Mayo, con flores y varias finales

Me he tomado la licencia de faltar a esta cita el mes anterior; he estado camino de Madrid, en las Marchas de la dignidad, las que, según El País, diario antaño serio, sólo fueron capaces de juntar a 50.000 personas en Madrid. En el momento que me siento a escribir estas se ven en lontananza varias finales, fútbol, Eurovisión y Elecciones europeas, por ejemplo; no sé si daré abasto.
Aquel fin de semana que el 22 M partía de Langreo se jugaba la final de los Oscar, espectáculo a mayor gloria del cine americano que cada vez transmiten en directo más emisoras de radio; es barato de producir, vale con dos o tres personas mirando la tele en un estudio. Lo que resulta un poco más complicado es traducir sobre la marcha, así he podido escuchar, «…es un guionista isolado, neurótico…» (ha entendido Vd. perfectamente que el buen hombre tendía a estar aislado); o peor aún, si cabe, «Honoremos al presidente afroamericano«, para decir que se debía saludar con respeto al presidente negro de la Academia.

Entre lluvias partió la columna asturiana para irse secando al sol y al viento por la Submeseta norte; aprendimos de nosotros mismos y de esas amables gentes de los pueblos anclados en el páramo («isolados», según el de la radio), manejadoras de un castellano sobrio y preciso. Intentamos que aprendieran a decir «angüeñas» y juntos poníamos a parir a la casta gobernadora. Ceinos de Campos, localidad que tengo marcada por variadas razones, luce a la entrada un hermoso panel para orientación de extraviados; ilustra los palomares, originalidad constructiva en adobe que salpica estas tierras. «Los palomares: su función principal es la de dar cobijo a las palomas». Gracias, ya me quedo mucho más tranquilo.

El día anterior habíamos charlado con José Luis Pérez, de la asociación de parados de Mayorga; se quejaba de que el INEM no hiciera caso de la solicitud de cursos de formación, «por falta en la localidad de locales habilitados», cuando al pueblo le sobran centenares de metros cuadrados sin uso en edificios públicos; eso sí, informaba la amable funcionaria en la misma carta que, en caso de desplazarse a recibir formación a las localidades vecinas, podrían contar con ayudas para el viaje, condicionadas, «si alguna de las personas que realiza la formación tiene una discapacidad igual o superior a 33 €». Curiosa manera de medir las disfunciones.

Llegamos luego a Valladolid; entre otros sitios nos reclamaron de la cadena SER, por allí andaba Miguel Ángel Revilla, promocionando su libro. Unos días antes le había visto intervenir en televisión, desde Zaragoza; fiel a su estilo popular hizo referencia a una vieja canción, para afirmar que él en ciertos asuntos era discreto, como la patrona, «La Virgen guarda silencio, al pasar por el Pilar». Error. La Virgen vive en el Pilar y suele ser más bien silenciosa, de suyo; la copla realmente se refiere al río, «El Ebro guarda silencio, al pasar por el Pilar», como una forma de respeto, ya que, al parecer, la Virgen está dormida y «no la quiere despertar».

Pues nada, que pasito a pasito llegamos a la Capital del Reino; como decía el buen amigo Ramiro Pinto, escritor leonés, un buen gobierno, ante aquellas oleadas de gentes indignadas debería haberles preguntado por los motivos de su desazón; sin embargo, los compañeros de Mariano prefirieron enrocarse y enviar a la policía, que no está preparada para escuchar reclamaciones ciudadanas, así que se dedicó a la actividad propia de su sexo y condición, repartir porrazos. Con lo cual la tropa se ha enfadado mucho más y ha tomado nota a los efectos de las Elecciones europeas; si Eurovisión y el fúrbo no lo remedian.

Una sonriente joven que responde al nombre de Ruth defenderá la música nacional cantando en inglés, de donde se ve que los patriotas gobernantes han observado que glayando en pseudoflamenco no nos comemos un rosco y, de otro lado, quieren demostrar que la juventud está, en el asunto de los idiomas, suficientemente preparada. Para emigrar. Ha hecho la mujer unas declaraciones profundas, «Voy a ganar». Me tranquiliza.

