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miércoles 4, diciembre 2024

Taramundi. Contra el olvido

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Para muchos el paso del tiempo lo borra todo. Para los taramundeses, realza sus tradiciones, su entorno y su modo de vida. Esa es la razón de que cada año nuevas iniciativas vean la luz.

Los habitantes de Taramundi aman su tierra por encima de todo. Sus bosques espesos, sus ríos y arroyos serpenteantes, sus caminos de tierra tantas veces hollados. Agradecen a la naturaleza la generosidad que les permitió vivir en este paraíso, mientras muchos tenían que emigrar. Y sobre todo valoran el modo de vida tradicional, asociado a la artesanía del hierro que toma forma de cuchillos y navajas. Quien se acerca hasta aquí entiende perfectamente este sentimiento de identificación con la vida al aire libre. Con el paso de los años la desvaloración de los pueblos frente a la comodidad de las ciudades, y una economía que desdeñaba el campo dio paso a la despoblación rural.
Sin embargo el concejo se rebeló contra este futuro que no contaba con sus tesoros naturales. Desde principios del siglo XX comienza sin descanso un apoyo a la cultura traducido en diversos planes, y a principios de los ochenta se remodelan y construyen nuevas infraestructuras, con lo cual se recuperan muestras de arquitectura tradicional que comenzaban a perderse y la mejora de las carreteras permite una mejor comunicación con el entorno. Eso va a ser fundamental para la creación de la primera iniciativa de turismo rural que cambió el futuro del concejo: hoy es uno de los destinos turísticos de occidente, con mucho que contar.

Taramundi ofrece, repartidos a lo largo de sus pueblos y aldeas, hasta seis museos diferentes: el Conjunto Etnográfico de Teixois; el Museo Etnográfico de Esquíos; Mazonovo o Museo Interactivo de los Molinos; la Casa del Agua de Bres; el Museo del Telar; y la Casa Museo de la Cuchillería Tradicional de Taramundi. Al turismo se suman la cuchillería y el arte del telar como forma de vida, consiguiendo que no se pierdan los conocimientos ancestrales gracias a los cuales sobrevivieron los taramundeses de antaño.

En las aldeas taramundesas podremos apreciar el valor del silencio y admirar las construcciones tradicionales integradas en el paisaje.

La artesanía llega también hasta el plato en forma de gastronomía típica basada en embutidos y en la carne de ternera asturiana que pasta en el concejo; quesos elaborados con leche de aquí, tradicionales hogazas de pan, miel de la zona, y repostería abanderada por la tarta de Taramundi, cuyo ingrediente principal es la almendra.

Merece la pena visitar las aldeas del concejo, muy cuidadas, donde apreciaremos lo que vale el silencio y sabremos admirar las construcciones típicas integradas en el paisaje.

Para facilitarnos el paseo se han habilitado varias rutas de senderismo que nos llevan a los núcleos y rincones más emblemáticos. Por caminos de tierra iremos a veces junto a la orilla de un río, y otras entre tupidos bosques donde se escucha el trino de los pájaros. Las más reconocidas son la Ruta del Agua, la Ruta de los Ferreiros, la Ruta de Sol y Sombra, la Ruta de la Sierra de la Eiroa, la Ruta del Telar, o la Ruta de los Molinos. Naturaleza y etnografía se dan la mano en todas, puesto que en el camino podremos encontrar un museo o una construcción tradicional. Otras rutas circulares emblemáticas son la que parten y llegan a Taramundi y a Teixo.


Museo Almallos

La aldea de Almallos reserva una sorpresa para el que se acerca hasta ella. Se trata de un pequeño museo que expone la “Colección Periz, de Minerales y Piedras Semi-Preciosas”. Las vitrinas muestran bellos ejemplos minerales que proceden tanto de España como de otros puntos del mundo. Entre todos destaca una selección de baritas procedentes de una mina almeriense.

Habitantes pasados, paseos futuros

Yacimiento arqueológico Os Castros, en Taramundi
Yacimiento arqueológico Os Castros, en Taramundi. Foto: Valvanera

El concejo de Taramundi alberga dos poblados castrenses: el Castro de Ouria y Os Castros de Taramundi. El ritmo de las excavaciones en este último permitirá que se abra al público en 2011.

Los castros son poblados en los que los habitantes de la Edad del Hierro desarrollaron su modo de vida. Normalmente se situaban en un alto o una posición estratégica para su defensa y se protegían con fosos y murallas. Las gentes que vivían en ellas se organizaban de modo autárquico, siendo independientes en lo que a caza, agricultura, madera, agua y minerales se refiere, lo cual les hacía luchar con poblados vecinos para mantener sus recursos.
Os Castros de Taramundi refleja fielmente este modo de vida, que se prolongó durante la época romana. Lo característico de este poblado es que se ubica junto al casco urbano de la localidad. En él se han descubierto hasta el momento diez cabañas, y cientos de trozos de cerámica y vidrio que se están catalogando en el laboratorio recién estrenado. Las piezas más importantes encontradas son un hacha de hierro de la época romana, un pequeño candil de hierro, una llave y una fíbula romana. Los trabajos se están acelerando para que dentro de dos años esté excavada una tercera parte del poblado y se abra al público.
Aunque nunca se ha excavado, en la parroquia de Ouria hay otro poblado fortificado, en un promontorio en el que se encuentran los arroyos de Lameirón y Boldel, y se cree que había un tercero en las inmediaciones del cementerio de Bres.

Artesanía creciente

Artesana del telar
Artesana del telar. Foto: Valvanera

Convertir los metales, la madera o la lana en una obra de arte es algo que los taramundeses saben hacer muy bien. Para apoyarlo, nuevos proyectos artesanales están en marcha.

El 35 % de los ingresos globales del municipio procede de actividades artesanales, que en Taramundi están abanderadas por la cuchillería. Por eso uno de los proyectos estrella del concejo es poner en marcha un polígono de artesanos donde se establezcan queseros, ceramistas, cuchilleros y demás.
Otro proyecto es crear en Bres el segundo centro de artesanía de Asturias que estaría en marcha a principios de 2011. La ubicación será la “casona de Bres”, que se dividirá en tres plantas. En el sótano se instalarán los hornos para cocer vidrio y cerámica, en la planta baja estarán las salas para los talleres de joyería, cestería, azabache, seda-textil, vidrio, cerámica, talla de madera, encuadernación y cuero, así como un despacho dedicado a la innovación, una sala de exposiciones y una tienda para vender lo que aquí se elabore. La última planta será una sala de usos múltiples, desde la que se podrá observar sin molestar el trabajo en los talleres.
Volviendo a la artesanía más importante, se está tramitando la Denominación de Origen para la cuchillería taramundesa certificada por Aenor. Lograrlo podría terminar con la competencia que padecen estos artesanos, ya que en algunos mercados se venden imitaciones. Más cercana está la organización de una Feria Internacional del Cuchillo para 2010.

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