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martes 19, marzo 2024

Industria 4.0: una revolución que llegará para quedarse

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La llaman la cuarta revolución industrial. La industria 4.0 está empezando a introducirse en las grandes corporaciones y pronto llamará a las puertas de las pymes asturianas que tienen que afrontar el reto de una transformación digital. Los objetivos: la eficiencia y la competitividad empresarial.


La implantación de la máquina de vapor en la industria fue el peldaño definitivo para lo que se conoce como la primera revolución industrial, la segunda revolución trajo consigo la invención de la primera cinta transportadora que posibilitó la producción en serie y la alimentación con nuevas fuentes de energía como el gas, el petróleo o la electricidad. A la tercera se le atribuyen el uso de energías renovables, la electrónica y el desarrollo de la red de distribución eléctrica inteligente. Y en ciernes, se prevé que llegará a consolidarse lo que ya se conoce como la industria conectada, un nuevo paradigma también conocido como la cuarta revolución industrial, la industria 4.0.

El concepto industria 4.0 tiene su origen en Alemania y -aunque su implantación todavía está ‘en pañales’-, va calando de manera global en la sociedad actual que ve las ventajas de las llamadas ‘fábricas inteligentes’. La inteligencia que porta la nueva industria se deriva del hecho de que, a diferencia de la tradicional cuya cadena de valor está integrada por departamentos diferentes y funcionalmente independientes, las empresas 4.0 interconectan todas las partes que la componen mediante un sistema de digitalización y automatización que redunda positivamente en los procesos productivos. El resultado es un cambio en la forma de trabajar y una apertura a un mundo de posibilidades que llega de la mano de la tecnología digital. El ejemplo de cómo el mundo virtual está transformando nuestra sociedad con el uso de las redes sociales y los smartphones puede ayudar a entender la revolución que previsiblemente traerán tecnologías 4.0, como el big data, el cloud computing, el Internet de las cosas, etc. en el entorno industrial.

La digitalización de la industria permite obtener valiosa información de los procesos productivos y de los productos, por ejemplo, mediante sensores se puede conocer el grado de maduración de una fruta, el nivel de stock acumulado de un producto, detectar al instante un fallo en la cadena de producción, etc. También hace posible conocer en tiempo real las necesidades de los clientes, personalizar los productos, mejorarlos y ajustarlos a la demanda en un corto espacio de tiempo, posibilitando una comunicación mucho más ágil con proveedores y una mejor organización en la cadena de transporte. La clave fundamental reside en la información, que al incrementar su cantidad y circular sin cortapisa, permite prevenir amenazas, desarrollar nuevas estrategias y aprovechar oportunidades, posicionando de forma ventajosa a las empresas que han apostado por la conexión digital.

El kit 4.0
Las herramientas digitales que harán posible la cuarta revolución industrial son los denominados ‘habilitadores digitales’, tecnologías no necesariamente novedosas o disruptivas pero cuya evolución permite su aplicación en el entorno industrial. Entre las fundamentales se encuentran:

 

Internet de las cosas (IoT). Bajo el nombre del Internet de las cosas se encuentra una nueva forma de relación entre personas y objetos, e incluso entre los objetos en sí mismos y conectados a la Red, ofreciendo datos en tiempo real. Esta tecnología servirá para cosas como, por ejemplo, que una impresora solicite por su cuenta un nuevo cartucho cuando detecte que el tóner alcanza niveles mínimos, que un edificio inteligente regule su sistema de iluminación y temperatura en función de los datos que recopila, o que se pueda disponer en tiempo real de la localización de productos, alteraciones en el transporte, etc.

Cloud computing. Esta tecnología permite almacenar de manera permanente la información que genera la empresa en servidores en Internet, evitando problemas de falta de almacenamiento y permitiendo el control y análisis de los datos desde cualquier punto. Además ofrecen aplicaciones comunes de negocios en línea accesibles desde un navegador.

Big Data. Este término alude a una elevada cantidad de datos que se generan durante la actividad profesional y cuya interpretación y análisis permiten a las empresas adoptar mejores decisiones y estrategias e identificar fuentes de problemas.

