Así estamos los ciudadanos con respecto a los políticos y los partidos. Esto era una certeza a pie de calle, pero recientemente nos lo ha confirmado una de esas encuestas que ponen sello de oficialidad a lo que es evidente (Encuesta Social Europea, ESE): la crisis ha hecho mella en la confianza en las instituciones, en unas más que en otras. La corrupción nos tiene muy hartos, y el reconocimiento hacia políticos y partidos, tradicionalmente bajo, está en mínimos históricos.
Comienza el año con el mal trago de la subida eléctrica, el ya conocido como "tarifazo" que en el momento de escribir estas líneas no ha concretado porcentaje, gracias a que Gobierno y eléctricas pasan los días en una maraña de acusaciones y reproches, donde lo de menos parece el ciudadano y lo de más los intereses de cada parte.
2013 ha sido, para qué negarlo, un año difícil. Y probablemente por eso llegamos al final de este ciclo con un cierto alivio y una pizca de orgullo: pese a todo, aquí estamos. El año que viene se presenta movidito, y por eso toca hacer un balance y coger fuerzas, que nos van a hacer falta.
Citando al sociólogo Juan Carlos Monedero: 'la democracia se construye sobre palabras'. Quiere esto decir que sin diálogo no hay democracia, que las ideas y sus consecuentes hechos hay que defenderlos, matizarlos y consensuarlos en la medida de lo posible.
El pasado mes vino la Vuelta Ciclista a España, en dos etapas que tuvieron a Asturias como escenario. A los preciosos paisajes, habituales en este tipo de eventos, se sumó la expectación de saber que la subida a L'Angliru iba a ser definitiva para conocer al ganador de la carrera.
En Asturias, las dos palabras del título están ganando significado y aprendiendo a transitar juntas en la misma frase, cuando se habla de iniciativas que funcionan y de posibilidades de generar movimiento económico, que es al fin y al cabo de lo que se trata.
Estamos en verano, y el Sol por fin ha hecho acto de presencia. Aunque la oleada de casos de corrupción acapara las portadas de los periódicos y las conversaciones en la playa, el bar, la terraza y la escalera, contribuyendo a elevar la temperatura del personal que ya estaba 'caliente' de antes, nosotros hemos decidido contraatacar.
Pasado ya de lejos el cuarenta de mayo, el clima, tema de conversación habitual entre los asturianos en cualquier circunstancia, ha ido escalando puestos hasta convertirse en una de las preocupaciones estrella de estos últimos meses.
Repasemos la geografía más elemental. Asturias son apenas diez mil kilómetros cuadrados que limitan al norte con el mar Cantábrico, al oeste con Lugo, al este con Cantabria y al sur con León. Resumiendo y para entendernos: cuando hablamos de fronteras, lo que no es costa es montaña.