Una vez, cuando vivía en Buenos Aires, un amigo me pasó un libro que aseguraba iba a cambiar mi forma de ver la escritura. No era una novela de esas que te quitan el sueño, aunque su autor sí es conocido por eso: Stephen King. El libro en cuestión era una mezcla entre autobiografía y manifiesto creativo y fue allí donde descubrí verdades que hoy comparto en esta primera entrega.
1. Escribir sin pensar en el qué dirán
La escritura más poderosa nace cuando no estás buscando aplausos. Cuando escribes lo que realmente quieres decir, sin filtro ni disfraces, el proceso se vuelve auténtico. Y eso, en sí mismo, es un triunfo.
2. No dejes que la voz pasiva te gane
En castellano, abusar de construcciones como “fue hecho”, “se decidió” o “fue dicho” debilita el impacto. Haz que los sujetos actúen. Pon el verbo en marcha. El texto cobra vida cuando las acciones tienen dueños.
3. Los adverbios no siempre son tus aliados
Aquellas palabras que terminan en «-mente» muchas veces se cuelan sin aportar demasiado. “Felizmente”, “cuidadosamente”, “lentamente”, ¿realmente las necesitas? Busca ser directo, concreto y contundente.
4. Evita aclarar lo obvio después de un diálogo
Un “dijo enojado”, “susurró dulcemente” o “exclamó con miedo” puede ser innecesario si el contexto ya lo deja claro. Confía en la fuerza del diálogo. No sobrecargues.
5. Relájate con la gramática
La obsesión por escribir sin errores puede frenar la creatividad. Lo importante en la primera versión no es la perfección, es el impulso. Después habrá tiempo para editar con lupa. Primero escribe con el corazón.
6. La chispa está adentro, no afuera
La mejor historia no está en ese curso caro ni en el libro que todos recomiendan. Está en tu mirada, en cómo entiendes el mundo. Mientras más vivas, más vas a tener para contar.
7. Leer es el entrenamiento secreto
No hay escritor que no sea también lector. Pero no leas por leer: lee con atención, analizando estructuras, ritmos, decisiones. Cada lectura es una oportunidad de aprender sin que nadie se dé cuenta.
8. No escribas buscando aprobación
Si intentas contentar a todos, tu historia se va a diluir. Escribe para ti. Que el libro que termine en tus manos sea el que realmente querrías leer. Eso vale más que mil halagos.
9. Aíslate del ruido
Pantallas, notificaciones, música, redes… todo eso puede esperar. Cuando te sientes a escribir, que sea solo eso. Concentración total. Si no te tomas tu obra en serio, nadie más lo va a hacer.
9. Dale un plazo a tu primer borrador
Proponte escribirlo en tres meses. No más. Que esa meta te mantenga enfocado. Lo perfecto llega después. Ahora, solo escribe hasta llegar al final.
Esto es solo la mitad del camino. En la próxima entrega, seguiremos con los consejos restantes para completar este recorrido hacia una escritura más libre, genuina y poderosa. No te lo pierdas.
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Hasta nuestra próxima historia…