El concejo veigueño ha sido desde tiempos pretéritos lugar de paso para los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela. Hoy día, y tras años en el olvido, el trazado oficial del Camino del Norte de la Costa vuelve a conducir a los caminantes por estas tierras, las últimas en suelo asturiano.
Antaño, los peregrinos que recorrían la línea de costa asturiana siguiendo el Camino del Norte que discurre junto al litoral cantábrico, tenían que tomar una decisión al encontrarse con un obstáculo natural en su extremo más occidental: las aguas del río Eo en su desembocadura. Para continuar su ruta en dirección a Santiago debían salvarlas cruzando en barcazas para llegar a Ribadeo, o bien se adentraban en el fondo de la ría a través del concejo de Vegadeo para acceder a la vecina Galicia. Los peligros que aparejaban las corrientes del estuario y las costas que habían de pagar por ello eran razones más que suficientes para que la mayoría prefiriese elegir una vía más segura, dirigiendo sus pasos hacia el interior para flanquear el río por su zona más estrecha, en Abres. Una vez efectuado el paso por un puente veiguense, el peregrino ya se encontraba en Galicia, continuando hacia la localidad de Trabada y de ahí a Mondoñedo.
Hortensia Araujo, vecina de Abres y conocida defensora de este itinerario jacobeo, explica que “está documentado históricamente que bordeaban la ría y se adentraban en la comunidad vecina a través de la Ponte Vella, un puente que ahora no existe y que fue sustituido por el puente del Fornacho. En Bustelo de Abres había un mesón, el Mesón de Sela de Murias, donde está recogido que pernoctaban los peregrinos. Era una posada hospital donde se les atendía, casi lo que hoy en día son los albergues”.
La iglesia de Abres, de advocación a Santiago Apóstol, es una muestra más de la importancia de la peregrinación en esta zona. El templo de factura barroca era considerado como ‘templo de asilo’ desde 1774 y conserva -además de retablos de la época de edificación- dos imágenes de Santiago, como peregrino y como caballero.
Con el paso del tiempo, la mejora de las embarcaciones que cruzaban la ría fue dejando en el olvido este trazado original, que fue definitivamente relegado con la apertura del Puente de Todos los Santos en el año 1987.
José Joaquín Miláns del Bosch y Cándido Sanjurjo constituyeron la Asociación Galaica de Amigos del Camino de Santiago, un colectivo pionero en defensa del Camino
Y posiblemente este trazado seguiría permaneciendo oculto para los que realizan la peregrinación si no fuese por la labor emprendida por el Coronel de Caballería José Joaquín Miláns del Bosch y el empresario e investigador Cándido Sanjurjo, ambos fallecidos. Juntos compartieron la necesidad de saldar una deuda histórica con este paraje, emprendiendo una labor de investigación en documentos, algunos de los cuales se encontraron en el Castillo del Pividal, un antiguo palacio perteneciente a la familia Miláns del Bosch que desde lo alto de una colina domina el curso del Eo, en Abres. “Por lo visto, en el castillo había documentación de los antepasados de José Joaquín que daba constancia de los peregrinos que paraban y pasaban por allí”, añade Araujo.
Juntos, el vallisoletano y el asturiano procedente de Vegadeo, constituyeron la Asociación Astur Galaica de Amigos del Camino de Santiago, un colectivo pionero en defensa del Camino, y dieron los pasos necesarios para que la administración regional validase la autenticidad de la ruta. No en vano, actualmente se reconoce a este itinerario como parte de la ruta oficial perteneciente al Camino Costero entre Bustio (en Ribadedeva) y Vegadeo.
La declaración efectuada en 2015 por la UNESCO, por la cual los Caminos de Santiago del Norte de la península engrosaban la lista de Patrimonio Mundial de El Camino del Norte, ha sido el espaldarazo necesario para revitalizar este camino histórico que cada año cobra fuerza y adeptos.
En Abres se encuentra el Refugio del Estraperlo que regentan Jerónimo Guerrero (en la foto) y su padre, y que funciona con donativos. El peregrino podrá alojarse aquí acompañado de sus mascotas (incluyendo caballos). Además este establecimiento también admite la acampada. Aunque está abierto todo el año, es preferible contactar previamente en el 676 452 248.
La belleza de la ruta primigenia respecto al que transita por la variante de Ribadeo reside principalmente en la tranquilidad que ofrece, que permite al caminante disfrutar de la soledad del Camino y escapar del turismo, mientras discurre por frondosas zonas arboladas apenas modificadas por el hombre, a la vez que afronta algún que otro repecho. A diferencia de la variante ribadense, que puede acoger a más de 15.000 peregrinos al año, masificando esta ruta en determinadas épocas del año, el Camino histórico es todavía poco frecuentado y los que se deciden a recorrerlo son más que bienvenidos en la zona, disfrutando de la hospitalidad local. En 2018, fueron alrededor de 500 los que decidieron que querían seguir los auténticos pasos de sus antecesores. La creciente oferta en alojamientos y servicios a lo largo de esta parte del Camino también les facilitó la tarea. Ahora, a la existencia de un refugio en Abres, se suma desde el pasado mes de junio la apertura de un albergue municipal en la localidad de Vegadeo, una buena noticia para los caminantes que disponen de más puntos donde descansar y reponer fuerzas antes de reemprender el Camino. Además, la villa de Vegadeo se vuelca en potenciar este recurso a través de actividades para peregrinos y vecinos, que incluyen un Festival para el peregrino en el mes de agosto.
El Camino por Vegadeo
El Camino entra en el concejo procedente del vecino municipio de Castropol. El peregrino escoge la opción de ir por Tol y pasa por Vilavedelle (en la parroquia de Seares, también en Castropol) y se encamina hacia el concejo de Vegadeo recorriendo la margen asturiana del estuario para entrar en la capital del concejo a través de la calle La Galea. El recorrido oficial en la villa conduce por la calle Palacio, pero los peregrinos suelen preferir continuar por la calle Empedrada y de paso visitar el centro de la localidad. La salida es a través de la calle del Fondrigo y continúa en dirección ascendente a Miou y de ahí a una zona conocida como La Cruz. En breve, será posible tomar la última imagen del estuario porque el camino se adentra en zona boscosa, ascendiendo a través del monte de Parga hasta llegar a Bustelo de Abres. Los pasos por el Camino Real conducen a las antiguas ruinas del antiguo mesón de Selas de Murias, hoy prácticamente ocultas por la maleza. Desde este punto empieza la bajada hasta la aldea de Abres donde se encuentra el Castillo del Pividal. Antes de llegar al puente del Fornacho, que permite cruzar al otro lado del río Eo, es posible parar en la iglesia barroca de Santiago. Una vez salvado el cauce del río Eo, el Camino de Santiago sigue por la N-640 en dirección a Trabada.