Fabricación Aditiva. Se trata de tecnologías que utilizan la fabricación por adición, es decir, que obtienen productos mediante la superposición de capas (plástico o metal) de manera controlada. Se ha hecho muy popular gracias a la impresión 3D, una tecnología aditiva muy utilizada para desarrollar piezas de forma rápida y con un coste mucho menor al que se obtendría según la industria tradicional.

Impresión 3D
Impresión 3D


Tecnologías de visión. Dentro de este concepto se encuentra la realidad aumentada, la realidad virtual o la visión artificial o por computador, tecnologías distintas pero que tienen en común que afectan a la forma de representar visualmente la información. Algunas de ellas como la realidad aumentada se han popularizado gracias a aplicaciones de ocio, ya que esta herramienta permite que se cree una realidad mixta en tiempo real que combina elementos físicos reales con información virtual. Por ejemplo, un móvil puede captar mediante su cámara la imagen de una calle y superponer sobre la misma un callejero digital.

Mariano González, Responsable de Centro SAT de Llanera

La Red de Centros SAT cumple un papel fundamental a la hora de apoyar la transformación digital de la empresa asturiana. La iniciativa que gestiona CTIC Centro Tecnológico está conformada por diez centros distribuidos por la región. Mariano González, administrador de sistemas informáticos y formador en Tecnologías de la Información, Marketing Digital y Herramientas Informáticas de Usuario, desarrolla desde 2008 su trabajo en esta red, una gran aliada de pymes, autónomos y emprendedores.

-¿Por qué las empresas asturianas deberían apuntarse a la industria 4.0?
-Fundamentalmente por supervivencia, porque con el tiempo cada vez más industrias de otras zonas van a caminar en esa dirección y si no se avanza en este terreno se van a perder grandes oportunidades para incrementar la competitividad. A nivel económico, el mundo actual exige ser flexibles y a la vez innovar, va a ser un proceso evolutivo natural para el que quiera mantener una presencia ventajosa en el mercado.
De aquí a unos años quien, por ejemplo, no sea capaz de determinar con facilidad cuál es la situación de su línea de producción, la cuenta de resultados o las estrategias a seguir va a tener un serio problema porque muchos de los agentes que le rodeen sí lo van a poder hacer, con lo cual tendrán ventaja para presentar productos atractivos para el cliente, abordar una expansión internacional, etc.
-¿Qué nivel hay en Asturias?
-Podríamos decir que es incipiente, como en general en prácticamente todo el territorio nacional y, salvo en zonas puntuales de Alemania y EEUU, ocurre más o menos lo mismo a nivel internacional. La industria 4.0, a pesar de que se habla de que va a experimentar la cuarta revolución industrial, realmente está en una estación en la que todavía le queda mucho camino para llegar a serlo. Así que podríamos decir que estamos al nivel del resto de la geografía nacional, con la salvedad de industrias de gran tamaño o de sectores más punteros que puedan haber hecho un esfuerzo en este sentido.
-¿Puede ilustrar algún caso práctico de empresas que estén incrementando su competitividad gracias a la industria 4.0?
-Hay que tener en cuenta que como es un concepto no podemos o debemos buscar que en todas las empresas se reproduzcan las mismas acciones. Cada empresa tiene sus particularidades y no hay una receta aplicable a todas por igual. Cada empresa tiene que ser consciente de que dentro de ese proceso de traslación digital debe trabajar lo que le afecta en su caso. Por poner un ejemplo, el de Tekox, una empresa ubicada en el Parque Tecnológico de Asturias que fabrica material eléctrico, sobre todo regletas de conexiones para profesionales del sector. Apoyados en sistemas big data, analizando todos los datos históricos sobre compras y pedidos, pueden extraer conclusiones de aprendizaje que les permitan proyectar hacia el futuro ciertas predicciones. Y están trabajando en agilizar o mejorar su proceso productivo para adaptarlo a la posible demanda que puedan tener y evitar así la falta o el exceso de almacenaje.
-¿Qué sectores son los que van por delante en este aspecto?
-Es complicado, no hay una radiografía exacta. En el caso de Asturias, por ser uno de los más numerosos, el sector metal mecánico sería en el que se empiezan a hacer más acciones orientadas a este cambio y a esta transformación. Históricamente el peso que ha tenido económicamente este sector en Asturias ha sido elevado gracias a la presencia de las grandes factorías. La siderurgia ha desarrollado un sistema de empresas auxiliares bastante extenso, entre las que figuran compañías de cierto peso que hacen de tractores de este cambio para las más pequeñas. Pero no es el único sector, hay otros como el agroalimentario o el forestal y de la madera que también están empezando a realizar acciones.

