Los polígonos industriales de Riaño, ubicados en el corazón de los Valles Mineros, representaron durante el siglo pasado la recuperación empresarial de un territorio afectado por la reconversión de la minería. Hoy afrontan el reto de atravesar la actual crisis económica y continuar creando puestos de trabajo.
Con más de veinte años cumplidos, se puede decir que Riaño I y las fases que llegaron posteriormente, Riaño II y III, han cumplido con creces sus objetivos. En su momento fueron proyectos empresariales nacidos con una idea: generar un tejido capaz de amortiguar los efectos de la crisis de la minería en una zona clave, como es Langreo. Principalmente se pretendía dar nuevas oportunidades a los habitantes de la zona y generar nuevos empleos que sustituyesen los que se perdieron con la reconversión.
En el momento en que Riaño comenzó su andadura no existía una tradición en Asturias que respaldase las iniciativas de este tipo. La concentración de empresas fuera de las ciudades, en áreas delimitadas donde pudiesen compartir servicios, es decir, la creación de polígonos industriales, todavía era una idea en experimentación.
La buena sintonía entre empresarios y Ayuntamiento a lo largo de estos años, ha favorecido la consolidación de Riaño.
Hoy, la trayectoria de polígonos como éste es la demostración de que la suma de esfuerzos y la posibilidad de establecer sinergias entre las distintas empresas es una fórmula que funciona. Los polígonos industriales ganan relevancia en la actualidad debido al contexto de crisis económica en el que estamos inmersos, cuando cobra mayor importancia la unión entre empresarios, el apoyo de las instituciones, el ahorro al unificar servicios y las ideas compartidas.
La buena sintonía entre empresarios y Ayuntamiento a lo largo de estos años, ha favorecido la consolidación de Riaño. Tanto, que después de haber rematado su tercera fase está pendiente de avanzar en una cuarta e incluso en una quinta, proyectos que recibieron una inyección económica de los Fondos Mineros para su ejecución. El crecimiento está en marcha, pero ha topado con el estallido de la crisis económica, lo que ha moderado las expectativas y alterado los primeros cálculos. No obstante, la iniciativa continúa adelante adaptándose a las circunstancias que marcan estos tiempos.
Existe una Asociación de Empresarios que unifica, no a la totalidad, pero sí a un buen número de las industrias instaladas en Riaño II y III. Recientemente el anterior presidente Diego Vélez ha dejado el cargo para incorporarse como director de Apia. En su lugar toma las riendas José Enrique Cima Magariños, cuya prioridad es ahora mismo mejorar las condiciones de seguridad del polígono y garantizar la tranquilidad de todos los empresarios.
Por su parte, Riaño II y III están pendientes de mejorar sus señalizaciones en un futuro, lo que facilitará enormemente el tránsito de los usuarios.
Punto fuerte: las comunicaciones
Es actualmente uno de los puntos fuertes de Riaño, especialmente desde la apertura de la Autovía Minera. El acceso al polígono, así como la posibilidad de trasladarse en unos tiempos realmente breves a cualquier punto del centro de la región, o de comunicarse con la Meseta, ha revalorizado este territorio, situándolo entre las zonas mejor conectadas de Asturias. En un futuro, la apertura de los túneles de Riaño favorecerá aún más las comunicaciones, acortando enormemente la distancia con el concejo de Siero, otro importante núcleo industrial.