En Fusión Asturias siempre hemos estado ahí el 8M apoyando y reivindicando el Día Internacional de la Mujer. Aprovechando el altavoz que se abre en ese espacio-tiempo, donde millones de personas en todo el mundo se manifiestan para conmemorar la lucha que libramos las mujeres por la igualdad de derechos.
En Fusión Asturias esa reivindicación no se reduce al 8M… está viva también el 9M, el 10M y el resto de los días del año. Creemos que aunque salgamos a la calle y nos unamos en esa fecha, hay que seguir trabajando cada minuto, poniendo en voz alta no solo la reivindicación sino también el trabajo que están haciendo muchas mujeres y hombres por la igualdad y el fin del máximo exponente de la desigualdad: la violencia hacia las mujeres.
Nuestro compromiso desde el principio ha sido dar voz, tanto a caras conocidas como a aquellas mujeres que, viviendo en los rincones más recónditos de nuestra Asturias, nunca han sido escuchadas; todas han tenido algo que decir, todas -aún en su diferencia- trabajan por conseguir esa igualdad real entre hombres y mujeres, por hacer una sociedad mejor, pero sobre todo, predican con el ejemplo.
A través de entrevistas hemos tenido la oportunidad de conversar con ellas y luego en el departamento de Redacción coincidíamos en comentar que habíamos encontrado muchos puntos de conexión con las entrevistadas. Las historias personales podían ser distintas, pero había una parte que compartíamos y eso solo se veía al ponerlo en voz alta. Por eso siempre nos ha interesado más poner el foco en los puntos de encuentro, en lo que nos une, en lo que puede contagiar a las demás que en las diferencias. Hemos vivido experiencias muy enriquecedoras a nivel personal a juzgar por los comentarios recibidos y por lo vivido en primera persona.
En 2018 se incorporó una nueva palabreja a la RAE, una de las palabras más esperadas por el movimiento de las mujeres, sororidad, “agrupación que se forma por amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo”. Lo que esta palabra viene a definir es la forma cómplice de actuar entre mujeres, de aliarse, de trabajar y de potenciarse mutuamente. Vamos… la revolución. Y digo esto porque creemos que la alianza entre mujeres lo puede cambiar todo.
Una compañera de la revista nos recomendó ver el otro día la película La mujer rey, una genial interpretación de Viola Davis que está inspirada en un hecho real: mujeres africanas del Reino de Dahomey (actual Benin) crean un regimiento militar exclusivamente femenino, las guerreras Agojie, para acabar con la esclavitud de su gente y recuperar el honor del pueblo. La película engancha, pero sobre todo la fuerza de esas mujeres, sus bailes, la unidad entre todas ellas…
Se han conseguido avances, pero la realidad demuestra que todavía queda mucho por hacer para que la mitad de la población mundial tenga los mismos derechos que la otra mitad. Los datos de los feminicidios, la menor presencia de las mujeres en puestos de decisión, la brecha salarial, los estereotipos o las corrientes negacionistas son señal de lo que aún queda por hacer.
Este año la convocatoria oficial impulsada por 8MAsturias con respaldo del Principado y el grueso político y sindical para la manifestación del 8M se descentraliza de las principales ciudades -Oviedo o Gijón- y se traslada a Mieres. El lema que va a presidir la marcha es, “Compañera, dame tira”, una frase empleada en la mina cuando se iniciaba una actividad en cadena y se tenía que pasar el material necesario de un minero a otro, ahora reformulada por el 8MAsturias en clave feminista. “Dar tira”, explican, “es sororidad, es ayudar, es compartir”… y, además, lo van a hacer acompañadas de la música -grupos tradicionales asturianos- y del arte.
Mieres, cuna de la lucha obrera, creará todo un precedente, aseguran. Sin sororidad no hay revolución, no hay cambios, están convencidas.