«No existen fórmulas mágicas y si bien la tecnología puede proporcionar grandes beneficios, por sí sola no es nada, tiene que ir acompañada de un cambio más profundo»

-¿Qué es lo primero que debe hacer un empresario que quiera encaminarse hacia este tipo de industria?
-Lo primero es tener muy claro que aquí, por suerte o por desgracia, no existen fórmulas mágicas y que si bien la tecnología puede proporcionar grandes beneficios, por sí sola no es nada. Tiene que ir acompañada de un cambio más profundo, y generalmente tanto la transformación digital como la industria 4.0 ya no implican solo la implantación de tecnología si no un cambio en la forma de trabajar. Y ambas no son viables si solo se contempla la parte tecnológica pero olvidamos el factor humano, que al final es el esencial en este caso. Como no hay una fórmula mágica, todo esto tiene que ser un proceso analizado y progresivo, no se puede hacer de la noche a la mañana.
Hasta ahora tendíamos a ver la tecnología como algo que nos ayudaba a hacer las cosas mejor, por ejemplo, se incorporaron ordenadores en los departamentos para hacer las cosas más rápidamente, el problema es que la tecnología ha llegado a tal nivel de evolución que reducirla solo a eso sería infrautilizarla y lo que nos posibilita es a hacer las cosas de manera diferente.
-¿Cuáles son las dificultades más habituales que encuentra el empresariado?
-La falta de recursos para involucrarse en un proyecto de estas características y, también y en paralelo, el desconocimiento o la falta de información de lo que realmente esto implica: no tener muy claro de qué les puede servir, las cosas que son importantes a la hora de abordarlo… A medida que se va avanzando en el proceso surgen otros interrogantes.
-¿Dónde pueden encontrar la información necesaria para abordar el cambio?
-Respecto a información, formación y apoyo en el proceso de empezar a caminar hacia la industria 4.0 tenemos varios escenarios. Por una parte, está la labor que desarrolla el CTIC de forma transversal para favorecer la transformación digital en todo tipo de empresas y por otro lado, la que se lleva a cabo de manera más específica en temas de industria 4.0., porque hay servicios con un enfoque más industrial.
En paralelo, hay acciones de otros agentes sectoriales como la Asociación Asincar,
que está promoviendo que el sector agroalimentario se suba a este carro, y el Centro Tecnológico Forestal y de la Madera en temas para este sector. También tenemos el caso de FEMETAL, que lleva varios años trabajando con sus asociados en programas para promover las distintas tecnologías y los cambios de procedimientos que hay que tener en cuenta. Y en paralelo, estaría el proyecto del CTIC en el que tengo la suerte de participar, la Red de Centros SAT, que aunque llevamos muchos años funcionando para empresas emprendedoras llevamos también varios años focalizando nuestros esfuerzos en la parte industrial, proporcionando información y apoyo en todo lo que tiene que ver con este cambio.
-Y a nivel económico, ¿cómo pueden afrontar la inversión que esto supone?
-Dentro de la financiación, hay que destacar que desde hace años en el IDEPA las líneas más orientadas a la innovación ya recogen todos los supuestos que dentro del sector industrial vayan encaminados a promover este cambio, y además la Sociedad Regional de Promoción tiene desde este año a disposición de las empresas una línea de financiación que ofrece condiciones favorables (no son a fondo perdido), y que recoge todas las acciones que vayan dirigidas a implementar tecnologías y procesos propios de la industria 4.0.

