Uno amigo de esta columna, Miguel Ángel Fernández, estuvo a punto de tener un disgusto familiar por una opinión pedagógica. Invitado por el Ateneo Republicano de Asturias a un acto público en Gijón, criticó al ministro Wert por suprimir de las aulas la asignatura de Filosofía y colocar la Religión; ‘quieren sustituir la Razón y la Ciencia por Cuentos y Leyendas’, afirmó, y fue titular de prensa. La parte creyente de sus allegados no lo tomó de buena manera.
Cuentos y leyendas hemos tenido que soportar una vez más en esta campaña electoral, ¡y lo que nos queda, de aquí a las Generales! Nada nuevo bajo el sol, incluso hemos tenido que volver a ver a González y Aznar; cuando los escucho me da la sensación de que me perdonan la vida, algunas de mis amistades creen más propio dedicarles esta foto, tomada en Polonia, que elige presidente. Se han decidido por Duda, al parecer de extrema derecha, una ideología y un apellido que entre nosotros no harían carrera, así como entendemos que aquí vayamos mandando al paro a algunos y allí haya perdido Komorowsky subrayado por Roban, que además dice «Tanie Zapuky», es decir, «compre barato», ¡las cosas claras!
El que no desmerece de ellos es Don Mariano, que procura esconder la cabeza ante el latrocinio de los propios y escurrir el bulto ante los periodistas; preguntado en Bruselas por un mal asunto de corrupción respondió: «Llueve… ¡Llueve mucho!». Y, efectivamente, llovía. Mucho. Que un presidente de gobierno español jamás falta a la verdad… Así que no sé qué pensar cuando dice aquello de que «ya nadie pregunta por el paro»; no recuerdo dónde lanzó la frase, pero un humorista gráfico, de esos que tiene los pies en la tierra, lo situó en la Luna. Mientras tanto la encuesta del CIS decía que era el desempleo la principal preocupación actual de los españoles; el refranero tiene la descripción exacta del asunto: Barriga llena no cree en hambre ajena.
Por cierto, a raíz de una fastidiosa metedura de pata le habíamos aconsejado que despidiera al que le escribe los discursos, pero da la sensación de que el sustituto es un becario, recién terminada la escuela con mala nota. Ejemplo: «No es lo mismo una cosa de una cosa que otra de otra cosa. Dicho de otra manera: ¡Son totalmente diferentes!» La Real Academia de la Lengua está perdiendo un pilar fundamental; cuando definitivamente le retiremos deberá darle un puesto para dedicarse a la renovación de la Literatura (no sea que se nos meta en el consejo de administración de Endesa). El día 21 en Valencia, puede que desconcentrado por el olor nauseabundo, proclamó de seguido «España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles».
Es el País Valencià tierra de políticos afortunados, así Fabra (el de Castellón, el del aeropuerto dedicado a paseo)) ha amasado una fortuna porque le toca la lotería cada dos por tres; a la señora alcaldesa de Valencia le regalan, como a toda hija de vecina, bolsos de Vuitton de 2.000 euros sin que se le suba el caloret a las mejillas, y las últimas grabaciones han dejado al de los trajes en paños menores, porque a otros les dan propinas de «dos millones de pelas» en gratitud por su estupenda gestión. ¡Tierra de promisión!
No es valenciano, pero podría haberlo sido, uno de los santos de este florido mes de mayo, San Pudente; «pudent», en catalán, (se mantiene fiel a su etimología, «puteo»), se diría en asturiano «fediondo». Afortunadamente la ciudadanía de tan noble tierra no se parece a estos impresentables mandatarios, la componen personas trabajadoras, con iniciativa y capacidad de comunicación. Virtudes de las que adolece la que en las redes sociales firma como Mayrén (de María Irene) Beneyto, concejala de Cultura que no sabe escribir ni siquiera el nombre de su negociado, amontona las palabras, se come las comas y agradece a Doña Rita que le haya dado la «Teniencia de Alcaldía con todo el Aria de Cultura…», aunque eso sí «difícil, sin economía». Que, claro, si la alcaldesa se gasta 240.000, obligada por los gastos de representación, no puede quedar presupuesto para cosas menos importantes como la Cultura, así que en el «aria» han quedado temas pendientes, «pero con mucho, por hacer y ..trabajo» Aquí la señora concejala nos regala una coma innecesaria y, para ahorrar (economía), quita uno de los puntos suspensivos.
