“Lo importante no es saber, sino tener el teléfono del que sabe”
(Les Luthiers)
Y nosotros queremos aprender, queremos saber, a través de ese teléfono y de cuantas formas o fórmulas estén a nuestra disposición.
Echamos mano, en este caso, del aforismo. Un aforismo es una sentencia breve que resume algún conocimiento esencial o una reflexión filosófica.
Y partimos con la intención de reflexionar (valga la redundancia) a través de él y entender el material que nos ofrece, de desgranar el conocimiento que alberga.
“La única alegría en el mundo es comenzar”
(César Pavese)
César Pavese (1908-1950) fue un escritor italiano. A los seis años quedó huérfano de padre. De adolescente sentía una intensa sensación de soledad. Fue apresado por actitud antifascista. Perdió a varios amigos en la Segunda Guerra Mundial y tampoco tuvo suerte en el amor, tanto es así que la sensación de fracaso lo acompañó toda la vida.
¿Qué reflexión hacemos a través de ese aforismo?
Estamos acostumbrados a la costumbre, al hábito, a la rutina y, salvo necesidad y/o circunstancias excepcionales, no queremos “tocar nada”, puesto que lo que tenemos, sabemos cómo manejarlo. Así lo dice el refranero; “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, “más vale pájaro en mano que ciento volando”…
Creencias o sentencias, que invitan a la quietud, a mantener el “status quo”.
Pero un día la vida nos sorprende con sus avatares, nos arrebata con algunas cosas que creíamos eternas… decía Lord Byron (poeta inglés 1788-1824) que la vida nos quita más de lo que nos da. Perdemos salud, amor, trabajo, familiares, figuras de apego y un gran cambio asiste a nuestras vidas.
Es entonces cuando tomamos conciencia de que no podemos estar parados porque, en ese caso, la apatía, la tristeza, la depresión y, quizá la desesperanza, estén esperando su turno de intervención.
Un aforismo es una sentencia breve que resume algún conocimiento esencial o una reflexión filosófica Y partimos con la intención de reflexionar a través de él y entender lo que nos ofrece, de desgranar el conocimiento que alberga.
Somos conscientes de que tenemos que hacer algo, pero no sabemos qué porque nadie nos había advertido que la vida es un comenzar, a veces frecuente; nada permanece en su ser, ni lo bueno, ni lo malo.
Comenzar sí, pero ¿comenzar qué?
Lo importante es el primer paso y ese primero tiene que ver con que nuestro cerebro se responsabilice, se comprometa en una actitud proactiva. Moverse en alguna dirección, pero moverse.
Hay una poesía de Sara Busto que dice:
“La vida comienza involuntariamente/ tantas veces como latidos/ comienza después de un golpe/ comienza después de una herida/ después de una pérdida/ La vida comienza, te lo juro / cientos de veces/ por primera vez”.
A lo mejor, no nos habíamos dado cuenta, o no lo habíamos contemplado así. No habíamos tenido necesidad, pero un día llega el momento de recoger como hecho certero ese “comenzar”.
“Nuestros genes nos predisponen a la creencia espiritual, aunque los genes no nos dicen en qué o en quién debemos creer”
(Carlos López-Otín)
Carlos López-Otín es catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo, uno de los científicos de mayor relevancia internacional.
Y es que la existencia de creencias espirituales tiene una clara base evolutiva ya que incrementan las posibilidades de supervivencia al proporcionar a la persona energía y sentido para afrontar y superar la adversidad y las pérdidas, y, por tanto, ayudan a reducir el estrés, a prevenir algunas enfermedades y a incrementar la esperanza de vida.
La espiritualidad implica el conocimiento de uno mismo a través de la introspección, que no es otra cosa que pararse a pensar acerca de cuál es nuestro lugar en el mundo.
Se trata del análisis acerca de nuestro hacer en el mundo, de nuestro sentido de vida, del significado de la vida.
Sentido que cada cual debe buscar. Algunos lo encuentran en el amor a la familia, otros en el éxito profesional, en el compromiso social, en una ONG, en el arte, en la religión…
Y, dicho esto, la espiritualidad no es religiosidad ya que ésta se refiere a la adherencia a un conjunto de creencias y prácticas de una institución religiosa.
Según mi entender la diferencia está en dos conceptos: búsqueda y adherencia. En un caso tenemos que buscar el propósito de vida, de nuestra vida y, en el caso de la religiosidad nos vine dado y, si creemos o nos conviene, lo hacemos significado de vida.
Lo verdaderamente importante y trascendente es que, según López-Otín, la expresión de los genes cambia en función del propósito vital de cada individuo.
Por tanto; la introspección ayuda de una manera natural a visualizar el propósito de vida en cualquiera de sus múltiples manifestaciones y en todas ellas existe la posibilidad de mejorar nuestro bienestar emocional.
Practiquemos la espiritualidad o la religiosidad, según cada cual, conforme a nuestras necesidades y creencias.
“Magia es creer en ti mismo. Si puedes hacer eso puedes hacer que cualquier cosa suceda”
(Goethe)
Goethe (1749-1832) fue un poeta, novelista y dramaturgo alemán. Es considerado el padre del Romanticismo alemán, fue considerado un hombre brillante y polifacético.
Creer en “sí mismo” significa conocerse, valorarse y, desde luego, amarse sin condiciones, al menos sin condiciones externas. Y para ese conocimiento recogemos y aprovechamos lo dicho en el aforismo anterior con relación a la introspección.
Saber de mis fortalezas y debilidades y actuar en consecuencia porque tanto unas como otras son susceptibles de modificación. Aristóteles decía: “uno aprende a ser justo practicando actos de justicia”.
Creer en uno mismo es la magia de la autoestima.
Pongamos como ejemplo a dos de los grandes:
“¿Quién soy yo ante los ojos de los demás? Un inútil, un excéntrico, una persona desagradable, un fracasado” (Vincent Van Gogh)
“Cada mañana cuando me levanto experimento una exquisita alegría, la alegría de ser Salvador Dalí” (Salvador Dalí)
Creer y no Creer.
¿En qué lado te encuentras?
Excelente !! ..como seguidora de sus notas tan movilizadoras siempre, para hacernos reflexionar, pensar y gratificarnos con su lectura, felicito a Raquel por su trabajo e inquietud permanentes, por su sensibilidad y análisis de lo social en los temas q propone y trata. Felicitaciones por sus #caleyas» tambien..un alma asturiana, un espiritu inquieto y viajero, un orgullo pars Asturias, su tierra, porque la representa en su generosidad y prodigalidad. Compartir sus experiencias, viajes, experiencias y saberes es un acto de amor y desprendimiento. 💖👏👏👏👏👏