Premios para pioneros digitales

En enero de 2019, cuatro empresas asturianas recibirán los galardones que reconocen su esfuerzo en el proceso de transformación digital hacia la industria 4.0. La cooperativa Campoastur recogerá el premio en la categoría Agroalimentaria.

Dosificación de materias en la fábrica eco, en Campoastur
Los premios Industria 4.0 nacieron de la mano de CTIC Centro Tecnológico y Caja Rural de Asturias para visibilizar a empresas que ya han iniciado su camino hacia la transformación digital y reconocer públicamente el esfuerzo que desarrollan para llevar a cabo iniciativas y proyectos innovadores en este ámbito. El próximo mes de enero, las compañías premiadas recogerán en el transcurso de un acto público un diploma acreditativo y una estatuilla diseñada a tal efecto.
En la primera edición de estos galardones son cuatro las empresas reconocidas. La empresa técnica de conexiones eléctricas Tekox ha destacado en la categoría Industrial por la aplicación de soluciones innovadoras mediante la incorporación de técnicas de fabricación aditiva, cloud computing, big data y visión artificial. Tierra Astur fue reconocida como Empresa Turística a la Vanguardia Tecnológica por su capacidad de innovación tecnológica orientada a la mejora de procesos, gestión de compras y stocks y comunicación digital con clientes. En la categoría Forestal es Maderas García Hermanos la que ha conseguido el galardón. La empresa cuenta con un proceso productivo automatizado y los empleados, a través de una aplicación móvil, pueden acceder a toda la información del aserradero.
La cooperativa Campoastur fue premiada en la categoría de Agroalimentación por su estrategia decidida y apuesta por la transformación digital hacia la Industria 4.0., fundamentalmente en los procesos de fabricación y logística.
La necesidad de mejorar la productividad de los pedidos fue lo que llevó a esta cooperativa a plantear cambios en la organización de la fabricación de sus productos y la logística del servicio. Javier Fernández, director técnico de producción animal, explica que «una de las acciones que realizamos es diseñar, fabricar y suministrar productos a las granjas de los socios y en algunos casos existe cierta tensión logística porque unido a una alta demanda y a periodos de estacionalidad bastante fuertes, muchos productos se diseñan a medida para la explotación». Dado que dentro de su cartera de productos de alimentación animal tienen alrededor de 50 productos estándar y 250 personalizados decidieron por un lado, instalar sensores en los silos de las granjas para poder automatizar los pedidos y poder hacer una previsión de los mismos. «El proyecto contempla que, a través de los sensores, los silos se comuniquen automáticamente con el software de la cooperativa. La otra parte, -explica Javier Fernández- consiste en un programa informático con unos logaritmos que, en base a la regularidad y a la recurrencia de los pedidos, extrae información para que la cooperativa pueda tener una previsión en cuanto a pedidos se refiere».
Entre las líneas de innovación por las que ha apostado recientemente la empresa se encuentra la fabricación y distribución de pienso ecológico, suministrando a clientes de diferentes puntos del norte de España. El proyecto también se apreciará en la logística del transporte de los productos, ya que al disponer el programa de geolocalización en las granjas, la información obtenida permitirá a la cooperativa obtener soluciones respecto al llenado de los camiones y las rutas de reparto.
El proyecto de Campoastur, que desarrolla con la ayuda de CTIC, se encuentra en una fase muy avanzada y «esperamos -añade Fernández- que en un futuro próximo lo podamos mejorar con otras utilidades en diferentes ámbitos de la empresa».

Open Innovation 4.0, un programa estrella

El programa de innovación impulsado por IDEPA y CEEI no para de conseguir reconocimientos internacionales.

