Ahora cada jornada tenemos el “Día de…”, como antaño se leía qué santo correspondía en el almanaque de los jesuitas; que, por cierto, ahora se puede consultar por Internet, por ejemplo, en la fecha que escribo esto se recuerda a san Torpetes y san Acardo. Lo dejo anotado por si tiene usted un niño que bautizar o, descreído, llevar al Registro Civil.
Se celebraba en esta semana el Día de la Prevención de Riesgos Laborales; fecha señalada, con el virus corriendo detrás de la ciudadanía que anda escasa de medios de protección. Las mascarillas de precio por las nubes; no es de extrañar, lo llevan en la etimología “más carillas”, pero para jeta la de los distribuidores que las han preparado de todos los colores para hacer caja. Esto es el Sistema que padecemos amigos, la Ética del máximo beneficio en el mínimo tiempo. Protejámonos del microbio y de los especuladores.
La imagen me viene muy bien, ahora que los Estados Unidos de América del Norte se han convertido en el principal suministrador mundial de muertos. Es un ejemplo de cómo van las cosas; el agente de la autoridad se apoya en la escopeta en un claro ejemplo de irresponsabilidad. No es de extrañar, adoran al rifle que les protege de todo mal, como una Santa Rita fabricada en Trubia; y tienen un presidente que les aconseja beber lejía (de momento se cuentan cien hospitalizados por seguir el consejo. Solo).
Aquí por lo menos Marcelo Palacios, prestigioso investigador de la Salud, decía que era bueno enjuagar la boca con alcohol. ¡Ahí, grande, tú sí que sabes! claman algunos ciudadanos que ya lo practicaban antes de que lo publicara; los llagareros asturianos, tan escasos de consumo en estas complicadas fechas, deberían proponerle para la Medalla de Plata del Principado.