Conseguir lo mismo empleando menos recursos. Ese es el objetivo que se plantean muchas empresas asturianas que ven en la Eficiencia Energética la manera más directa y eficaz de reducir gastos y contribuir a preservar el medio ambiente. Las medidas de ahorro y la eficiencia energética suponen una excelente oportunidad para mejorar la competitividad de las empresas asturiana. José Luis González Sánchez, Ingeniero Técnico de Minas y Energía y asesor independiente profesional, explica que entre las primeras acciones a tener en cuenta se hallan la valoración de elementos como la legislación vigente y la amortización de la inversión, la revisión de los hábitos de uso y el estudio de las diferentes tecnologías disponibles.
-¿Qué nivel de concienciación tienen las empresas asturianas respecto a la Eficiencia Energética (EE)?
-No hay mejor maestro que la necesidad. Hace diez años casi nadie se preocupaba por la repercusión del coste de la energía en su cuenta de resultados. A día de hoy, dependiendo del sector de cada empresa, la gran mayoría lo ha gestionado en mayor o menor medida.
-¿Somos derrochadoras las empresas asturianas?
-A raíz de la crisis ha habido una gran concienciación, pero el problema más grande es que en la mayoría de las PYMES no existen especialistas en la gestión energética de los procesos industriales porque tradicionalmente este perfil no era necesario y a día de hoy resulta costoso. De ahí que debamos pensar en la externalización.
-¿Cuáles son las acciones más relevantes para una empresa en materia de Eficiencia Energética?
-Existen actuaciones sencillas y rápidas, como puede ser la optimización de la compra de energía, y otras más complejas como hacer una auditoría energética y desarrollar un plan director que permita identificar las oportunidades, priorizarlas y acceder a los recursos necesarios para su implantación.
-¿Cómo se valora la proporción inversión/rentabilidad?
-La relación entre la inversión realizada y el ahorro anual conseguido se denomina periodo de retorno y se mide en años. Cualquier retorno inferior a tres años debería acometerse de inmediato y a partir de ahí hay que analizar la coyuntura de cada empresa. Hay empresas que no deben realizar inversiones con retornos superiores a 5 años y otras que deben hacerlas con retornos de 10 o más años.
–¿Desde dónde se está impulsando mayormente la adopción de nuevas tecnologías: gobierno, proveedores de tecnología, empresas, usuarios…?
-Pese a que todas las partes implicadas hacen adecuadamente su labor, quien realmente debe ser el impulsor es la propia PYME porque es quien se está jugando su competitividad. Las nuevas tecnologías no son siempre la solución, la mayoría de las veces es suficiente con una adecuada gestión del proceso.
La legislación actual generalmente no ayuda a tomar una decisión y menos con los precedentes que existen de cambios regulatorios. El futuro en este sentido es incierto y será preciso mucho trabajo y consenso para definir una política regulatoria justa y consensuada.
«En los polígonos, el consumo energético en kWh se puede reducir del orden de un 60% al pasar a led»
-¿Tiene el empresario posibilidades de reducir su factura energética con el modelo actual, que graba la parte fija del recibo?
-Aquí resultan fundamentales dos aspectos: por un lado el tecnológico, que permite que, por ejemplo, una lámpara de 16 W de led ilumine lo mismo que una incandescente de 100 W. O que una caldera de condensación modulante de gas natural tenga un rendimiento un 305% superior a una tradicional de gasóleo. Por otro lado, están los hábitos de uso y la optimización tarifaria, tanto la potencia como la energía pueden ser más económicas en función del mes, de la hora, la tarifa, etc. Un adecuado estudio y un desempeño acorde pueden reducir de forma considerable los costes energéticos de una PYME.
-¿Por qué es interesante contratar los servicios de una ESE?
-Desde el año 2006 Europa ha apostado por un nuevo modelo de negocio, las Empresas de Servicios Energéticos o ESE´s. Su función es la de gestionar las actuaciones energéticas de forma integral, desde el diseño, pasando por la inversión, la ejecución, la explotación y garantizando los resultados energéticos comprometidos. Contratar una ESE supone poner en manos de un especialista la gestión energética, al igual que lo hacemos con una asesoría fiscal, contable, legal, etc., pero con la ventaja de que además, pueden acometer la inversión y garantizar un resultado.
-¿Qué acreditaciones imperan en materia de EE?
-La ISO 14001 y la ISO 50001 son normas que contemplan la gestión energética y la eficiencia respectivamente y con cuya implantación se pueden obtener importantes mejoras técnicas y económicas en la empresa. Actualmente FADE junto con ESIPE y AENOR están promoviendo una agrupación para que las PYMES asturianas puedan acceder directamente a las ayudas del I.D.A.E. establecidas para este fin.
Los polígonos se suman a la reducción energética. José Luis González realiza servicios de asesoría energética para la Federación de Polígonos Industriales de Asturias (APIA).
-¿Cuáles son los primeros pasos a dar en un polígono que quiere reducir su consumo energético?
-La optimización de la compra de energía/tarifaria es una gestión administrativa de fácil ejecución y con resultados a corto plazo que generalmente no requieren inversión. Existen empresas capaces de realizar este servicio «a éxito», es decir, solamente cobran un porcentaje del ahorro conseguido una vez constatado el mismo.
-¿Qué puede hacer un polígono para mejorar su EE?
-El mayor consumo está generalmente en el alumbrado público, para lo cual existen ayudas del I.D.A.E. que llegan al 90% de la inversión. Luego podemos revisar bombeos de agua/lodos, ordenación del tráfico, consumo de agua, etc.
-¿Hasta cuánto puede ahorrar en consumo de luz un área industrial?
-El consumo energético en kWh -que no es lo mismo que el coste total porque hay que considerar la parte regulada y la inversión-, se puede reducir del orden de un 60% al pasar a led. Si añadimos un reloj astronómico, una electrónica con doble nivel, una detección de presencia, etc., podemos superar el 90%. Los ahorros pueden ser muy altos, pero hay que pensar que no siempre es necesario ni conveniente sofisticar la instalación porque, a mayor número de componentes, mayor probabilidad de fallos, mayor inversión y mayores costes de mantenimiento.
Una bomba eficiente, un diseño adecuado de la instalación, una adecuada regulación y un buen control, pueden proporcionarnos ahorros energéticos de más del 35%.