El Castro de Chao Samartín muestra, a través de sus restos arqueológicos, la vida de los antiguos pobladores de esta zona. Su museo adjunto viene a ilustrar el origen y evolución de los poblados fortificados del Occidente de Asturias.
Para entender las construcciones del Castro de Chao Samartín es preciso conocer que abarca cuatro épocas: la Edad de Bronce, la Edad de Hierro, la época romana y el altomedieval. Se cree que el inicio de esta comunidad fortificada se debe a la rivalidad entre grupos, por lo que estas defensas se construían en lomas y colinas. Si nos guiamos por los escritos de Estrabón sobre los habitantes del norte, conoceremos que estos pueblos de la montaña eran sobrios: “no beben nada, a no ser agua, duermen en el suelo y llevan cabellos largos igual que las mujeres, aunque para los combates ciñen su frente con una banda. Los hombres van vestidos de negro, llevando casi todos ellos el sago, con el que duermen en sus lechos de paja; utilizan vasos labrados de madera, como los celtas, y las mujeres llevan vestidos con adornos florales”.
La llegada de los romanos, atraídos por el oro de estas tierras, modificó costumbres y construcciones. Por las piezas encontradas, se sabe que a finales del siglo I d.C. en este castro se comía en vajillas importadas, las paredes de las casas se decoraban con vistosas pinturas de estilo romano, había canalizaciones y desagües, una domus romana con patio de columnas, los edificios eran rectangulares y tenían plantas, varias dependencias, se techaban con pizarra y se orientaban a las calles principales; además se construyó una sauna, la plaza enlosada… El fin de este próspero poblado se debió a un terremoto. Sobre las ruinas se construiría, en tiempos altomedievales, una necrópolis.
La llegada de los romanos, atraídos por el oro de estas tierras, modificó costumbres y construcciones.
Hoy se ha excavado y puede ser visitado. A 300 m. del mismo se ha construido el Museo de Chao Samartín, una de las puertas de entrada a la comarca del Parque Histórico del Navia. En sus vitrinas se exponen muchas piezas halladas mayoritariamente en este castro, pero también en otros vecinos como Os Castros de Taramundi y el Monte Castrelo de Pelóu. La exposición permanente cubre cuatro bloques temáticos: los antecedentes arqueológicos de la comarca, el Chao Samartín y su actual contexto, la cronología del yacimiento, y la reconstrucción histórica a partir de los materiales desenterrados. A lo largo de los años se han encontrado puñales, una lanza y un gran escudo de entre los siglos VI y I a. C., cráneos, hachas de la Edad de Bronce, pendientes de oro, cuentas de collar, fragmentos de pintura que decoraban la domus romana; cerámica prerromana, de importación del Noroeste, y de terra sigillata…
El conjunto formado por Museo y Castro forman una unidad ineludible si se desea que la visita merezca la pena. Se recomienda que el recorrido por el Museo, que a su vez es el centro de recepción de visitantes, dure 45 minutos y sea detallado. A continuación, se realiza una visita guiada al Castro que dura una hora, y se imparte en castellano, francés o inglés.