Cuenta la leyenda que en el lugar de Nieva que da a la Ría de Avilés se encontraba la mítica ciudad de Arxentola que fue inundada por la vanidad de sus habitantes. Se dice que por San Xuan suena el tañir de sus campanas bajo el agua.
No es esta la única leyenda similar. Así se dice que en el Lago Enol había una población que fue inundada por no dar cobijo a la Virgen María. En el Lago Presente en Isoba (León) es Jesucristo quien lanza una maldición a los antiguos pobladores por no haberle dado posada.
Leyenda semejante se encuentra en la formación del Lago Carucedo (León) y la Laguna de Sanabria (Zamora), donde la ciudad inundada se llama Valverde de Lucerna.
En Galicia se habla de la ciudad de Boedo en San Xoan de Lagortelle (Guitiriz-Lugo) que fue inundada por no albergar a la Sagrada Familia. Lo mismo se cuenta de la Lagoa de Valverde, en Cospeito (Lugo). En Xinzo de Limia (Ourense) es Jesucristo quien lanza la maldición formando la laguna Antela y en Maside (Ourense) será la Virgen la responsable de la inundación de la ciudad de Samartiño do Lago.
Volviendo a Asturies, en La Espina (Salas) se habla de la ciudad de Remoleru que será tragada por las aguas, en otras versiones la ciudad se llama Nínive, de connotaciones bíblicas. En este caso la leyenda se basa en el hallazgo de vigas de madera encontradas en una turbera, vestigio de las labores de la antigua minería aurífera romana.
Este tipo de leyendas también podemos encontrarlas en Bretaña, donde la ciudad de Is será tragada por la aguas por una maldición divina. La leyenda sitúa a Is en la Bahía de Douarnenez. En Suecia es la ciudad de Vinata situada en Jumme, cerca de la desembocadura del río Oder. Será inundada por el dios de los cristianos porque sus habitantes no quisieron bautizarse. Las campanas también sonarán bajo sus aguas.
Aunque la cita más antigua de este tipo de leyenda es La Atlántida citada por Platón (427-347 antes de nuestra era). En este caso el mito podría basarse en la erupción del volcán de Tera, en el Mar Egeo, entre los siglos XVII ó XVI antes de nuestra era, identificándose la mítica Atlántica con la Creta minoica.