Con esta segunda parte finaliza la entrevista realizada al recordman de cálculo, Alberto Coto. El langreano explica en esta ocasión cómo ha sido su proceso de autoconocimiento y lo que realmente le motiva en este presente.
Su interés por la divulgación le ha llevado no solo a compartir sus experiencias con la población más joven en centros educativos, sino también a editar varios libros en los que invita a todos a desarrollar el cálculo y a comprobar cómo la matemática mejora nuestro día a día. Entrenamiento mental fue su primer bestseller y una de las doce publicaciones en las que comparte su forma de ver el mundo a través de los números.
-De niño te sorprendías porque solucionabas rápidamente lo que a los demás les llevaba mucho más tiempo. ¿Cómo ha sido el proceso de conocerte y aceptarte a ti mismo?
-Al principio, de niño, era muy tímido y apenas hablaba. Salir a la pizarra en la escuela era para mí algo espantoso, tenía un mundo interno muy rico en números, pero la inteligencia interpersonal estaba un poquitín reducida y la intrapersonal igual. Cuando veía a alguien calculando pensaba “qué lento es” en lugar de pensar “qué bueno soy yo con los números”. Imaginaba que habría muchísima gente que lo haría incluso más rápido.
Cuando estaba en la veintena, viendo el programa de televisión Qué apostamos me di cuenta que yo era más rápido que el concursante que ganó el primer premio. Esto me abrió los ojos, me despertó totalmente. Me fui a la librería Cervantes, pedí el libro de The big man calculator, porque de aquella no había Internet, y vi que podía batir récords Guinness. Ahí empezó el proceso de aceptación, aunque me costaba pensar que podía ser la persona más rápida del mundo sumando y multiplicando.
-¿Hubo algún momento en que tu capacidad fuese un inconveniente más que una bendición?
-Durante la etapa de niño a adolescente me aislaba, iba muy a mi rollo, jugaba por mi cuenta con mis cosas. Con el tiempo te vas conociendo un poco a ti mismo, te das cuenta de que eres muy cuadriculado para tantas cosas que tienes que ser un poco más flexible. Es una labor titánica con uno mismo porque a veces eres tan concreto y tan preciso que necesitas que el dato siempre cuadre porque si no es así cualquier cosa te saca de contexto. Pero bueno, más o menos, creo que vamos domando a la bestia. Obviamente tus características no las puedes evitar, tampoco se trata de eso, pero sí las vas aceptando un poco mejor.
“Viendo el programa de televisión ‘Qué apostamos’ me di cuenta que yo era más rápido que el concursante que ganó el primer premio. Esto me abrió los ojos, me despertó totalmente”
-En todo tu desarrollo profesional ¿creer en ti mismo ha sido la pieza obligada?
-Sí, fundamental. Esto lo cuento también en los colegios porque imagino que allí habrá jóvenes con complejos, lo típico de la edad, y me pongo de ejemplo. Yo, que no me atrevía a salir a la pizarra, doy conferencias por todo el mundo, en directo o en TV, delante de miles de personas, y ahora lo disfruto.
Hubo un momento en mi vida en el que pasé de tener una inteligencia intrapersonal baja y apenas creer en mí a pensar que lo podía hacer todo. Fue cuando concursé en Qué apostamos, me salió bien, aguanté el tirón en directo y entonces me dije a mí mismo “vaya capacidad de concentración que no se me pone nada por delante”. Y me lo empecé a creer, llegué a pensar que todo se puede hacer. Hay que creer en uno mismo siempre.
-¿Qué consideras más valorable, el tener unas cualidades innatas o el camino que has recorrido para lograr cosas interesantes en tu vida?
-Lo segundo sin duda. Tú puedes nacer con una capacidad, pero si no la trabajas y no la llevas a tu objetivo vital no tiene tampoco mucho sentido. A mí a veces me definen como la calculadora humana, ¡qué horror!, parece que seas una especie de robot al que le pulsas una tecla y sale el resultado. Lo importante es que la capacidad que puedas tener, en este caso con los números, con la lógica numérica, sea para algo que te procure siempre beneficios.
“A mí a veces me definen como la calculadora humana, ¡qué horror!, parece que seas una especie de robot al que le pulsas una tecla y sale el resultado”
-En determinadas circunstancias obtienes las respuestas en tu mente de una manera automática, sin que las hayas buscado previamente, como si tus neuronas ya supiesen lo que tienen que hacer por sí solas. ¿Tiene el cerebro una capacidad casi ilimitada en la creación de rutas neuronales?
-No soy neurobiólogo, no sabría responder sobre esto, pero lo que sí está claro es que detrás de la capacidad de cálculo, aparte de la base que hay innata, hay mucho entrenamiento. Las sinapsis y conexiones son muy potentes y eso solo se puede conseguir con el entrenamiento.