Primera fase del programa Open Innovation 4.0
Con el galardón de Región Emprendedora Europea debajo del brazo, el Principado de Asturias saca pecho porque ha visto recompensada su innovadora estrategia en materia de emprendimiento. Y para conseguirlo ha presentado al Comité de las Regiones, organismo consultivo de la Unión Europea, dos ejemplos de buenas prácticas que demuestran su interés por la innovación, su espíritu inclusivo y la sostenibilidad.
El apoyo a la industria 4.0 ha tenido su protagonismo en parte gracias al programa Open Innovation 4.0, una iniciativa que impulsada por el IDEPA y el CEEI nace de la colaboración público-privada. En ella empresas tractoras plantean retos tecnológicos en el marco de la industria 4.0 y escuchan las propuestas de jóvenes empresas emergentes con las que luego pueden afrontar conjuntamente procesos de innovación. En la segunda edición de este programa participan siete empresas tractoras de diferentes sectores -Du Pont, Capsa, Idesa, MBA, PMG, Reny Picot y Telecable- que ya han presentado sus desafíos a startups, emprendedores y empresas de base tecnológica. A la convocatoria de esta segunda edición concurrieron 36 jóvenes compañías que presentaron en total 59 soluciones en forma de productos, servicios o proyectos para afrontar los retos tecnológicos. Sobre la mesa presentaron soluciones sobre trazabilidad de producto, geolocalización, relación digital con clientes y empleados, integración de procesos… Como novedad este año, las jóvenes empresas innovadoras pudieron ofrecer soluciones «motu-propio» por la vía de «reto abierto».
Los proyectos desarrollados viables pueden optar a una línea de financiación específica que el IDEPA convoca para la implantación real del plan en las firmas tractoras.
El programa OI 4.0 también ha motivado que el IDEPA fuese reconocida como la Mejor Agencia de Desarrollo 2017 por parte de la asociación Eurada, organismo que aglutina a entidades regionales de la UE. Aunque el último de los éxitos cosechados por el programa asturiano ha sido conseguir, el pasado día 20 de noviembre, el Premio Europeo a la Promoción Empresaria en la categoría de Mejora del Entorno Empresarial. El proyecto asturiano era el único representante nacional en los Premios EEEPA que la Comisión Europea impulsa para promover el espíritu empresarial y el crecimiento de las pymes europeas a niveles nacional, regional y local.
El segundo ejemplo de buenas prácticas, presentado por la región asturiana al Comité de las Regiones, fue el programa de Cultura Emprendedora de Valnalón que impulsa el espíritu emprendedor en los distintos niveles educativos. De esta forma, la entidad langreana consigue un nuevo reconocimiento de la UE.

El lugar de encuentro webCon vocación de lugar de encuentro para las empresas asturianas, el IDEPA ha creado la web asturiasindustria40.esFoto cedida por M.G.

En ella se refleja la información relevante del ecosistema innovador y de desarrollo tecnológico industrial en Asturias.

asturiasindustria40.es


La web recoge los diferentes aspectos que pueden atraer a las empresas asturianas interesadas en la innovación y el desarrollo tecnológico y que orientan sus pasos hacia la industria 4.0. En ella pueden encontrar información actualizada sobre eventos, casos de éxito, programas de apoyo, y también un directorio de firmas habilitadoras asturianas que podrán apoyar a las empresas en la aplicación de tecnologías innovadoras como el big data, la robótica avanzada, la ciberseguridad, la realidad virtual, sensórica, etc.
La plataforma que pone en marcha el Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias es una pieza más en la labor que desarrolla la entidad, junto al Centro Europeo de Empresas e Innovación, para impulsar la llamada cuarta revolución industrial. Para este objetivo, el IDEPA cuenta con otros aliados como son la Universidad de Oviedo y una red de centros tecnológicos entre los que figuran la Fundación Prodintec, la Fundación CTIC y la Red de Centros SAT gestionada por ésta, el cluster MetaIndustry4, el Cluster TIC, la Agrupación Empresarial Innovadora del Conocimiento, o la Federación Asturiana de Empresarios.

Juan Díaz. Gerente de Asincar

Asociacionismo, investigación, innovación y cooperación empresarial son algunos de los términos que definen Asincar, la organización cárnica más importante de Asturias, y a partir de la cual han nacido el primer centro tecnológico del sector a nivel nacional y un cluster agroalimentario.

