“Lo dice todo el mundo” es el nuevo eslogan publicitario de Asturias. Una nueva campaña que se lanzó el pasado mes de julio en Shanghai y que a partir de ahora convivirá pacíficamente con el “Paraíso Natural” que tan bien nos representa y que todo el mundo relaciona con esta región por derecho propio.
El lugar de presentación ya dice mucho de la vocación internacional de esta campaña, idea que se refuerza echando un vistazo a la lista de participantes. Para ilustrar ese “todo el mundo” al que se refiere, se ha buscado a representantes con nombre en cada campo: desde Woody Allen hasta Stephen Hawking, pasando por el vicepresidente de Google o el ex-director del FMI. Artistas, gastrónomos, empresarios, deportistas y personalidades del panorama mundial se lanzan a contar las excelencias de Asturias.
Así, cada uno proporciona datos sobre lo que nos hace especiales en cada terreno. Algunos son conocidos: Ya sabemos, por ejemplo, que el 40% del territorio asturiano es reserva natural, lo que supone el mayor porcentaje regional de Europa. O que el túnel de Pajares, que tantos quebraderos de cabeza está dando, es una extraordinaria obra de ingeniería, el tercer túnel más largo del mundo. O que nuestro patrimonio artístico, especialmente el paleolítico y el prerrománico, es digno de estudio y admiración. O que nuestra gastronomía es única y sorprendente. Lo sabemos, pero no está mal que nos lo recuerden.
Sin embargo, en este recuento de los logros regionales, hay ciertos datos que sorprenderán a más de uno, y que merece la pena destacar. Mucho se habla del esfuerzo por cambiar el modelo productivo asturiano, invirtiendo en innovación y conocimiento. Y es importante hacer ver que esos esfuerzos empiezan a dar sus frutos, y que esos frutos se reconozcan: somos la cuarta región europea con mayor tasa de crecimiento de empleo en la industria del conocimiento; fuimos la primera comunidad española en instalar una zona WIFI, y tenemos la conexión de Internet más rápida de España; inauguraremos la primera línea europea de autopistas del mar; contamos con un proyecto de energía eólica marina que sirve de ejemplo para combatir el cambio climático…
Varios son los aciertos de esta campaña, pero quizá el más importante es usar lo que aquí se conoce de toda la vida: el boca a boca. Enamorar al visitante es nuestra estrategia turística de toda la vida. El que viene se queda prendado del paisaje, de la comida, de la cultura, de la tranquilidad de ciudades y villas, del buen trato y carácter abierto de los asturianos. La estrategia funciona: el que se va, se va encantado y pensando en volver. Y además lo cuenta. Si encima el que lo dice es una voz autorizada en su campo, y lo hace por la tele, mejor que mejor.
Lo cierto es que a veces hace falta una voz de fuera para mostrarnos mejor las cosas. Porque ocurre que los problemas del día a día tienden a aturdirnos: las tormentas políticas y económicas, las pequeñas y grandes crisis; los árboles, en definitiva, a veces no nos dejan ver el bosque. Y los bosques asturianos son verdes y frondosos, eso quién lo duda. El futuro de Asturias, aún con un panorama global plomizo, promete.
Pero eso, que tan fácilmente ven los de fuera, tenemos que creérnoslo primero los de dentro. Llevar la expresión “poner en valor” hasta sus últimas consecuencias: porque tenemos mucho, y muy bueno. Y así hay que estimarlo.
Mucho más allá de los tópicos, incluso más allá de los planes publicitarios, la realidad está ahí. Citando las palabras de Gerhard Stahl, secretario general del Comité de las Regiones de la UE: “Son números, son hechos”. Así que, si lo dice todo el mundo, digámoslo nosotros también. Es la mejor promoción posible.