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viernes 13, diciembre 2024

Energía solar. El autoconsumo despega

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Generar electricidad en nuestra propia casa con energía solar para el autoconsumo, es cada día más rentable. Si bien hace años se trataba de una tecnología costosa, las grandes producciones han abaratado los costes de los paneles solares y ahora sí que salen las cuentas.

Al igual que hace años se empezaron a instalar placas solares destinadas a calentar agua sobre edificios de nueva construcción, hoy día las placas fotovoltaicas -las que producen electricidad- son las que más interés están suscitando. No es extrañar. Son más eficientes, más económicas y se rentabilizan con mayor rapidez.

Las solicitudes de instalaciones particulares están despegando con bastante celeridad. Y ello se debe fundamentalmente a dos factores: por una parte, las continuadas subidas de la factura eléctrica; por otra, el importante abaratamiento de costes de esta tecnología. El usuario busca adelgazar sus facturas y encuentra en las instalaciones fotovoltaicas una opción más que interesante. La instalación es relativamente sencilla y las amortizaciones ya se sitúan entre 6 y 8 años, y eso sin considerar las subidas del kilowatio.

Hay dos aplicaciones principales que demandan los usuarios. Por una parte, la energía solar fotovoltaica para dotar de electricidad lugares aislados o sin posibilidad de conexión a la red eléctrica, como casas de campo, cabañas o refugios de montaña. En estos casos se recomienda la instalación de paneles para captar los rayos solares y baterías para el almacenaje de la energía. Cuando se trata de inmuebles conectados a la red eléctrica, la opción es utilizarla para autoconsumo o vender la energía a la compañía respectiva. Las compañías eléctricas están obligadas a comprar la energía que producen los paneles para instalaciones menores de 100 kW de potencia.
Aunque en España la mayor demanda de instalaciones fotovoltaicas se registra en el centro y el sur, Asturias se suma rápidamente a esta

tendencia porque, si bien es cierto que las regiones del norte no registran las mismas horas de insolación de otras latitudes, las temperaturas más bajas ayudan a obtener una mayor eficiencia energética. Así, la cuenta se compensa y las instalaciones se rentabilizan igualmente con holgura.

Instalación doméstica con cuatro baterías, para ubicaciones aisladas.
Ejemplo de instalación doméstica con cuatro baterías, para ubicaciones aisladas. / Foto: Fusión Asturias

Autoconsumo: una revolución para el sistema eléctrico

El gobierno empieza a ver con preocupación este despegue del autoconsumo, ya que supone que un número creciente de usuarios deje de contribuir con su dinero para ayudar a tapar el histórico déficit de tarifa. Ello supone un desajuste en los ingresos y costes del sistema, que hará que los consumidores que no generen electricidad propia tendrán que asumir los costes de quienes ya no pagan. Por ello se prevén impuestos a la generación eléctrica para compensar este hecho. Desde las organizaciones de consumidores llueven las críticas. Penalizar esta tecnología, dicen, sería como penalizar al que usa bombillas de bajo consumo porque también está aportando menos.

Generar electricidad propia es muy sencillo

Las instalaciones fotovoltaicas domésticas son relativamente sencillas y rápidas de colocar. Los paneles solares se colocan generalmente en el tejado de la edificación, con una orientación de sur y una inclinación determinada. Si se trata de una instalación aislada, la electricidad generada es enviada a unas baterías donde se acumula. Éstas a su vez la envían a un pequeño aparato, el inversor, que se encarga de transformar la corriente a 220 voltios alterna para ser volcada a la red casera. En el caso de tratarse de una instalación de autoconsumo, la energía de las placas se envía a un pequeño transformador que se enchufa a cualquier toma de la casa, y a través de ésta vuelca corriente. El sistema da prioridad de consumo a la electricidad generada por las placas y, sólo si no es suficiente, toma de la suministrada por la empresa eléctrica. Las instalaciones de autoconsumo son más económicas que las aisladas porque no llevan baterías y el conjunto de sus componentes se pueden encontrar en el mercado a partir de los 1.200 €, a los que hay que añadir los costes de instalación.

Tarifa española, la más cara de Europa

En los últimos años se ha registrado una demanda energética menor y una mayor contribución de las energías renovables, como consecuencia se produce un déficit de tarifa que ha llegado a los 4.280 millones de euros en 2012 generando un déficit total de más de 25.000 millones, un agujero que el gobierno no acaba de gestionar a la baja. De modo que tenemos unas tarifas de las más caras de Europa (Fuente Eurostat), y a la vez tenemos un sistema eléctrico que no sólo no es rentable, sino que acumula deuda cada año.
Desde la liberalización del mercado eléctrico en 1997, que prometía libre competencia y mejores precios, la realidad es que las facturas no han dejado de subir. Salvo el respiro que se ha producido a comienzos del 2013, con la bajada del 6,6% en la Tarifa de Ultimo Recurso (TUR) lo cierto es que entre 2006 y 2011 el precio que pagan los consumidores domésticos creció casi un 70%, sin que ello haya aliviado la inflación acumulada. Solo en 2012 la tarifa doméstica subió un 7% en abril y un 4% en julio, y se espera que se produzcan nuevas subidas antes de terminar el año, si se cumple la amenaza de las eléctricas de trasladar al consumidor los nuevos impuestos aprobados por el gobierno.

Balance neto YA Energía solar. El autoconsumo despega. Balance neto ya. De ello están pendientes miles de usuarios y profesionales, por las consecuencias que tendría su aprobación de cara a hacer más rentables todavía las instalaciones para el autoconsumo. Existen varias normas relativas al autoconsumo, pero no una única que marque la referencia. Hablamos del Proyecto de Real Decreto sobre la Modalidad de Suministro Eléctrico de Balance Neto (Autoconsumo), proveniente de la Directiva Europea 2009/28/CE, que está pendiente de la aprobación final por parte del Ministerio de Industria. Se trata de regular la gestión del mecanismo de compensación mediante el cual el excedente de energía para el autoconsumo se vuelca a la red y se recupera más adelante. Este paso ya se ha dado en muchos países de nuestro entorno, sin embargo en España, a pesar de que la tramitación del Real Decreto que lo contempla se inició en 2011 y recibió el dictamen de la Comisión Nacional de Energía en 2012, no termina de aprobarse. El gobierno, que tiene pendiente una necesaria reforma energética a gran escala, acumula retrasos.

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