Está emocionante también la cosa del balompié. Ahora que sabemos que ni Sporting ni Oviedo van a bajar podemos fijarnos en escuadras menos importantes. O, lo que es más divertido, observar el lenguaje de protagonistas y epígonos. Un Jose portugués arremete contra un Josep catalán, eliminados ambos de la liza, y le llama filósofo; si Sócrates levantara la cabeza…

Humildad socrática desprendía el recientemente fallecido Bujadin Boskov, «Fútbol ser fútbol», «punto ser punto», no demostraban tanto limitaciones verbales como un esfuerzo, digno de agradecer, por expresarse en el idioma de quienes le pagaban; tampoco quienes tenían el castellano por lengua materna mejoran la comunicación, «el fútbol es así», «partido a partido», «ensanchar el campo»…y frecuentemente improperios a los árbitros y sus familiares directos. Justo en este sentido, involuntaria, digitalmente, metió la pata mi amigo Lorenzo, que escribió en Facebook, «El Sporting perjudicado por los arbitrios«. Santo dios, ¿Montoro qué has hecho?, llevado por la avaricia recaudatoria, en la reforma fiscal ¿resucitas los fielatos? No, mi amigo me serena, «árbitros, hombre»; también en eso se equivoca, como en lo del Sporting, no cae por los arbitrajes, pierde porque no juega a nada.

No es fácil pitar los partidos; ni viendo las jugadas mil veces repetidas pueden aclararse los comentaristas, ni nos enteramos nosotros, con esos comentarios tan precisos. Julio Salinas «…tiene la mano totalmente fuera del cuerpo…» No es una frase de una crónica de sucesos, sino la transmisión de un partido; ni es el único que gasta bromas pesadas con la anatomía, un salón de belleza de Plaza de Europa, Gijón, anuncia con un caballete en la acera, «Cambie sus manos en una hora»; acude a informarse un jubilado de la construcción y sale decepcionado, se referían sólo a las uñas. Para llamar más la atención reparten entre las viandantes un folleto en el que ofrece un esmaltado permanente de uñas a precio razonable, pero a futuro, porque es «especial Navidad». En mayo; previsores.

Fechas y calendarios que nos juegan malas pasadas si no nos fijamos. Hace unos días envié un mensaje para disculparme por no poder asistir a una reunión de gente un tanto pesada a la que debía asistir por la tarde; contestaron que aceptaban mi elaborada disculpa, pero me informaban que el sufrimiento estaba señalado para la semana siguiente. El periódico mensual La Cuenca del Nalón ha cumplido cien números en su edición impresa; es para felicitarles, la verdad. Prepararon una celebración tal que hasta los duendecillos de la imprenta se alteraron; página 2, febrero 2014, «100 meses a tu lado. El miércoles 29 de febrero fue una fecha especial para LA CUENCA DEL NALÓN». Sí señor, una fecha muy especial, no viene en cualquier almanaque.

En el último número, Xuacu de Hoyos y Velasco, concejal en Langreo por el Frente de la izquierda, entra en campaña electoral abiertamente a través de su columna. En el título demuestra que, como la cantante de Eurovisión, maneja el inglés, (No nos engañéis más! «please!»), sin embargo la puntuación y ortografía, -que copio literalmente con su original ahorro en puntuación y tildes y el dispendio en comillas paréntesis y mayúsculas-, demuestran que debe repasar la gramática castellana, «…los tiempos que nos han hecho vivir y sufrir (PSOE-PP) QUE SE VALLAN, ACABOSE EL CHOLLU»

En la escuela vieja existía un dictado para orientarse al respecto, cantaba mi maestra: «Vaya con la yegua baya que saltó la valla». O, parafraseando a Homero, cabe exclamar, «¡Que palabra salió, Xuacu de Hoyos, del vallar de tus dientes!» O de tu pluma. Para posterior ocasión escríbelo en asturiano, no serás señalado y harás homenaje a tu firma; por ejemplo: ¡que se vaigan!