“Lo dice todo el mundo” es el nuevo eslogan publicitario de Asturias. Una nueva campaña que se lanzó el pasado mes de julio en Shanghai y que a partir de ahora convivirá pacíficamente con el “Paraíso Natural” que tan bien nos representa y que todo el mundo relaciona con esta región por derecho propio.
Dicen que las riadas que tuvieron lugar el mes pasado en Asturias no se repetirán hasta dentro de un siglo. Lo dicen las estadísticas, esto es, los números sumados, restados, multiplicados y divididos concluyen que no habrá otra tal hasta pasados cien años. Francamente, parece una predicción demasiado audaz dadas las circunstancias.
Con el principio de la temporada turística y los primeros rayos de sol, unos y otros empezamos a pensar en las vacaciones. Unos, porque disfrutarán de un tiempo de descanso, en mayor o menor medida. Otros, porque será su mejor temporada de trabajo y eso, en los tiempos que corren, supone unos ingresos nada desdeñables.
La crisis económica global ha desbaratado todo el sistema conocido. En las pequeñas economías ha reorganizado las prioridades y los valores; una vez se superen los temores primeros, devolverá un papel fundamental a la mesura, regresará el consumo razonable y volveremos a hablar de ahorro no como sinónimo de temor ante el futuro, sino como antónimo de despilfarro.
Parece que es cierto, por fin. Después de un invierno crudo como no se recuerda aparecen los primeros síntomas de que la climatología decide darnos un respiro. ¿Será cierto o todavía nos aguarda un abril bien pasado por agua, como manda el refranero?
Con una Semana Santa que se prevé blanca, los hoteleros y hosteleros calientan motores para remontar los últimos meses, que no han sido precisamente buenos en lo que a turismo se refiere. Tras superar la cuesta de enero y un febrero anodino en cifras, comienza la temporada turística “oficial”, y cada concejo, en su medida, cuenta con una agenda de actividades que empieza a verse poblada, tras unos meses de recogimiento.
El Xacobeo 2010 vuelve a lanzar un mensaje de espiritualidad al mundo. Peregrinos y viajeros de todos los rincones recorrerán una vez más los caminos que llevan a Santiago y se convertirán en los auténticos protagonistas de este evento que congrega a millones de personas en cada convocatoria.
Si se cumple el dicho popular, éste habría de ser un año de bienes, puesto que las nieves nos han acompañado para despedir el 2009 y estrenar el 2010. Asturias vestida entera de blanco brillante. Buenos augurios, pues, para este año que comienza, si hemos de fiarnos de una naturaleza que en esta tierra siempre ha sido generosa. No obstante, debemos tener en cuenta otros factores.
La cultura de un pueblo se gesta a fuego lento, inspirada en el movimiento fluido de las generaciones sucediéndose y superponiéndose a través de los siglos, compartiendo experiencia y transmitiéndose sus conocimientos.
El otoño, como siempre, es una incógnita. Entre el sol de verano y la nieve de invierno, combinamos las heladas mañaneras con esas camisetas de manga corta que aún nos resistimos a guardar en el fondo del armario. Otoño es tiempo de extremos, y nos movemos en ellos con una naturalidad pasmosa. Sandalias y paraguas: el prêt-à-porter asturiano.