Escanciar la sidra, que espalme, que pegue… son muchas las expresiones asturianas que se utilizan a la hora de elaborar o disfrutar de esta popular bebida. Para recopilarlas Fernán Gonzali ha publicado el Diccionariu Sidreru. Con él se protege una parte importante de nuestra cultura.
La sidra es la bebida social por excelencia en Asturias, signo de identidad reconocido fuera de nuestras fronteras. 23 lagares y 265 cosecheros trabajan bajo la Denominación de Origen Protegida “Sidra de Asturias”, que certifica la calidad de uno de los productos más emblemáticos de la región.
Las peculiares características de la tierra asturiana crean las condiciones para unas excelentes plantaciones de manzanos y, como consecuencia, una sidra de calidad reconocida. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida “Sidra de Asturias” es el encargado de velar porque las sidras con Denominación de Origen cumplan con toda una serie de requisitos que aseguren un buen resultado final.
La ‘Sidra de Asturias’ se elabora única y exclusivamente con manzana de sidra asturiana, bajo un marco de actuación y control que comprende todo el proceso productivo, desde el cultivo de la manzana hasta la comercialización. Hoy en día esta certificación potencia la competitividad dentro de los mercados nacionales e internacionales, porque otorga un valor añadido a los productos. Los empresarios del sector sidrero saben lo importante que es tener una marca colectiva que sea sinónimo de calidad, y apuestan decididamente por este producto.
Bajo la denominación ‘Sidra de Asturias’ se agrupan tres tipos de sidra
- La Sidra Natural Tradicional, de aspecto amarillo pajizo intenso. Es también conocida como “sidra en rama” y no ha sido filtrada. Se consume previo escanciado que ha de dejar un “buen espalme” en el vaso, sin mucha espuma, y un moderado “aguante”, que hace referencia a las partículas de gas carbónico que están en suspensión en la sidra mientras se bebe.
- La Sidra Natural de Nueva Expresión, muestra un aspecto amarillo limonado con tonalidades verdosas y reflejos dorados, y presenta micro burbujas de gas carbónico. Es una sidra filtrada que se sirve a una temperatura inferior que la natural (10-12ºC), y no precisa de escanciado.
- La Sidra Espumosa presenta un aspecto pálido amarillento con destellos dorados y una burbuja fina y constante de lenta evolución. La característica de esta sidra, también llamada de doble fermentación en botella, es la recuperación del gas carbónico que proviene de la segunda fermentación. Se sirve en copa y sin escanciar, y es habitual en las mesas navideñas.
Escanciar la sidra, que espalme, que pegue… son muchas las expresiones asturianas que se utilizan a la hora de elaborar o disfrutar de esta popular bebida. Para recopilarlas Fernán Gonzali ha publicado el Diccionariu Sidreru. Con él se protege una parte importante de nuestra cultura.
Fernán Gonzali Llechosa, natural de Gijón, es un aficionado al estudio de la cultura asturiana. De su interés por la bebida asturiana y su trabajo de campo por llagares y sidrerías nació el diccionario de la sidra, que recoge más de quinientas entradas y que ha conseguido el primer premio de ensayo del grupo Trabanco.
-¿Por qué un diccionario de la sidra?
-Hace un tiempo, en el círculo de amigos que nos reunimos para tomar sidra salió a debate que en el argot sidrero se estaban cambiando expresiones y se estaban reemplazando por otras del mundo del vino.
A partir de ahí surgió la idea de investigar un poco en el tema, buscar en obras, en diccionarios y en vocabularios que ya estaban editados. Fue un trabajo más que nada de recopilación para lo cual también hablé con llagareros, con sidreros y chigreros y al visitarlos siempre aparecía una palabra que no estaba recogida.
-¿Le sorprendió la riqueza del lenguaje de la sidra en expresiones y en dichos?
-Sí, porque cuando te pones en “fariña” ves que aparecen expresiones de toda Asturias. Muchas veces los asturianos pensamos que la sidra es sólo del centro de la región y estamos equivocados.
-¿La cultura de la sidra puede verse usurpada por sectores como el vinícola?
-Pienso que es una cuestión de falta de conocimiento. En otros lugares como el País Vasco, donde también hay tradición de sidra, no tienen tantos prejuicios a la hora de poner denominaciones en euskera; sin embargo aquí parece que tenemos todavía un poco de miedo o vergüenza a la hora de usar el asturiano.
Por eso el tema concreto del diccionario era dar una llamada de atención. No tenemos que perder un bagaje cultural tan enorme e importante como éste, que se lleva usando más de mil años, y que puede ser compatible con el castellano o con cualquier otro idioma.
“El arte de escanciar la sidra es exclusivo de Asturias y eso hay que potenciarlo desde un punto de vista identitario”
-¿Cómo se podría sacar mayor partido a toda la tradición lingüista de la sidra?
-Eliminando una serie de anécdotas que se usan más que nada a nivel elitista. El acervo popular -cómo se expresan los entendidos de sidra en el chigre, cómo van a probar la sidra en los llagares, a probar los toneles, a espichar- cuanto más rural, mejor. En las ciudades parece que se está perdiendo un poco más porque aquí hay más variedad de personas o de gente de otros sitios que no conoce exactamente esas expresiones. En las grandes ciudades hoy en día los jóvenes dicen “vamos de sidras”, y eso a cualquier asturiano que tenga una cierta edad le suena mal. Diría: “vamos a tomar unos botellines, vamos a tomar unos culinos”.
-Iniciativas como la suya ayudan a visibilizar este lenguaje. ¿Qué otros sectores tendrían que implicarse en este objetivo?
-Nos haría falta llegar más a las escuelas. No se trata de decir a los niños que beban sidra pero sí hay que enseñarles cómo se produce, qué es un llagar, las partes que tiene, cosas que son muy didácticas para los críos. Creo que los tiros pueden ir por ahí. Y que sirva para sentirnos un poco más orgullosos -si no lo estamos- de ser asturianos y tener una cultura y una manera de vivir el mundo de la sidra que es exclusiva de aquí.
-Ahora mismo están sacando productos diferentes, como la sidra de nueva expresión. ¿El lenguaje se va renovando también?
-El arte de escanciar la sidra es exclusivo de Asturias y eso hay que potenciarlo desde un punto de vista identitario, de forma que se identifique ese producto con la tierra que lo hace. Todo lo que sea novedoso es bienvenido, pero la sidra de Asturias tiene una parafernalia detrás que hay que apoyar y fomentar, porque es parte de nuestra cultura.
-Con este trabajo consiguió el primer premio de Ensayo Emilio Trabanco.
-Esto es la respuesta a más de un año de trabajo, y estoy muy orgulloso de ser el ganador. Creo que es una iniciativa que tiene que seguir. Hay que fomentar que los asturianos nos preocupemos por nuestra cultura.