Hace más de cuarenta años ya que la Asociación de Industrias Cárnicas (Asincar) empezó a dar sus primeros pasos. En aquel entonces, en 1977, un grupo de empresas del sector cárnico decidieron unirse para defender sus derechos. Y aunque el corazón de este gigante de la alimentación sigue latiendo con la fuerza que aportan sus firmas cárnicas asociadas, ochenta y tres en la actualidad, su labor de apoyo se ha extendido al resto de sectores agroalimentarios. Juan Díaz, gerente de la entidad, apunta algunos de los retos a los que se enfrenta la organización asturiana.

-Aunque vuestro sector es el de la carne, con el tiempo os habéis abierto a otras ramas agroalimentarias. ¿Por qué este desarrollo?
-Asincar nació como patronal para el sector cárnico en Asturias y en aquel momento con el foco puesto en problemas de comercialización y cuestiones relacionadas con los cambios normativos en la seguridad alimentaria. Lo que hizo al poco tiempo de constituirse fue crear su propio laboratorio. Esto es el germen de lo que es ahora, porque a partir del laboratorio y manteniendo esa unión de empresas, en 2004 se deciden profesionalizar las labores que se hacían desde Asincar como proveedor de servicios, y se crea la escuela de tecnología de la carne. Todo ese cóctel fue lo que hizo que en 2009 el Ministerio nos reconociera como Cluster y en 2011 como Centro Tecnológico.
Lo que sucedió es que el trabajo que estábamos desarrollando para la industria cárnica era muy cercano a la empresa y rápidamente otros sectores empezaron también a demandarnos servicios, principalmente fabricantes de platos pre-cocinados en base a carne o a pescado y conservas de pescado. A partir de ahí, empezamos a recibir demandas del sector hortofrutícola y más recientemente se están acercando a nuestro centro queserías, algunas pequeñas y otras no tanto.
-¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la asociación de empresas?
-El mayor reto que tenemos ahora es mantener la cohesión entre nuestros socios. Digo esto porque hemos crecido mucho en actividades de formación, de laboratorio, de innovación, pero tenemos que tener muy presente que a nosotros nos han creado las empresas asociadas, y ese rol asociativo no puede diluirse en el resto de nuestra actividad.

«En Asturias muchas empresas pequeñas venden productos muy similares en un mercado reducido y la competencia es dura»

-¿El sector cárnico ha abierto las puertas al resto de sectores agroalimentarios?
-Si, obviamente. El sector cárnico ha sido muy generoso con el resto de sectores porque el esfuerzo de crear toda la estructura desde el inicio hasta llegar a lo que somos hoy es gracias a este sector. En el año 2009 o 2010 tuvieron lugar los primeros debates para ver cómo podíamos extender nuestra actividad de servicios a otros productores. No hubo debate prácticamente porque realmente se vio que era de interés el hecho de que el resto de ramas agroalimentarias también se beneficiasen de una serie de actividades que tenía el sector cárnico.
-¿Qué necesidades os plantean mayormente los empresarios?
-Lo que más se plantea en los últimos años son cuestiones relacionadas con seguridad alimentaria y con cambios normativos. En el último año se han incrementado las dudas sobre requisitos para la exportación debido a un cambio normativo.
-¿La asociación de empresas, el cluster y el centro tecnológico, son tres marcas diferentes pero conectadas entre sí?
-Sí, tanto internamente como a nivel de nuestros socios y clientes lo tenemos muy estructurado. El rol asociativo es el que nos permite defender los derechos socioeconómicos del sector cárnico asturiano. El rol cluster trata de ver cuáles van a ser las necesidades sectoriales a un nivel más genérico para que la estrategia del sector vire hacia ese futuro. Por ejemplo, el consumidor final está empezando a demandar en otros países de Europa productos encuadrados en una alimentación saludable, pues una vez identificado esto, tenemos que poner en marcha actividades cluster para informar a las empresas. Otra parte es hacer proyectos en colaboración entre ellas para que puedan afrontar de manera conjunta los cambios que vean necesarios. Y por último, la parte centro tecnológica es una herramienta ejecutiva pura y dura de cuestiones técnicas, que se centra en la ejecución de proyectos de innovación.
-El año pasado, el Ministerio de Economía concedió al cluster el tercer premio al Mejor Proyecto en Innovación Colaborativa. ¿Qué valoraron para daros este reconocimiento?
-Este premio fue concedido por un proyecto de cooperación, Export Food Sudoe, que todavía mantenemos activo desde el cluster y con el que queríamos ayudar a las empresas a buscar colaboraciones con otras empresas en Europa para poder exportar. Estaba enfocado a pymes y micropymes que no tenían experiencia en exportación pero en las que nosotros diagnosticamos que sus productos podrían venderse fuera de España con cierta facilidad. El proyecto se llevó a cabo con agencias de desarrollo de Portugal y cámaras de comercio de Francia que a su vez lideraban a empresas en esas zonas.

