Toda la villa de Tapia de Casariego se viste de gala para recibir la música folk del momento. De día, mercado medieval, talleres infantiles y bandas de gaitas. De noche, la Playa del Murallón se convierte en el escenario donde tocan los grupos folk.
Los ecos tradicionales resuenan en toda Tapia del 16 al 22 de agosto, gracias no sólo a las actuaciones musicales de bandas de gaitas y grupos folk, sino a la implicación de tapiegos y turistas que se funden en las actividades previstas.
Cada uno de los días actúa en las calles una banda de gaitas diferente, cada una de ellas procedente de una “nación celta” distinta. Este año acuden representaciones gaiteras desde Bretaña, Escocia y Galicia, sin faltar una banda asturiana de Mieres. Las bandas bretona y gallega vienen además acompañadas de grupo de danza, por lo que el espectáculo será completo, ya que además de escuchar la música tradicional de cada lugar, podrá conocerse cómo se baila. Ver actuar juntas a todas las bandas de gaitas sólo es posible si se acude a lo largo del sábado 20 de agosto.
Paralelamente al Festival Intercéltico d’Occidente se instala en las mismas fechas un Mercado Medieval que anima al paseo y a las compras, como complemento a esos tiempos donde se hace el silencio. Habrá también gran número de talleres, concurso de postres y tardes dedicadas especialmente a los niños.
Cuando cae la noche, vuelve a sonar la música a todo volumen. El jueves 18 hay verbena tradicional con El Koku la Manzana, que toca sin amplificación por el puerto de Tapia de Casariego. Tras la actuación, esta bandina tradicional irá entrando en los bares, recordando aquellos días en que la banda sonora de los chigres eran las canciones de siempre, aderezadas por alguna que otra gaita.
El viernes 19, en el palco instalado en la Playa del Murallón actuarán grupos de folk internacionales: Ta Fechu, un grupo chileno que toca música asturiana y que también participará este año en el Festival de Lorient, y el grupo irlandés Peter Browne Band.
El sábado 20 tiene lugar la Noite Máxica, centrada en Tapia, sus mitos y su cultura. Y el domingo, el Festival lo cierran musicalmente dos grupos de folk nacionales: The Crass, grupo gallego que ganó el año pasado el Festival de Ortigueira, y el trío asturiano Santos, Caleya y Varela. La tradición está servida, en agosto en forma de música.
Más información en www.festivaldoccidente.com
Folk día y noche
Martín Fernández Cascudo. Director del Festival Intercéltico d’Occidente.
Este profesor en la Escuela de Música Tradicional de Tapia de Casariego y director de la Banda de Gaitas Marino Tapiega, dirige desde su inicio el festival de folk del occidente asturiano.
-Por un lado se nota que en la organización participa gente joven, muy trabajadora, que dedica esos días por completo al Festival. Por otro, con nuestro pequeño presupuesto, logramos hacer un montón de cosas. Traemos a gente muy buena. Los mejores grupos de folk del panorama internacional pasaron por aquí.
-Arrancamos ya con una primera edición muy potente, en la que vino Xosé Manuel Budiño y el grupo Tejedor, que entonces se llamaba de otra manera. Nos pilló de sorpresa, porque no sabíamos que llevaba tanto trabajo desarrollarlo. Al principio los medios de comunicación no conocían el Festival y tenía poca promoción, así que en la octava edición empezamos a dedicarnos a que se conociese mucho más, montamos una oficina de prensa… Y la verdad es que ahora sí se conoce de verdad.
“Este es un festival intercéltico muy familiar. Padres e hijos participan juntos en los talleres y acuden de noche a ver las actuaciones”
-¿El festival sigue una línea similar o se intentan introducir modificaciones cada año?
-El sistema es parecido todos los años. Hacemos talleres y exposiciones, para que la gente viva la música celta, y aprenda un poco sobre los instrumentos que van a ver por la noche. Hacemos desfiles y actuaciones diurnas de bandas de gaitas, y en las últimas ediciones organizamos también un Mercado Medieval que anima mucho a Tapia. La gente pasea por el centro de la villa y por la noche baja a la Playa del Murallón para escuchar esos instrumentos que ya conocen.
-¿Qué ambiente hay de público en las calles de Tapia de Casariego esos días?
-El nuestro es un festival intercéltico muy familiar, porque la gente viene con sus hijos a conocerlo. Participan juntos en los talleres, exposiciones y concursos; incluso hay un día dedicado a los niños… así que está muy preparado para que padres e hijos disfruten de la música folk. Tampoco hay una masificación como sucede en Ortigueira, donde es más difícil llevar a los niños por la noche a los espectáculos. Aquí se sientan en el prado a ver los grupos, mientras de fondo suena el mar. Las actuaciones más largas terminan sobre las tres de la madrugada. Después la gente va para el puerto, algún gaitero siempre intenta animar un poco todo aquello y la noche se alarga bastante. Eso le da mucha vida a Tapia.