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viernes 18, julio 2025

Y no dejaron hablar al alcalde

Teobaldo Antuña
Teobaldo Antuña
Lector impenitente, escribidor ocasional, Teobaldo Antuña mira con lupa la sociedad para ponerse del lado de quienes la construyen, ni obispos ni banqueros ni generales, sino las personas que viven de su trabajo.

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Admirose un portugués
al ver que en su tierna infancia
todos los niños de Francia
supiesen hablar francés.

Nicolás Fernández de Moratín, Padre de Leandro, y descendiente de un asturiano de Salas, escribía esto en el siglo XVIII; tres siglos después es un yanqui, que trabaja de presidente en su país, quien se admira de que los representantes de Liberia hablen tan correctamente el inglés.

Ya en su libro “África no es un país” se quejaba Dipo Faloyin de la falta de conocimiento que en el hemisferio norte tenemos de su realidad. Criado en la capital de Nigeria, de más de 16 millones de habitantes, contaba que sus compañeros de estudios en el Reino Unido pensaban que vivía en la selva, con cebras y leones como mascotas.

Mapa y bandera de Liberia

El presidente Trump muestra su sin par ignorancia con Liberia, país creado desde los propios USA cuando discutían sobre esclavitud, al que legaron una bandera calcada a la suya, si bien con una sola estrella y el inglés como lengua oficial desde su fundación. Fue el primer estado africano en declararse independiente (1847), y el primero capaz de elegir a una mujer presidenta, la economista Ellen Johnson-Sirleaf, que derrotó al famoso futbolista George Weah (Balón de Oro en Europa y África. Paris SG, Chelsea, Manchester City…).

Ignorancia y diarrea oral se juntan en los cargos públicos en un hermanamiento letal. Sube el Oviedo del balompié a Primera División y sale el señor alcalde de la ciudad con los futbolistas al balcón, -aunque no me consta que hubiera sido alineado nunca-, y se gana el abucheo de la afición, que ni siquiera le dejó prometer el cambio de nombre de una plaza. Los honores municipales no son tan baratos que se concedan a partir de ocurrencias durante subidones eufóricos, es algo más serio que no se regala en la plaza, sino que se discute en un pleno después de escuchar a la ciudadanía.

Don Roberto García, alcalde Langreo por la gracia de dios, se viene arriba cuando por fin se abre al tráfico la línea férrea que lleva en obras desde hace 16 años y manda callar “a las plañideras”. “No hay cosa como callar” escribía Calderón de la Barca en una comedia de enredo, en la que una dama salva su honor a base de discreción y un Don Juan insólito se regenera después de mantener la boca cerrada en vez de alardear de conquistador (antes lo cacareaban a los cuatro vientos y hoy lo graban para publicarlo en redes).
Pero no es el caso, las declaraciones del primer edil langreano son una manifiesta falta de respeto; la ciudadanía le recuerda que no hay paso de peatones, que un ascensor no funciona, que material móvil y personal escasean, que los aseos no se pueden usar porque están cerrados con llave, que un paso a nivel ensangrentado sigue sin funcionar…

¡Qué guapos estaríamos todos siendo más prudentes, contando hasta diez antes de emitir opiniones y comprobando datos, antes de afirmar con esa rotundidad de chigre!: “¡Vas decímelo a mí, ho!”.

Están muy contentos los socios de Otea, patronal de la hostelería, por el incremento de sus ingresos, hablan con orgullo de éxito. Los empresarios deben ser creativos, incluso con la lengua; un vicepresidente de la rama hotelera comenta que la bonanza puede permitir subir precios, “para paliar la subida costes”, no vayan ustedes a pensar que es sólo por hacer más caja. Termina la intervención afirmando que “las previsiones son una alegría para el sector alojativo”. Procedemos a enviar el adjetivo a la Academia para que estudien su inclusión en el Diccionario.

Suenan las cosas un poco peor, si cabe, cuando los hablantes son docentes. Se dirige a la TPA uno de los examinadores de las pruebas de acceso a la Universidad -no sabemos si era de Ciencias o un gramático creativo- opinando sobre la dificultad de los exámenes que dice que “suponieron ellos lo que decía la pregunta”. Tampoco parece muy letrado el huelguista que se queja, “somos los enseñantes más maltratados de España”: sugerencia: “los peor tratados”.

A las palabras poco pensadas se une en ocasiones la falta de cuidado de los emisarios. La prensa puede estropear severamente una noticia, incluso contra sus propios intereses. Ejemplo, una cadena con importante presencia en Asturias, convoca el II Foro Económico y Social del Mediterráneo, surtido de notable presencia empresarial y política. Se supone que es para hablar de futuro, pues bien, en el sumario hacen que Don Francisco de la Torre, alcalde de Málaga se pregunte, “¿Por qué en el Mediterráneo, en momentos clave del siglo XIX nos vamos quedando atrás?”
¡Vaya, han copiado mi broma! Yo suelo decir, sotto voce, ante situaciones socialmente insólitas que no son admisibles en pleno siglo XIX como estamos…
Al final, los columnistas agradecen el respaldo al evento mediterráneo y refieren la larga relación de participantes, a quienes califican como colaboradores. Al contrario, veo la imagen de los trabajos que en Cangas de Narcea hacen sobre los insectos polinizadores, un conjunto de instituciones entre las que están el Principado y dos universidades, la de Coímbra, y la de Salamanca, donde muchos estudiantes foráneos vienen a estudiar castellano. Pues bien, en la cabecera de la pantalla de datos se lee: Partenariado.

Partenariado

¿Lo cualo? Partner es una palabra inglesa que tiene cuando menos ocho equivalentes en nuestra lengua oficial: socio, compañero, interlocutor… ¡Hasta cónyuge! O sea, podrían haber escrito tan ricamente “asociados”, “colaboradores” o cualesquiera de sus sinónimos.

Hay asuntos más delicados. Esperemos que cuando estas líneas vean la luz se haya apagado el fuego racista en Torre Pacheco, pero mira cómo se pueden originar problemas sin querer. Leo la semana anterior que en un barrio de Oviedo actúa un pirómano, según el redactor “los testigos lo definen como un varón, joven, delgado, con apariencia de origen extranjero”.
Me pregunto qué tipo de descripción es ésa, ¿cómo se define el “aspecto extranjero”? ¿Andará vestido de gaucho, con espuelas y voleadoras?, ¿irá acaso en taparrabos, con arco y flechas, penacho de plumas en la cabeza? Pero no necesito esperar mucho, al día siguiente se informa que ha sido detenido el principal sospechoso, “cuyos datos coinciden con las indicaciones dadas por los vecinos”. Varón, 35 años, ¡catalán!

Y pues que soy hombre
de paz, solamente os ruego
que consideréis, señores,
que de los yerros ajenos
No hay cosa como callar;
perdonadnos, pues, los nuestros.

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