Con los nombres de tiraña, tártamu, grasilla y ḷḷeḷḷarina se conoce en Asturies a la Pinguicola grandiflora, una planta que florece en Mayo, ocupa taludes pobres pero húmedos y es insectívora. Complementa su fotosíntesis con pequeños insectos que se quedan pegados a sus hojas. De ahí el nombre de grasilla.
Unas gotas de sus hojas exprimidas entre leche provocan diarrea. Por eso se empleaba cuando los xatos estaban estripados. Pero también los pastores se gastaban bromas pesadas durante el almuerzo en la braña.
Existe un cuento tradicional que ilustra el poder diarréico de la planta.
En una apuesta de siega uno de los mozos aventaja a todos los demás, deciden echarle unas gotas de tiraña en la leche del almuerzo. Los efectos no se hacen esperar y cada poco tiempo debe interrumpir la siega. Sospechando que sus compañeros han hecho trampa decide quitarse los calzones y continuar diciendo “En cagar y segar la llabor tien que terminar”. En algunos pueblos se cuenta como un hecho verídico y llega a personificarse en algún vecino, aunque ya dijimos se trata de un cuento tradicional. En algunos pueblos de Quirós recibe el nombre de Tártamu y se cree que si se coge la planta y se entierra, tantos días enterrado, tantos días de diarrea.
Existe una frase hecha como amenaza: “Aysi te doy la flor del tártamu”, aunque las propiedades de la planta residen en sus hojas.