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La subida al Angliru junto con la Farrapona en Somiedo, sitúan al Principado como uno de los grandes escenarios del ciclismo internacional. Además de un santuario ciclista mundial, L’Angliru posee un paisaje de incomparable belleza y es un mirador natural desde el que se puede divisar media Asturias en un día despejado. Roberto Álvarez, alcalde de Riosa, nos explica cómo se ha convertido en la etapa reina de La Vuelta y por qué es obligado venir a conocerla.

-L’Angliru vuelve a ser una etapa decisiva dentro de La Vuelta Ciclista a España. ¿Cómo fue este descubrimiento? ¿Cuándo se puso el Angliru en el mapa?
-Pues confluyen varias circunstancias que, sumadas, ponen al Angliru en el mapa. En 1998 se organiza la primera Marcha Cicloturista a la cima del Angliru, con la colaboración del Ayuntamiento de Riosa donde estaba Eladio Llano “Lali” que fue quien mostró más interés por organizar esa Marcha Cicloturista. Era un gran ciclista -vecino de Riosa- que ascendió esas paredes con su bicicleta en innumerables ocasiones, él contribuyó sin duda a la leyenda del coloso. Otro de los valedores fue el alcalde en aquella corporación del 98, José María Muñiz, que apoyó esta iniciativa desde el principio y a la postre la llegada a esta cima en la Vuelta Ciclista a España. Aquella Marcha la organizaban unos vecinos del pueblo, uno de ellos era el fundador de la Peña Ciclista Ovetense Fuertes Acebedo. La idea era subir a la cima, comer por allí y disfrutar del paisaje. Esa marcha fue cogiendo relevancia y se fue repitiendo, luego pasó a organizarla la Peña Ciclista El Chava, que por cierto fue el primer ganador de esta subida en La Vuelta.
Ese mismo año coincide que el invidente langreano Miguel Prieto visita durante sus vacaciones el Angliru junto a su mujer y queda tan impresionado por la pendiente que percibía, que decide escribir una carta a Unipublic –empresa organizadora de La Vuelta–, hablando de las excelencias de este puerto. Y a finales de ese mismo año, el 15 de diciembre, se anuncia el Angliru como final de etapa en La Vuelta. Aquello se convirtió en una bola de nieve que en muy poco tiempo adquirió un volumen muy grande desde el punto de vista mediático. Pronto lo denominaron el “Mortirolo español” porque lo consideraban más duro que el famoso puerto italiano.
-Quién les iba a decir que aquella sencilla iniciativa iba a coger tal relevancia…
-En aquella corporación yo era concejal de Deportes. Recuerdo que nos solicitaron apoyo económico para la Marcha Cicloturista y el alcalde dijo que para adelante. Haber llegado hasta aquí no es mérito de una sola persona, fueron muchas las que creyeron en esto y colaboraron. Para los riosanos este lugar siempre fue una joya, y ahora había que darlo a conocer al mundo. Esta fue una maravillosa fórmula.
-Supongo que en aquel momento esta subida sería aún más dura dado que las bicicletas no tenían el desarrollo que tienen ahora.
-Claro, las bicicletas no estaban preparadas y los ciclistas tenían un temor tremendo a estas pendientes. Hubo polémicas muy importantes. Recuerdo que hicimos una campaña con petos que ponían “No empujes” porque los ciclistas pedían que se les empujara y corrían el peligro de que, no solo les desclasificaran, sino que también peligraba la prueba, el que La Vuelta dejara de venir. También tuvimos que adecuar la carretera, mejorar las infraestructuras, ya que para hacer allí el final de la etapa era necesario que subieran camiones muy largos, de gran tonelaje, y había curvas muy cerradas que también hubo que arreglar.
«Haber llegado hasta aquí no es mérito de una sola persona, fueron muchas las que creyeron en esto y colaboraron. Para los riosanos este lugar siempre fue una joya, y ahora había que darlo a conocer al mundo»

