Es una realidad que cada vez estamos más enfermos, los médicos no paran de recetar medicamentos y estamos más desconectados con nosotros mismos.
Hoy en día no es raro escuchar a alguien decir que se va a tomar un ibuprofeno porque le duele la cabeza, que está agotado porque no para en todo el día o que no tiene tiempo para entrenar, alimentarse bien, etc. Todo son quejas en una sociedad donde tenemos prácticamente todo a nuestro alcance, y es cuando peor nos encontramos, resulta paradójico, ¿verdad?
Y no, la medicina o los médicos no son culpables de ello. La medicina es excelente como reparadora de la salud, ya bien sea con PARCHES llamados medicamentos (los cuales no deberían de ser a largo plazo) o reparando lesiones (traumatismos, ictus, infartos…). Todo lo mencionado anteriormente son situaciones puntuales y no se producen de por vida.
La medicina es fantástica para solucionar cuestiones de manera puntual o suprimir síntomas, pero no te va a solucionar el problema de base.
Si tienes la tensión muy alta de manera crónica quizás la solución no esté en esa pastillita, sino en buscar qué provoca esa tensión alta. Y esto se podría aplicar a todo. Repito, la medicina es fantástica en cuanto a solucionar problemas de manera puntual o suprimir los síntomas, pero si te duele la cabeza, el ibuprofeno inhibe el dolor que puedas sentir pero no te va a solucionar el problema de base.
Por tanto, dejemos de poner parches donde deberíamos buscar el origen. Igual ese dolor de cabeza viene porque has dormido mal u otros múltiples factores. Nuestro cuerpo es una máquina con multitud de sensores que nos indican cuándo algo funciona mal.
Entonces, ¿qué deberíamos hacer?
Ve al origen, y de eso en Asturias sabemos mucho. Cosas tan sencillas como comer solo comida real, dejar de picar entre horas, exponerse al aire libre y al sol un ratito al día entre otras, son hábitos que simplemente sientan bien, y el cuerpo agradece. Estamos desconectados de nosotros mismos, y podríamos echarle la culpa a la tecnología, pero no es esta, sino el uso que nosotros hacemos de ella lo que nos daña.
Nuestro cuerpo es una máquina con multitud de sensores que nos indican cuándo algo funciona mal.
La tecnología también es espectacular cuando se le da el uso correcto. Actualmente estoy escribiendo estas líneas delante de un ordenador y eso, sin un exceso, no daña mi salud. Mirar las redes durante horas de manera inconsciente sí, he ahí la gran diferencia.
Para simplificar y sentar las bases me gustaría concluir con unos consejos:
- Come como se hacía antes en los pueblos.
- Utiliza la tecnología, pero de día y lo menos que puedas, siendo consciente del fin para el cual la usas.
- La medicina está genial, cuando realmente es necesario. Si te mueves, comes sano y te expones al aire libre, muchos de esos problemas llamados estrés, cansancio o dolor de cabeza suelen desaparecer.
Y disfruta del paraíso, donde se aúnan tradición, tecnología y salud.