La comarca más meridional de la vecina Cantabria nos invita a desvelar su carácter campurriano. Sus gentes, unidas a su tierra y tradiciones, se mimetizan con un paisaje poderoso dominado por el agua en todas sus manifestaciones.
Debido a su variado patrimonio natural, concentrado en el extremo sur de Cantabria, podría considerarse a la comarca de Campoo Los Valles como un inmenso paraíso que en esta época del año se nos presenta coronado de nieve. Son muchos los puntos de encuentro que atraen al visitante asturiano hasta este lugar, que alberga la única estación de esquí de la provincia, así como cuidados alojamientos y servicios de restauración.
El Ebro
En Fontibre nace el río más largo de la Península, y lo hace en un entorno de gran belleza, arropado por las ramas de un bosque caducifolio ubicado en el valle de Campoo de Suso. El origen es un abundante manantial, que al poco de nacer recibe su primer afluente por la margen izquierda, a través de un pequeño arroyo cercano al manantial de aguas minero-medicinales. Junto al lugar del nacimiento del Ebro se encuentra el Centro de Visitantes del Río Ebro, con dos áreas expositivas que tratan de la historia y los usos de este río.
Más avanzado el curso, se ha embalsado artificialmente el caudal, lo que ha dado lugar a un Refugio Nacional de Aves Acuáticas, ya que se ha convertido en zona de invernada de hasta cincuenta especies de aves acuáticas migratorias del Norte. A las orillas del embalse puede visitarse el Centro Ornitológico, desde el que parten itinerarios guiados para ver aves. Otra de las zonas emblemáticas, antes de que el cauce se adentre en Burgos, son los cañones del Ebro excavados en la roca caliza.
Aunque el Ebro es el río más emblemático de esta comarca, no se deben olvidar el río Híjar -que nace al pie del Pico Tres Mares de varias fuentes y cuyo curso inicial transcurre entre paisaje de roca y bosques, formando cascadas- y el río Guares, que nace en la Cuenca de los Pozos, pasa por Abiada y ofrece una bella ruta desde el refugio de Tajahierro.
Bosques
Los bosques son abundantes en la comarca, entre los que destacan las masas de haya, abedul y roble del Alto Híjar; el Monte Hijedo rebosante de roble albar, salpicado de hayas, tejos y acebos, así como un variado sotobosque a las riberas de los arroyos; y el Parque Natural Saja Besaya, paraje protegido formado por bosque atlántico.
La lista se amplía si añadimos el entorno del río Erecia y el Monte Canales, el Bosque de Cervatos, Las Tainas, la aliseda de Riopanero o los bosques de Montabliz, lo cual da una idea de la variedad de flora de la zona y su buena conservación, convirtiéndose estos parajes en testigos de la pureza de la comarca.
Como vigilantes de otra época, en Campoo de Suso permanecen árboles con nombre propio como la Cajigona del Abiada, el nogal milenario El Abuelo de la Hoz o los tejos de Abiada, Entrambasaguas, Soto y La Lomba.
Senderismo
Las montañas más elevadas se concentran mayoritariamente en el municipio de la Hermandad de Campoo de Suso, con las altas cumbres de las sierras de Híjar y el Cordel, donde se encuentran una docena de cumbres que superan los dos mil metros. Son retos agrestes, sobre todo en esta época del año, donde el manto de nieve impide ver los contornos del camino. Sin embargo, los senderos son una buena opción para todos los días del año. 
Gastronomía
En esta tierra de espesos bosques, pastos verdes y abundantes huertas, hay que probar la miel de brezo, las renombradas patatas de Valderredible, el pan de pueblo preparado de forma artesanal -como el pan de Olea-, los huevos de corral y el queso artesano puro de oveja llamado “valluco”.
Más elaborado es el hornazo, una hogaza de pan artesano que se rellena antes de cocer con chorizo, lomo, tocino y jamón. También se preparan buenos platos con la matanza de casa, las setas recogidas en los bosques, la carne de vacuno criado en la montaña y la caza del lugar, donde abunda el jabalí. Sobre todo destacan los guisos basados en estos productos, como patatas con chorizo, y el chuletón de “rechao”, un ternero de un año que se hace a la brasa, con su justa sal y un poco crudo.