-El pasado 1 de julio tuvo lugar la presentación oficial de las etapas asturianas de La Vuelta. ¿En qué consistió?
-La presentación fue una cosa sencilla y también espectacular. Estaba la vicepresidenta Jimena Llamedo, el director de La Vuelta, Fernando Guillén y los alcaldes de los distintos concejos por donde pasan las etapas. Pero quien acapara ahora toda la atención es el Angliru. ¿Por qué? Porque es un puerto singular, diferente a todos. Porque tiene una pendiente mantenida de casi un kilómetro, La Cueña les Cabres, y eso es ya famoso. Soy de los que creo que la marca Angliru no solo pone a Riosa en el mapa, sino que trasciende y pone también a Asturias. Es marca Asturias. Está todo el mundo pendiente de esta etapa, tiene récord de audiencia en televisión, es un recorrido que asombra a España entera. Este año no podemos decir que quien gane esta etapa será el ganador de La Vuelta, pero sí será algo que va a definir la clasificación general.
-¿Qué beneficios supondrá para el concejo?
-Ahí hemos de ser muy sinceros. Por el momento, desde el punto de vista económico, no cumplimos las expectativas que nos trazamos en un principio. Si bien es cierto que hasta el lugar se pueden desplazar unos sesenta mil aficionados, el municipio no dispone en estos momentos de infraestructuras suficientes para ofrecer una oferta hostelera y de alojamientos. En este sentido se benefician más los concejos cercanos: Oviedo, Mieres o Pola de Lena porque la gente viene algunos días antes. Lo que sí nos revierte es en publicidad, atraer a tal cantidad de público nos hace sacar el orgullo de lo que aquí tenemos porque L’Angliru no solo es una etapa de La Vuelta, hasta aquí viene mucha gente a lo largo del año atraída por múltiples razones, además de todo lo relacionado con ciclismo. Es una lástima que no aprovechemos más esta oportunidad por falta de equipamientos.
«Soy de los que creo que la marca Angliru no solo pone a Riosa en el mapa, sino que trasciende y pone también a Asturias. Es marca Asturias»

De izquierda a derecha, Juan Hermida, representante de Carrefour; Manuel Prieto, director de la Federación Asturiana de Ciclismo; Manuel Campa, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Avilés; Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo; Roberto Álvarez, alcalde de Riosa; Gimena Llamedo, vicepresidenta del Gobierno de Asturias; Javier Guillén, director de La Vuelta a España; Lara Martínez, viceconsejera de Turismo; Manuela Ena, directora general de Actividad Física y Deporte, y César Álvarez, alcalde de Vegadeo.
-Hay un hotel/albergue municipal en el área recreativa de Viapará, inicio de la subida al Angliru, que en estos momentos está cerrado. ¿Hay planes al respecto?
-Ese albergue pasó por dos manos y ahora estamos preparando el papeleo para poder sacarlo de nuevo a licitación. Eso lleva unos plazos a nivel burocrático. El albergue tiene una muy buena ubicación para desde ahí desarrollar diferentes proyectos turísticos y hoteleros. Quiero pensar en positivo al respecto. Entiendo que nos encontramos en un momento de inflexión que habría que saber aprovechar.
-L’Angliru, sinónimo de dureza extrema, rampas imposibles, escaladores puros y leyendas ciclistas, está ahí para todo el que quiera alcanzar el Olimpo que no tiene por qué ser sólo sobre las dos ruedas. ¿Qué sorpresas le aguardan a quien quiera iniciar esta aventura?
-Subir es duro, tanto si lo haces en bici, en moto, a pie o en coche, que tampoco deja de tener su complejidad. Llegar arriba es una aventura, pero lo que recibes a cambio es algo único. Un paisaje sorprendente, una satisfacción infinita por el esfuerzo. La vista que tienes puede ser un mar de nubes como cuando viajas en avión o, si tienes la suerte de disfrutar de un día despejado, puedes ver Gijón, buques entrando en El Musel, valles, montañas, aldeas. Un lugar para disfrutar que no termina ahí, ya que desde la cima del Angliru puedes hacer rutas de senderismo a la Gamonal, al Xistras, al Moncuevu. Por el verano el ganado está arriba y lo puedes ver pastando, una imagen muy bonita. Tanto la subida como la bajada exige mucha precaución, máxime cuando las condiciones climatológicas no son buenas. Han tenido lugar varios accidentes que lo recuerdan.