Este año cumplí los 50 años y el otro día en una entrevista me preguntaban si había perdido facultades respecto a hace 15 o 20 años, pero yo no lo percibo. Sin embargo, sí hay algo que he ganado y es experiencia.
-¿Algunas de las respuestas ‘automáticas’ pueden tener mucho de intuición?
-El concepto de intuición es un concepto rugoso con el que hay que tener mucho cuidado, a veces la realidad es contraintuitiva. Hay una casa de apuestas que utiliza el lema ‘donde la intuición se une con la razón’ y esa es una intuición de andar por casa. Sí considero que tengo intuición, pero es una intuición lógica, basada en que lo sé calcular y basada en el tanteo.
“No percibo haber perdido facultades con la edad, sin embargo sí hay algo que he ganado y es experiencia”
-¿Cómo cuidas tu cerebro – mente?
-Lo primero queriéndome mucho a mí mismo, porque si no te quieres a ti mismo puedes tener conductas autodestructivas. Tengo claro que quiero reducir las probabilidades negativas y jugar con las positivas lo más posible. Lo que hago son cosas básicas que cada uno puede hacer a su manera. Considero fundamental hacer deporte, el ejercicio es muy bueno, pero tampoco hay que abusar. Alcohol no tomo, pero con esto no digo que no se tome algo muy de vez en cuando, todo es una cuestión de equilibrio en la vida, a mí no me gusta su sabor. Me alimento de la forma que considero más correcta y sigo haciendo gimnasia mental, y al final, como todo ser humano, se trata de una autogestión continua y diaria. No tengo más objetivo en la vida que escribir la siguiente página y que quede lo mejor posible.
-¿Sueñas con números?
-Para mí los números están absolutamente en todo y aparecen en muchas situaciones de una manera nítida. La mayor parte de las ocasiones no me acuerdo de lo que sueño, pero sí puedo decir que me pasa lo que a muchas otras personas que cuando se despiertan por la mañana parece que han resuelto el problema que tenían el día anterior, en mi caso ocurre con los números. Y aunque esté descansando, el cerebro sigue procesando y encuentra la solución. Yo creo que sí sueño de alguna manera con números.
-¿Cómo es vivir con un campeón del mundo de cálculo?
-Como me quiero mucho te diría que es una maravilla, pero sería mejor que lo respondieran otras personas. Yo me siento bastante normal, imagino que no lo soy en algunos aspectos y cuando estoy con gente y sale algo de números veo que intimido en este tema.
-¿Crees en el destino?
-Hay cosas obvias que van a suceder por condición humana, pero no me atrevería a llamar a eso destino. Luego hay cosas concretas o puntuales que suceden, pero creo que es debido a una confluencia de circunstancias, y es una cuestión de probabilidad. Una vez leía una frase en un libro que me encantó: la grandísima casualidad sería que no hubiese casualidades. Tiene que haberlas porque hay muchas circunstancias en el día a día, entendiendo casualidad como algo improbable.
“Cada uno que haga lo que quiera, pero atacar a chavales de 16 o 17 años con mensajes publicitarios como los de las casas de apuestas es algo muy serio”
-Desarrollas varias tareas, campeonatos de cálculo, conferencias, campañas contra el juego… ¿cuál es tu prioridad? ¿Qué es para ti lo importante?
-Mi desarrollo profesional va muy unido a mi desarrollo personal. Cuando voy a dar conferencias a otros países disfruto porque hago divulgación matemática, pero también tengo la realización personal de viajar, de ir conociendo culturas y lugares. Uno de mis objetivos es, por ejemplo, visitar los 32 Estados de México, voy por los 28, me quedan 4. Como ves detrás siempre están los números.
Para mí es muy importante también todo lo que hago con respecto al juego. El año pasado participé en el Congreso de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados y me quedé al resto de conferencias en las que escuché casos reales de gente que lo pasó realmente mal por su adicción. Cada uno que haga lo que quiera, pero atacar a chavales de 16 o 17 años con mensajes publicitarios como los de las casas de apuestas es algo muy serio.
-Campeón del mundo, récords Guinness, campeón olímpico… ¿hay algún reto más a la vista?
-Nunca me hubiese imaginado que llegaría a tener siete títulos del mundo de cálculo y que hubiese batido tantos récord Guinness, creo que con esto ya quedé cubierto. Además, los campeonatos del mundo son pruebas complejas y largas en las que acabas fundido, resulta agotador. Y hay otro aspecto que es fundamental: siempre he sido muy competitivo, pero ¿es positivo? Un exceso de competitividad puede ser negativo. Llega un momento en que ya has conseguido mucho, así que voy a centrarme en otras cosas como el campeonato nacional de cálculo mental que organizamos desde hace once ediciones en una universidad de México. Es algo que me encanta porque preparo las pruebas, entreno a los chavales, pero yo no participo.
Si quieres leer la primera parte de la entrevista pincha aquí