Reserva de la Biosfera y uno de los parques naturales más emblemáticos de Asturias, Somiedo es conocido por mantener vivo el estilo de vida tradicional asturiano, representado en las brañas o cabanas de teito. También por su paisaje de altas cumbres y lagos glaciares, o por ser un hábitat amigable para especies en peligro de extinción, como el oso cantábrico o el urogallo.
Somiedo fue el primer espacio natural asturiano en ser declarado Parque Natural, en 1988. De esta primera experiencia salió el modelo de gestión para muchos otros parques que vinieron después. Más tarde, en el año 2000, la UNESCO reconoció lo que ya se sabía hace mucho tiempo: que aquí se combina el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, que son muchos, con la conservación de la flora, la fauna y muy especialmente los valores culturales ligados a la naturaleza y a la tradición. Por todo ello, Somiedo ostenta también el título de Reserva de la Biosfera.
Para impresionarse un poco más, basta con mirar las cifras: son casi treinta mil hectáreas de naturaleza, vertebradas en torno a cuatro valles principales. De las 73 especies de árboles y arbustos autóctonas de Asturias, en este Parque Natural hay 65. Aquí se encuentran aproximadamente 180 especies de vertebrados, entre las que destacan el ciervo, el corzo, el rebeco y varios tipos de aves. Pero son el oso y el urogallo los más destacados, ya que, a pesar de estar consideradas especies protegidas y en peligro de extinción, han conseguido mantener una población razonablemente estable en este Parque. Como buena noticia, cabe resaltar que los osos han aumentado de número en los últimos años. No así los urogallos, que han descendido alarmantemente y son en la actualidad una de las especies más vigiladas de la Península Ibérica. Somiedo es uno de los pocos lugares donde aún se encuentran estas aves, que desgraciadamente viven un momento crítico.
Pura naturaleza
En el Parque Natural de Somiedo encontramos toda la diversidad de sustratos geológicos de la Cordillera Cantábria, ya que combina rocas calcáreas y silíceas. Sin embargo, los menos entendidos en geología no necesitan fijarse en los detalles, y reconocerán sin lugar a dudas un paisaje clásico de altas cumbres, verdes prados, bosques frondosos y una peculiaridad: aquí encontramos la mejor muestra de lagos de montaña de toda España, sólo superada por los Pirineos. Se trata de lagos glaciares que se nutren de las nieves invernales. El complejo de Saliencia, formado por varios lagos, es uno de los más conocidos. En otra zona, el Lago del Valle es el mayor de todos: con casi 24 hectáreas y un islote en el centro, crea una de las postales más características de la zona.
Las brañas están formadas por un conjunto de cabanas de teito. Su nombre viene dado por los techos de matorral, que resultan ser absolutamente impermeables, y capaces de soportar el peso de las intensas nevadas de la zona.
Las cotas más altas del lugar llevan el nombre de Pico Cornón, Peña Orniz, Picos Albos o Sierra Pelada, todos rondando 2.200 metros, y son lugar de peregrinación de cientos de montañeros. Más abajo, los bosques de robles y hayas se consideran de los mejor conservados de la Cordillera Cantábrica. En menor medida se encuentran rebollos, abedules, serbales, acebos, arces, fresnos, tilos y olmos, que hacen del paisaje otoñal un despliegue de colores. Muchos de estos bosques son de acceso restringido para proteger a la fauna, de modo que antes de planear un paseo o ruta de montaña es aconsejable informarse en el Centro de Interpretación del Parque.
Etnografía viva
Las brañas somedanas son la muestra de una tradición pastoril que aún sigue viva. Se utilizaban en primavera y otoño, ya que en invierno el ganado se guardaba en los pueblos, y en verano pastaba en lugares más altos, donde los pastores construían otras cabañas más sencillas llamadas corros, que aún pueden verse en Sousas, Murias Llongas y La Mesa.