«L’Angliru no solo es una etapa de La Vuelta, hasta aquí viene mucha gente a lo largo del año atraída por múltiples razones, además de todo lo relacionado con ciclismo»
-Es también un lugar muy dado a retos. El último, el conseguido por el ciclista sueco Andreas Olsson que consiguió aquí su 15º Everesting.
-Sí, yo es algo que desconocía hasta ese momento. Consistía en subir y bajar siete veces el Angliru –incluida la noche– hasta cubrir los 8.849 metros que tiene el Everest. Además, lo hizo con una climatología adversa, llovía un montón, había niebla, estaba frío porque debió ser como a finales de mayo. Se cayó varias veces, se levantó y siguió hasta conquistar su reto. Es el primero que lo consigue en esta modalidad.
Luego ha habido otros retos, como el atleta que vino corriendo sin paradas desde Zamora hasta la cima del Angliru o el reto del atleta José Luis Capitán, récord de subida corriendo del Angliru –marca aún no superada-, a subir postrado en este momento en una silla de ruedas como consecuencia de la ELA que padece hace años para conseguir fondos y que continúe el estudio de esta enfermedad.
Subir al Angliru es ascender por pendientes que te conducen al cielo, por eso nosotros insistimos en darle esa connotación positiva, “El Olimpo de los dioses”, más que el infierno como otros lo denominan.
-¿Qué más atractivos tiene el concejo para quien decida pasar aquí unos días?
-Vamos a centrar nuestros esfuerzos en las Minas de Texeo y el poblado de Rioseco. Después del proceso de descontaminación de los terrenos, ahora pensábamos acondicionar alguno de los edificios rehabilitados para abrir un albergue, pero para ello necesitamos acceder a algún tipo de subvención como en las obras anteriores. Mientras, con los pocos recursos que contamos, vamos a poner en marcha visitas guiadas que estamos negociando con una empresa de Mieres para dar a conocer el entorno. Se fletaría un autobús con unas treinta personas a las que acompañaría una guía que explicaría la historia, la trayectoria y la evolución del desarrollo minero de este lugar. Este yacimiento es uno de los más antiguos de Europa.
Por otro lado, somos un concejo próximo a Oviedo, aquí está viniendo gente de muchos lugares que están comprando casa, bien para vivir o como segunda residencia.

-¿Próximos proyectos?
-Nos acaban de conceder una subvención que irá dirigida a reformar un edificio próximo, propiedad del Ayuntamiento, donde centralizaremos los servicios sociales y abriremos una Oficina de Turismo. Personalmente, me gustaría que las cosas fueran más rápidas, pero todo tiene sus plazos.
-Como me decía, llega gente nueva al concejo. ¿Cómo es su perfil?
-Hay de dos tipos. Personas que compran aquí su segunda vivienda porque gracias a la cercanía del AVE, venir de Madrid aquí supone tres horas o poco más; viene gente de Madrid, Toledo, Soria… Por otro lado, llega también gente que adquiere viviendas más económicas en los barrios mineros cuyos propietarios se han trasladado hace tiempo a Oviedo o Gijón y las alquila o vende directamente. Se nota un aumento de población que compensa un poco con las defunciones porque este concejo está muy envejecido.
Nos estamos convirtiendo un poco en ciudad dormitorio porque estamos muy cerca de las principales poblaciones donde la gente trabaja. Luego está el famoso bono de 30€ para todo el mes que te permite ir a donde quieras en diferentes medios de transporte. Todo esto suma.
-¿Cómo está Riosa a nivel de servicios?
-Tenemos los principales. En un sitio pequeño, somos unos 1.700 habitantes, un lugar tranquilo donde todos nos conocemos a todos. Este año inauguramos la Escuelina de 0 a 3 años que permite a muchas familias dejar aquí a sus hijos para poder ir a trabajar. Un colegio con una ratio reducida, pero con un montón de profesores; un Consultorio Médico recién reformado, polideportivo, campo de fútbol, tenemos los equipamientos básicos. Somos un municipio acogedor, ha venido gente de diferentes países y todos son bienvenidos.