Un tiempo dentro de otro tiempo. Dos espacios conectándose definitivamente. El cierre de un círculo abierto en el comienzo de todo lo visible, de todo lo creado.
Y la humanidad ajena, inconsciente de lo que ocurre, sin saber que se está forjando su futuro, más allá de lo aparentemente real, más allá del ficticio poder de los poderes, más allá de la comprensión humana, porque para entender estos Tiempos hay que liberar la mente de las cadenas del tiempo, hay que abrir los corazones a la auténtica energía del Hijo, que actúa como agua que limpia y purifica, que aporta la visión de lo oculto, que transmite la serenidad de la sabiduría.
La Puerta ha sido abierta y por ella penetra la Energía del Origen, la Fuerza que renovará la vida, porque todo se había estancado, porque la existencia se había convertido en una charca donde al no haber renovación el agua se pudría y la vida se moría lentamente.
Para los ojos del hombre, el planeta se muere. Para los ojos que ven más allá, sólo se muere lo que no es útil.
Para los ojos del hombre, el planeta se muere. Para los ojos que ven más allá, sólo se muere lo que no es útil, lo que no tiene lugar en un nuevo espacio, en un nuevo tiempo.
Los cielos y la tierra se unen y se cogen de la mano en las cumbres sagradas. El rayo desciende a través de esa unión y penetra en la sustancia cargándola de energía, energía que contiene la semilla de lo nuevo, del futuro soñado por los soñadores, de la esperanza de una nueva vida, donde los hombres sean hermanos, donde la madre naturaleza sea respetada, donde el Poder camine entre las criaturas con libertad, compartiendo con ellos su magia y su creación.
Algo maravilloso está sucediendo en medio de la sistemática destrucción de lo inútil. Y está sucediendo delante de los ojos de todos, ésa es su grandeza.
Pero muy pocos lo presienten y menos aún lo reconocen. La mayoría se aferra con desesperación a lo fácil, a lo que aporta gratificaciones rápidas y pasajeras, dejando detrás un vacío inmenso que exige ser rellenado de nuevo con nuevas vivencias cada vez más degradantes, más absurdas, más inútiles.
Algo maravilloso está sucediendo en medio de la sistemática destrucción de lo inútil. Y está sucediendo delante de los ojos de todos, ésa es su grandeza.
La dualidad está más presente que nunca manejando las vidas como marionetas de un dramático guiñol.
La espiral de la locura y la destrucción crece en el planeta, donde unos se creen salvadores, otros justicieros y otros se someten a su condición de víctimas.
Pero todo ello no es sino la sinfonía final de un sistema que se está devorando a sí mismo, que se está alimentando de sí mismo, porque ya no recibe energía del exterior.
Sólo queda que la creciente rebelión de los pueblos, de los ciudadanos del mundo, ponga el punto final a una historia de miles de años, donde los falsos «dioses» sometieron, mediante mentiras y manipulaciones, a las vidas libres. Y son ahora esas vidas las que tienen que gritar «basta ya» y reclamar su derecho al conocimiento de la Verdad, las que tienen que expulsar a los intermediarios, las que tienen que reencontrarse con su Creador y comenzar un nuevo camino, una nueva existencia.
La Puerta ha sido abierta. Las energías liberadoras están entrando. Lo que nunca fue, los que nunca fueron, ya no tienen poder.
Seguir, con valentía, la voz que desde dentro llama a la liberación es seguir el camino correcto. Pero hay que estar dispuesto a la renuncia, al desapego, a despojarse de la mentira y reencontrarse con la verdad de cada uno en el tiempo y el espacio de la Verdad.
La Puerta ha sido abierta. Las energías liberadoras están entrando. Lo que nunca fue, los que nunca fueron, ya no tienen poder.
Algo maravilloso está sucediendo, pero sólo los valientes lo podrán ver y sentir en este tiempo.
Luego, será para todos aquellos que hayan dado la espalda a los “falsos dioses”, porque ningún hombre tiene potestad sobre la libertad de los demás, tiene derecho a manipular la verdad, porque la verdad es propiedad de todos, porque al tener su origen en el Padre, en el Creador, siempre estará a disposición de sus hijos, de aquellos que se reconozcan como sus hijos, de aquellos que formarán parte del futuro soñado por el Soñador.
El tiempo anunciado está siendo ya. La rueda del tiempo ha comenzado a girar. Las Vidas que obedecen la Voz ya están activas, destruyendo lo que no vale y creando lo que tiene que ser. El dolor que se vive y se vivirá está en función de la dimensión del apego que se tenga a lo material, a lo creado por el hombre para su propio beneficio, sin comprender que nada nos pertenece porque todo pertenece al Creador y sólo podemos manejarlo cuando es para el beneficio de todos.
Ningún hombre tiene potestad sobre la libertad de los demás, tiene derecho a manipular la verdad, porque la verdad es propiedad de todos.
Estos son los tiempos anunciados, pero sólo se comprenderán si se vence la trampa de la materia, la posesión sin medida, sin sentido, si se supera el “yo” separado y se sustituye por el “nosotros”.
El nuevo Tiempo crece y se desarrolla dentro del viejo tiempo.
La Madre Tierra está de parto.
La nueva Tierra ya existe y espera por sus hijos.
Y todo sucede a la vez dentro del mismo Espacio.