Los antiguos caminos conforman una telaraña de sendas, que sirven de guías silenciosas al caminante que desea conocer San Tirso de Abres sin intermediarios.
Hay caminos que unen entre sí los pueblos, otros discurren junto a recónditos parajes y los hay que atraviesan el concejo rumbo a Santiago. El uso los mantiene vivos, y hoy se han convertido en un importante recurso turístico. En San Tirso de Abres el recorrido más emblemático es el que se ha bautizado como Ruta del Ferrocarril, calificado como Vía Verde. Puede hacerse caminando o en btt, incluso los días nublados en los que no se recomienda subir a grandes alturas. Esta ruta lineal parte de la antigua estación de tren de San Tirso y transita por la antigua vía del ferrocarril minero que realizaba el recorrido Villaodrid-Ribadeo.
Otra senda con historia es la Ruta de los Arrieros, que en este caso es la que empleaban los comerciantes que llegaban desde Castilla hasta Galicia y Asturias en busca de compradores para su mercancía. Parte del pueblo de Espasande llega hasta A Ferrería, junto al Río Eo. También muy hollada ha estado siempre la Ruta de los Pañeiros, que en realidad designa el antiguo Camino de Santiago que seguían los peregrinos que llegaban por la Ría del Eo. La ruta comienza en El Llano, y a los pocos metros encontramos el Peto de Ánimas del Paxarelo.
La Ruta de los Pañeiros designa el antiguo Camino de Santiago que seguían los peregrinos que llegaban por la Ría del Eo.
Las tres rutas señaladas dan idea de lo transitado que estuvo San Tirso de Abres a lo largo de su historia, de caminantes que llegaban por motivos económicos o religiosos y que hoy se han transformado en deportistas o turistas en busca de rincones diferentes.
Para ellos también se ha habilitado una ruta circular que se adentra en la naturaleza santirseña: la Ruta de A Pena do Encanto. El punto de inicio es el propio San Tirso de Abres y el objetivo es A Pena do Encanto, lugar donde hay una misteriosa cascada entre agua y piedra. Dice la leyenda que allí se encuentra una dama encantada, que la noche de San Juan sale de la roca para peinarse con su peine de oro y hechizar a los incautos que se dejen tentar por su belleza. Recorrer de este modo San Tirso de Abres nos hace conocer su historia.