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viernes 27, diciembre 2024

No me hables en extranjero

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Parecía que estaba averiada. La cinta se había enrollado de una manera imposible y Jose no acertaba más que a maldecir, la dichosa registradora dejaba de funcionar justo a la hora de abrir la cafetería. “Pero, vamos a ver, hombre, ¿no tienes libro de instrucciones?”.”Sí, pero está en extranjero”
Un ejemplo de humildad lingüística proletaria, en estos tiempos en que todos usamos la muleta del inglés para apoyar la idea de que estamos preparados para la vida moderna. También puede darse la modestia, más escasamente, entre los que solemos llamar intelectuales. Seguramente en su propia biblioteca tiene un ejemplo. Coja, por favor, ese ejemplar anaranjado con el nº 77 de la vieja y muy útil colección de RTVE, “El bandido adolescente”.
En el prólogo, esas páginas antes de la novela que nunca leemos, cuenta el introductor cómo Ramón J. Sender se ríe de sí mismo al explicar que para las correcciones de una cierta edición de “Mr. Witt en el Cantón” se limitó a quitar una sola letra, pues cuando escribió ese libro aún no sabía inglés y puso que el himno de ese país era “God shave the King”, con lo que venía a decir “Dios afeite al Rey”, errata que hizo mucha gracia al propio Eduardo VIII.
A veces una traducción deficiente destroza un buen libro. Tengo una preciosa obra, Filatelia Bíblica, escrita por el franciscano Agripino Cabezón Martín que da ejemplo de erudición no solamente en esto de las estampitas, sino en teología (lógico), lenguas semíticas, fauna, flora, historia y, si me apuran, hasta milicia. Sin embargo está imperdonablemente mal editada y se suceden desde faltas de ortografía hasta errores de bulto en la traslación al castellano. Por ejemplo, habla de un sello que reproduce las vidrieras artísticas de la Biblioteca de la Universidad Hebrea de Jerusalem, la National Library, que es traducida como lo haría un parvulito de inglés, “la librería”; error en el que incurre al menos cinco veces en diferentes páginas.

Este año pasado nos convocaron para una reunión en la que se iba a hablar de la aplicación de SSV. Pregunto de qué va el tema y me responden que esas siglas son de Safety Noséqué, para evitar accidentes. “O sea, lo que viene siendo la Prevención de Riesgos Laborales”. “Sí, eso”.

Si las personas cultas meten la pata no digamos lo que hacemos los ignorantes cuando nos metemos irresponsablemente en terrenos pantanosos. En las multinacionales para las que trabajé mantuve luchas épicas contra el uso inmoderado e irresponsable de palabras inglesas, sobre todo cuando existían términos castellanos claros y precisos para expresar tales conceptos. Es insoportable escuchar, además mal pronunciado, que la reunión matinal es el morning briefing, en vez del presupuesto corporativo vamos a analizar el budget, que el grupo al que se orienta una campaña es un target o que un jefe que quiere saber mi opinión sobre una actividad de formación me diga que me llama para conocer mi feeling.
Este año pasado nos convocaron para una reunión en la que se iba a hablar de la aplicación de SSV. Pregunto de qué va el tema y me responden que esas siglas son de Safety Noséqué, para evitar accidentes. “O sea, lo que viene siendo la Prevención de Riesgos Laborales”. “Sí, eso”. Bueno, total que vienen dos entendidos provistos de ordenador portátil (personal computer), diapositivas (power point) y nos propinan un cursillo de una jornada (stage). Como es lógico empiezan proyectando el orden del día, donde está previsto que a media mañana paremos un rato; pero no vamos a tener una pausa, un descanso, no vamos a salir al recreo, no señor, amenazan con que vamos a tener un “coffe breack” (bien escrito: coffee break). A partir de aquí, ¿qué caso va a hacer la audiencia?
Otras veces los errores se producen por no fijarse, caso que abunda entre los periodistas, acuciados por la inmediatez de las noticias. En la página 42 de La Nueva España 28 octubre 2007 se lee el siguiente pie de foto: “Bhutto ora ante la tumba de su padre” Para mala suerte del redactor las letras de la lápida ante la que se encuentra la también hoy fallecida Benazir son grandes y se lee perfectamente el texto en inglés, En amoroso tributo a la sagrada y deliciosa memoria de nuestra querida madre Lady Khurslid Shah Bhutto… (siguen la fecha, la edad y una invocación a Dios).

Es más divertida la siguiente anécdota del “making of” https://www.lne.es/gijon/2011/03/06/making-of-alcaldesa-sufragista/1042403.html. En mi ineptitud para hablar en extranjero ya había recortado la noticia, en la creencia de que estaba mal escrita, y había afilado el lapicero con ingeniosas bromas (el atrevimiento de la ignorancia) sobre el desconocimiento de la redactora, cuando llega mi filóloga de plantilla (gracies Marta) y me libra del ridículo avisándome de que se dice así, no con el “off” que yo creía.
Explicado sencillamente, off es un adverbio que expresa distancia, mientras que of es la preposición “de”. Para comprender mejor la diferencia hay un gráfico título de The Rolling Stones (en asturiano Los Regodones), donde un chaval le dice a su chica ¡bájate de mi nube!, Get off of my cloud.
Jose no entendía el manual de instrucciones porque venía en extranjero y lo reconocía con naturalidad, que en el barrio no nos andamos con tonterías. Pero eso no es obstáculo para ser exquisitos. Me había puesto las manos perdidas de la tinta añil de la registradora, me ofreció jabón, desengrasante y toallas, le dije que lo que mejor quitaba esas manchas era el alcohol. “Déjame ginebra”. “¿Qué quieres, Larios o MG?”

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