Nos encanta el otoño. El cambio de colores ha hecho de mensajero; nos despide de los largos días del verano y nos recuerda que entramos en otro ciclo, donde los días serán más fríos, disminuyen las horas de luz, llegan las lluvias y el paisaje cambiará radicalmente.
Entramos en un tiempo que parece invitar más al silencio, a detenerse y relajarse con una taza de café frente al calor de la lumbre, pero también a caminar tranquilamente y disfrutar del aire fresco y limpio en este nuevo entorno.
Y es que todo ha cambiado. El otoño nos recuerda un poco a la primavera, ambos se manifiestan a través de una transformación cromática inigualable. Se ha oscurecido el color de las hojas que ahora cubren los bosques con ese manto de intensos tonos rojos, amarillos otoñales mezclados con los verdes que aún quedan en el suelo, proporcionando unas estampas que no dejan indiferente a nadie. Hay menos luz en el ambiente, es cierto, pero la que hay proporciona unos matices al paisaje que sólo se pueden disfrutar en esta época del año y eso lo saben muy bien los fotógrafos, que esperan cámara en mano el otoño para inmortalizar este espectáculo natural. Es momento de caminar.
En los bosques también vamos a encontrar gran actividad: plantas y animales -nidos, madrigueras- se preparan para pasar el invierno. Así que si caminamos en silencio podremos escuchar que el bosque está vivo.
Los apasionados de la naturaleza tenemos ante nosotros una oportunidad perfecta para hacer diferentes escapadas y disfrutar a lo grande. En este número damos a conocer algunas de ellas. Hay cientos de rincones donde ‘sentir’ este otoño y encontrarlos forma parte del encanto. Muchos están al lado de nuestra casa, esperando.