«La sostenibilidad, el crecimiento de las empresas, pasa por plantearse nuevos horizontes»

-¿Qué retos tiene por delante la industria agroalimentaria en Asturias?
-Hay tres pilares que tienen que estar siempre activos y presentes en la cabeza de los empresarios agroalimentarios asturianos: la exportación, la innovación y la formación. Es casi circular este planteamiento porque una cosa muchas veces lleva a la otra. Si tú exportas tiene que ser desde la óptica de la sostenibilidad y cuando tus productos requieren de algún ajuste para poder ser aceptados en otros mercados, hay que tener una visión innovadora y proactiva para reformularlos. Todo esto exige una mente abierta para estar receptivos a nuevos conocimientos, a nuevas tecnologías y a nuevas tendencias sociales y las tres partes son importantes.
Un problema que hay en Asturias es que muchas empresas pequeñas vendiendo productos muy similares en un mercado reducido y la competencia es dura, así que la sostenibilidad, el crecimiento de las empresas, pasa por plantearse nuevos horizontes.
Por ejemplo, hay que plantearse si estás en el negocio de la venta del chorizo o la morcilla asturiana o si estás en el negocio de la venta de alimentos a la Unión Europea. Esto, aunque parece lo mismo no es lo mismo, una es una visión local y la otra es mucho más amplia en cuanto a producción y en cuanto a posibilidades de mercado.Laboratorio de Asincar
-La bioeconomía es una de las tendencias que apuntáis como referencia para un horizonte futuro. ¿Por qué es importante apostar por ella?
-En este concepto entra toda la parte de alimentos y aquí hay un reto del que se está hablando mucho y es el crecimiento de la población mundial: 9.000 millones de habitantes para 2050. Los estudios predicen que con el sistema productivo actual no es posible alimentarlos. La bioeconomía aborda el aprovechamiento de productos que puedan ser reutilizados en el ámbito alimentario. Hay que tener en cuenta que el 30 o 40% de la producción agrícola que se produce se desecha porque no cumple especificaciones de calibre o de tamaño adecuado y visualmente no son atractivos para el consumidor pero son sanos y potencialmente consumibles. Nosotros estamos trabajando con dos empresas, cogiendo esos productos y dado que no se van a poder consumir en fresco, se transforman en otro producto de mayor valor añadido para poder comercializarlos y no desperdiciarlos.
-Por último, vuestra entidad es una de las primeras en Asturias que empieza a dar sus primeros pasos con la vista puesta en la industria 4.0 ¿Qué actividad desarrolláis en este sentido?
-Hacemos tres cosas. Tenemos un programa con ayuda de la Fundación CTIC de diagnóstico de situación de las industrias y de mostrarles oportunidades. Los técnicos visitan empresas y hacen un diagnóstico de cómo están respecto al uso de estas tecnologías y de qué plan de mejora podrían tener para el futuro.
Otra cosa es un proyecto bastante revolucionario a nivel nacional, y es que estamos digitalizando nuestra planta piloto. Estamos creando lo que sería un soulroom de industria conectada para el sector agroalimentario, de tal forma que las empresas podrán venir a testar la tecnología en sí, o parte de la tecnología para ver si les interesa incorporarla.
Y la tercera cuestión, es que ayudamos a empresas a poner en marcha tecnologías relacionadas con este concepto. Trabajamos mucho en la parte de sensórica on line, para poder obtener medidas en tiempo real durante el proceso de producción. Por ejemplo, determinamos el grado de maduración de un embutido minuto a minuto, algo que ahora se hace de forma manual con un margen de error importante.

