La pequeña aldea de Bulnes es uno de los veinte lugares de Europa que han conseguido sorprender gratamente a los viajeros usuarios de la aplicación del buscador de vuelos y hoteles Jetcost. Este recóndito pueblo de montaña, inmerso en el corazón de los Picos de Europa, se codea con otros tres destinos nacionales en el listado que ha dado a conocer este comparador de vuelos: Deia en la Tramontana mallorquina, el Puerto de Mogán en Gran Canaria y Albarración en Teruel.
Es fácil pensar que el destino asturiano de poco más de una treintena de habitantes conquistó a los viajeros por su emplazamiento majestuoso, circundado de escarpadas moles calizas que superan los 1.500 metros de altitud. Imposible no dejarse seducir por un pueblo en plena naturaleza al que no es posible llegar en coche. Hasta el año 2001 solo se podía acceder a pie, serpenteando por un empinado y pedregoso sendero que arranca en Poncebos. Por el camino, podías encontrar alguna persona, mulas cargadas de víveres y posiblemente algún rebaño de cabras, tan habitual en la zona. La posterior construcción de un funicular que discurre por las entrañas de la montaña ha mejorado las comunicaciones y en parte ha cambiado las condiciones de vida de sus habitantes. También ha facilitado la llegada de los turistas que en apenas diez minutos pueden salvar 400 metros de desnivel.
Pero incluso la puesta en marcha de este transporte subterráneo no ha impedido que este rincón cabraliego mantenga su tranquilidad habitual. Pocos vecinos, casas de piedra techadas con teja roja, puentes de madera, tractores y vacas de la raza Asturiana de los Valles conforman parte de una estampa cotidiana en la que también hay espacio para bares que ofrecen cocina casera asturiana.
Si además tenemos en cuenta las numerosas rutas que se pueden hacer desde este pueblo asturiano, como la que conduce al mítico Naranjo de Bulnes, no resulta extraño que resulte tan atractivo para los viajeros.