Las brañas, con una estructura directamente emparentada con la de los castros prerromanos, están formadas por un conjunto de cabanas de teito. Su nombre viene dado por los techos de matorral, principalmente escoba (Cytisus Scoparius). Para sorpresa de los visitantes, estos teitos son absolutamente impermeables, y pueden soportar el peso de las intensas nevadas de la zona. Para ello hay que renovar periódicamente la techumbre vegetal, en lo que se conoce como teitado, técnica según la cual se van removiendo las partes más deterioradas y sustituyéndolas por escoba nueva.
Por desuso, muchas de estas brañas se estaban perdiendo, pero hace unos años comenzó un programa de recuperación que permitió restaurar muchas de ellas, de modo que Somiedo posee un conjunto de estas edificaciones que puede verse en muy pocos lugares de Europa. Actualmente se cuentan 370 cabanas de teito, de las cuales 240 están en buen estado de conservación. Se reparten en cuarenta brañas por todo el territorio somedano, y son uno de los signos de identidad del Parque. Algunas cabanas pueden visitarse, y otras incluso se han reciclado en originales alojamientos de turismo rural.
El paisaje es una combinación de altas cumbres, verdes prados, bosques frondosos y una peculiaridad: aquí encontramos la mejor muestra de lagos de montaña de toda España, sólo superada por los Pirineos.
Pero las brañas no deben dar lugar a la nostalgia, ya que en Somiedo aún se mantienen los modos de vida tradicionales. Los vaqueiros de alzada son familias trashumantes que, siguiendo al ganado, se desplazan cada estación con sus rebaños de vaca autóctona, la asturiana de los valles o vaca roxa, y miden el año según los ciclos que marcan los animales: la recogida de la hierba, el riego y estercolado de los prados, la subida a las brañas… La ganadería sigue proporcionando el mayor activo económico de la zona, aunque en los últimos tiempos esto se completa con los recursos derivados del turismo, siempre sostenible, que ha empezado a repuntar como sector económico de importancia.
La etnografía está íntimamente relacionada con esta actividad, y hoy en día se mantienen varias ferias de ganado tradicionales de gran renombre, entre las que destacan las dos que se celebran en Santa María del Puerto, así como un certamen anual de rebaños de Asturiana de los Valles, en Pola de Somiedo. Estas citas son auténticos eventos sociales, donde los vecinos aprovechan para reunirse y ponerse al día.
Para conocer ésta y otras facetas de la zona, existen doce rutas señalizadas que se pueden recorrer a pie, en bicicleta de montaña o a caballo. Sea cual sea el modo elegido, hay que tener en cuenta que Somiedo debe visitarse con calma, aceptando el ritmo tranquilo que marca aquí la naturaleza. Somiedo es conocido por sus paisajes y sus gentes, por un turismo relajado y amante de los placeres sencillos, sin aditivos; pero sobre todo porque da igual lo que cuenten: aquí toda experiencia es única y cada cual debe vivir las suyas. Por eso en este Parque Natural todas las posibilidades están abiertas, siempre que se venga con respeto y ganas de dejarse sorprender por la belleza de cada rincón.
El Centro de Interpretación del Parque Natural
El oso cantábrico
En la Casa de la Fundación Oso Pardo en Somiedo, ubicada en Pola y perteneciente a la ONG del mismo nombre, pueden contratarse rutas guiadas por especialistas para conocer el hábitat natural del oso.
Datos de interés
- Centro de interpretación del Parque Natural y Oficina de Turismo
Tfno: 985 763 758
- Ecomuseo de Somiedo
“Los Oficios” en Pola de Somiedo
“La Casa” en Veigas
Tfnos. de información: 985 763 984 / 763 652
El Ecomuseo de Somiedo está incluido en la Red de Museos Etnográficos del Principado de Asturias: www.redmeda.com
- Ayuntamiento de Somiedo
La Plaza, s/n. 33840 Pola de Somiedo
Tfno: 985 763652 / 763410 / 763409
Más información: www.somiedo.es