En fin, el amigo Miguel Luis García, Presidente de Parados en Movimiento de Valladolid, nos hace llegar la recomendación de no alimentar gaviotas, unos bichos que devoran todo cuanto pueden, así que todas a engordar las listas del paro, para que le digan a su jefe si es o no un problema. Igual que otra ilustre personalidad de la Cultura, Doña Esperanza Aguirre, que fue ministra del ramo y es liberal y condesa; se dice que dijo de ella que estaba encantada de leer a una autora de la importancia de Sara Mago. No sé si es real, cuento o leyenda, pero tampoco desmerece de su fama; ya se sabe que los mitos son la antesala del conocimiento y las ideas cambian en este fluir de la vida. Después de ser derrotada ha cambiado de propuesta de pacto cada día. Ella, que exigía las declaraciones de la renta de sus rivales, se escandaliza cuando publican la suya, en la que aparecen ingresos de miles de euros «por publicaciones»; un showman televisivo enseña una de tales, 5.000 euracos cobrados, al parecer, por una página en ABC. (Nota para el administrador de esta nuestra revista: Tome usted nota de a cuánto pagan cada letra, que tengo yo de hablar con el Comité de empresa)
Unas santas, las valencianas que soportan todo esto, unos santos, los españoles que aguantamos con paciencia digna de Job; un santo, Pudente, una santa su hija Pudencia, de la que cuentan que decidió mantenerse virgen, su casa fue refugio de los cristianos de primera hornada, Pablo de Tarso incluido. Se celebran en este mes otras santidades, como la de Isidoro, del que otro día habrá que comentar esta jeta de ponerse a rezar mientras los pobres ángeles le hacían el trabajo duro del campo. O la de San Teobaldo, el 22, que no tiene la gloria que se merece.
Es mayo también tiempo de pedrisco; recientemente las frutas y viñas del sureste han sido arrasadas por granizaos capaces de romper lunas de coches. En muchos pueblos usaron tradicionalmente las campanas de las iglesias para espantar la nube; me cuentan que en el pueblo de Los Arcos en Navarra anda siempre el campanero ocupado en esta tarea, acompañado por una canción tradicional: Tente nublo/tente en ti/no te caigas sobre mí/Guarda el pan/guarda el vino/guarda los campos/que están floridos. Igual merece la pena que hagamos una letrilla parecida en años electorales para evitar males mayores.
Como pedrisco recibimos la campaña de Declaración de la Renta. La Iglesia Católica no es capaz de autofinanciarse, pese a que cada año se afana en convencernos, -al parecer con escaso éxito- de que arrimemos la X a su casilla. Su publicidad es bastante previsible; es mucho más imaginativa la que usan en el país vecino; traduzco: «Este hombre tiene una misión. Bautismos, matrimonios, funerales… Dadle los medios para cumplirla»
Vamos a dar ejemplo de multiculturalidad haciendo referencia a otra religión que no anda tampoco escasa de mitos y leyendas, si bien en este caso la traemos a estas páginas por un problema lingüístico: En Avilés se produce un problema en la comunidad musulmana, la apertura de una segunda mezquita no es del agrado de todos. El presidente de la primera dice que es ilegal desde el punto de vista del Islam, que no autoriza la creación de nuevos centros de culto si no están llenos los existentes; Driss Boudden, portavoz de la segunda dice que la han creado porque no está de acuerdo con la gestión de los otros, y Mamadou Ndong se queja amargamente del proceder de los cismáticos: «Nos sentimos violados«. ¡Hombre, Don Mamadoou…!