cobijar lanchas en invierno, necesita remodelaciones, sería necesario dragarlo para que tuviera más calado y los barcos puedan acceder con mayor facilidad. También nos gustaría darle un uso deportivo y turístico, para lo cual queremos instalar pantalanes. Estamos esperando concretamente por una reunión con responsables de la Consejería para ver cuándo se llevan a cabo estas actuaciones que hemos solicitado hace mucho tiempo.
-¿Qué objetivos o logros se plantean a medio y largo plazo?
-Uno de los principales es terminar los saneamientos. Tenemos un proyecto que nos hizo la Confederación, y que ahora está en el Ministerio de Agricultura pero dada la situación política actual está todo empantanado. El coste supera los 18 millones de euros y sería el Ministerio el encargado de sacarlo a licitación y hacer la obra.
Otras dos cuestiones son la construcción de un centro de salud nuevo, porque el actual es de 1998, y ahora tenemos un suelo estupendo en la urbanización nueva y el segundo, un proyecto para conseguir que se construyan 28 viviendas sociales en el Cascayal.
-El litoral tapiego es muy conocido pero ¿cómo son los pueblos del interior? ¿Qué podríamos visitar fuera de la línea de costa?
-Por ejemplo, el núcleo de La Roda es uno de los pueblos con muchas posibilidades de crecimiento turístico. Tiene cerca el Mirador del Monte desde el que cual se ve la línea de costa hasta Burela. Otro es La Veguina, como su nombre indica es una vega muy importante con grandes posibilidades agrícolas y forestales. Tiene el río Porcía a su lado, que es salmonero y truchero, y ahí queríamos hacer una playa fluvial, una zona de baño, para lo cual estamos hablando con la Confederación, a ver si es posible. Después está el Valle de San Agustín, que queda más al interior, un pueblo con buenas explotaciones ganaderas y riqueza forestal y en el que hay varios alojamientos rurales. Aquí tenemos previsto marcar este verano una ruta turística que va desde el pueblo hasta el Alto de Pousadoiro. Luego hay otros núcleos más pequeños como Acevedo, Pena de Cabras, La Brañela… pero que también tienen su encanto. Por toda la geografía del concejo, en las distintas parroquias, encontramos casonas, palacios y elementos etnográficos de interés.
Cuando era un chaval y estaba haciendo el bachillerato me gustaba jugar al fútbol y no se me daba mal. De aquella sólo había radio, todavía no teníamos televisiones y había un jugador que era Feliciano Rivilla, un lateral derecho del Atlético de Madrid que jugaba en la Selección Española. Un vecino de Serantes empezó a llamarme Rivilla, el apodo se fue extendiendo hasta que llegó un momento que incluso los profesores me llamaban así y todavía hoy hay quien sigue haciéndolo.
¿Qué es lo que más valora de su infancia o juventud en Tapia?
Las épocas pasadas que viví en compañía de amigos fueron muy buenas. La verdad es que lo pasábamos muy bien, nos divertíamos y en general éramos responsables. En nuestro comportamiento siempre primó el respeto a los demás, quizás en la juventud de hoy se echen en falta algunos de estos valores.