Como recuerdo del paso de la línea férrea Bilbao-La Robla, quedó como plato estrella la “olla ferroviaria”, una cazuela autónoma que se calienta con carbón.
Nieve
Es el tesoro invernal de la comarca, concentrado en la Estación de Esquí Alto Campoo, la única de Cantabria. El Pico Tres Mares sirve de base para las veintitrés pistas desde las que disfrutar de los deportes blancos, ofreciendo abundante nieve a lo largo de los meses más fríos del año. Los remontes dan soporte a más de trece mil esquiadores a la hora, hay escuelas de esquí y snowboard, tiendas para alquilar o comprar material, restauración a pie de pista y en los alrededores. Los pueblos que la rodean y la propia Reinosa completan los servicios necesarios. El tamaño y los servicios de la Estación de Esquí Alto Campoo están indicados para todo tipo de niveles y son pistas recomendables para pasar el día en familia, ya sea disfrutando del placer de caminar sobre abundante nieve o de iniciarse en los deportes asociados a la misma. Paralelamente, tienen lugar diversos campeonatos en la estación, como el IV Trofeo Cantur FIS Juveniles los días 8 y 9 de enero, la I Copa Cordillera Cantábrica para juveniles y absolutos, los días 22 y 23 de enero y el Trofeo Chavaluco. III Copa Cordillera Cantábrica para infantiles, los días 29 y 30 de enero. Todas las pruebas en la modalidad de esquí alpino.
Antepasados
Su presencia en esta zona comienza en la época prehistórica, de la cual quedan recuerdos a través de dibujos de figuras humanas, animales y signos vegetales en El Abrigo de El Cogular, en Ruanales, que datan de la Edad de Bronce. También permanecen como ejemplos de la prehistoria el cromlech de La Corona (Suso) o el Conjunto Megalítico de Los Lagos.
Como recuerdo del paso de los romanos queda la antigua ciudad estratégica Iulióbriga, en la loma del pueblo de Retortillo; la cercana Camesa-Rebolledo, con su residencia señorial y termas; los restos en Santa Mª de Hito, así como restos de calzada romana.
De época posterior son las iglesias rupestres sitas en Santa Mª de Valverde, San Martín de Verdelomar, Campoo de Ebro, Cadalso, Arroyuelos y Villaescusa de Ebro. El Castillo de San Vicente, en Argüeso, es el mejor conservado de Cantabria.
De arte mozárabe y gótico quedan pocas muestras, al contrario de lo que sucede con el románico, del que se conservan excelentes ejemplos en las iglesias de las Henestrosas, Villanueva de la Nía, Bolmir, Villacantid, Rioseco, San Juan de Raicedo, Cotillo o Bárcena de Pie de Concha. Sólo en Valderredible hay treinta y cinco templos con restos de los siglos XII y XIII, lo cual da idea de la abundancia de este arte en la zona. Entre todas las iglesias, destaca la Colegiata Románica de San Martín de Elines, con una llamativa torre cilíndrica y abundante simbología en los capiteles. Para acercarse más a las características de este arte, en Villacantid se ubica el Centro de Interpretación del Románico.
Fiestas y tradiciones
En esta comarca tan llena de historia, no faltan las fiestas que se pierden en el tiempo, y que en muchas ocasiones recrean esa unión a la naturaleza que proviene de épocas remotas. El año festivo se inicia en varias zonas con Las Hogueras, el 21 de febrero, para seguir el carnaval, las marzas y la pascua. A nivel religioso, destacan la Romería de la Virgen de Velilla, Nuestra Sra. de Montesclaros, y Ntra. Sra. de Labra o de las Nieves, patrona de La Hermandad de Campoo de Suso. Los Campanos, el primer domingo de septiembre en Abiada, es Fiesta de Interés Turístico Regional.