Con un nivel de asociacionismo que ronda el 45%, la Asociación de Empresarios del Polígono del Espíritu Santo continúa trabajando para mejorar las condiciones de trabajo en la zona.
El gran problema, que arrastran desde hace años, es la gran densidad del tráfico que viene dada por varios factores: una alta ocupación empresarial, la cercanía a la ciudad de Oviedo y la vecindad con las grandes áreas comerciales de Parque Principado, Ikea y los alrededores. Aún así, desde AEPES se barajan soluciones a corto plazo.
-Hace ya tiempo que se barajan planes para esa parcela municipal que está vacía. ¿Cuál es el planteamiento a día de hoy?
-Es la única parcela que queda libre en el polígono. Desde APIA nos plantearon hacer un proyecto similar a otro que ya se había llevado a cabo en Mieres. Aunque sabemos que no es un buen momento para realizar inversiones, queremos que el proyecto esté hecho y presentado por si en algún momento se puede comenzar la actividad. Se planteará como un sistema modular, para que se pueda ir construyendo según las necesidades y las diferentes empresas interesadas, que pueden ser muy variadas: una guardería, un centro de empresas, una zona deportiva…
-Por lo pronto, y para resolver el problema puntual del exceso de coches, se plantea habilitar esta parcela como aparcamiento.
-Claro, porque sabemos que de momento eso no se va a ocupar. Y con la apertura de dos call centers en el polígono ha aumentado muchísimo el tráfico, que antes ya era denso. Hay que pensar además que hay una nave enorme y vacía, que antes ocupaba Alimerka, y que en algún momento se instalará allí otra empresa, supongo que de distribución, aumentando todavía más el problema. Así que mientras se ocupa y no esa parcela municipal, podemos utilizarla para aliviar un poco el problema del aparcamiento.
«Aunque sabemos que no es un buen momento para realizar inversiones, el proyecto del Centro de Servicios está hecho y presentado, por si en algún momento se puede comenzar la actividad»
-La ubicación de este polígono es extraordinaria. ¿Qué ventajas tiene esto?
-Es cierto que estamos bien situados, para lo bueno y para lo malo. Estamos al lado de Oviedo y tenemos muy buenos accesos a la autopista. Pero también tenemos que soportar aproximadamente el 80% del tráfico que genera el área comercial de Parque Principado. La construcción del puente de la Corredoria nos ha quitado algo, pero resulta que ahora la gente cruza el polígono para ir desde la Corredoria a la zona norte de Oviedo, con lo cual seguimos con el problema, que incluye velocidad, atropellos…
-¿Cómo es el estado general de las instalaciones comunes?
-Bueno. Estamos muy apoyados por el Ayuntamiento, porque mantienen la limpieza, el alumbrado, los viales, los problemas se resuelven con agilidad… Nos ayuda que aquí están las empresas que llevan las contratas de electricidad y de limpieza, de modo que todo se resuelve rápido. La verdad es que en ese sentido no hay queja. Sobre todo teniendo en cuenta que yo, como directivo de APIA, veo como están algunos polígonos de otras zonas, y en comparación nosotros tenemos bastante suerte.
-En cuanto a la seguridad, ha aumentado el número de patrullas policiales. ¿Se ha notado?
-Éste es un tema importante. Ahora estamos bastante tranquilos, pero hubo una temporada atrás que sí tuvimos robos. Aquí circula la policía local y la guardia civil, y además en ese sentido nos ayudan los call centers, porque aumentan la actividad en el polígono, también por las noches.
«Es cierto que estamos bien situados, para lo bueno y para lo malo. El tráfico es el eterno problema del polígono»
-¿Tener prácticamente todo el espacio ocupado es beneficioso para el conjunto?
-Este polígono nunca ha tenido una ocupación baja. Ahora mismo está vacía esa nave de Alimerka, pero seguro que se ocupa pronto, y tenemos que estar preparados para asimilar todo ese movimiento. La gente le tenía miedo a los call centers, sobre todo al principio, porque viendo la experiencia de otras zonas se pensaba que el movimiento de tráfico y coches iba a saturar el polígono. Pero ya hemos visto que, al menos de momento, no es un problema insalvable.
-Este año hay elecciones en la Asociación. ¿Habrá cambios?
-Es complicado, porque me imagino que no se quiera presentar nadie, así que quedaremos los de siempre. De todos modos yo espero que alguien quiera coger el relevo de la presidencia, quedándome igualmente en la junta directiva. La razón es que yo viajo mucho, estoy fuera como tres días a la semana, así que lo ideal sería que se hiciera cargo alguien que pudiera hacer un seguimiento día a día.