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VEROT. Espíritu innovador

Un año más la firma Verot, fiel a su naturaleza innovadora, apuesta por las nuevas tecnologías para obtener una diferenciación fundamental en un mercado altamente competitivo.

VEROT, TruLaser Tube 7000
Hace poco más de un año esta empresa asturiana inició los primeros pasos para adaptarse a la industria 4.0. Desde entonces ha llevado a cabo una intensa digitalización de su información, de sus procesos y servicios, que ya le está permitiendo maximizar su cadena de producción y mejorar sus productos. Esta nueva tecnología permite reducir tiempos de fabricación al disponer de un acceso total a la información de los procesos productivos.
Como parte del camino hacia la industria 4.0, Verot también está apostando por la tecnología de impresión 3D. El producto que se obtiene con esta impresión es puramente digital, por lo que dicha tecnología se enmarca dentro de esta nueva revolución industrial. Recientemente acaban de adquirir la impresora Trupint 3000, que se suma a la Trupint 1000 con la que iniciaron su andadura en este campo. Estos equipos ofrecen una gran versatilidad en impresión 3D metálica, y permiten la impresión en una gran cantidad de materiales: aluminio, titanio, cobre, latón, etc. Y no es su única ventaja. Esta tecnología permite la fabricación de piezas con huecos intermedios que serían imposibles de fabricar mediante fundición, lo que repercute en pesos de los productos mucho mas ligeros. De este modo se pueden obtener piezas de acero con iguales pesos que sus homólogas en aluminio, con la ventaja de su resistencia. Los tiempos de fabricación son otra de sus mejoras competitivas. Los largos procesos de fabricación que tiene la fundición se ven acortados drásticamente con la impresión 3D. Piezas que pueden necesitar seis meses de fabricación mediante fundición, se logran hacer en una semana con esta nueva tecnología. Gracias a ello, y como reconocen desde la misma dirección de Verot, el éxito de la tecnología de vanguardia es el éxito del cliente. No solo se evitan procesos de fabricación largos y complejos, sino que obtienen productos mucho más ligeros y resistentes.
La apuesta por el «producto completo» con diseño incluido, ha posibilitado un importante crecimiento de esta empresa en 2018. Para ello las exportaciones han sido fundamentales. En mercado nacional, reconocen desde la dirección, todavía no aprecia una clara recuperación. Incluso de cara al próximo año, no se muestran optimistas, ya que creen que hay una alta probabilidad de una nueva recesión económica. Ante ello, desde Verot opinan que es esencial mejorar el sistema productivo para paliar el problema de la recuperación de márgenes. Y en este camino, se encuentran mejoras como la 4.0 o la adopción de certificaciones como las ISO 9001 y la 14001 de las que Verot fue pionero.
Verot está especializado en procesos industriales de mecanizado de precisión. Para ello utilizan diferentes sistemas de corte: láser, chorro de agua y plasma de alta definición. Además cuentan con cizalla y punzonadora. Como complemento realiza tareas de grabado, plegado y soldadura de las piezas previamente cortadas.
Esta empresa de mecanizado nació en el año 1990 con el objetivo de fabricar un tipo de rótulo luminoso, que por aquel entonces no se fabricaba en España, denominado de lámina óptica. Dos años después comenzaría a trabajar con la tecnología de corte por láser, toda una innovación en aquellos tiempos. Ahora trabaja para sectores tan diversos como como el militar, nuclear, automoción, maquinaria, energías renovables, etc.
La ampliación de los sectores para los que trabaja, le ha llevado a inaugurar recientemente una ampliación de sus instalaciones en el polígono industrial de Tabaza, en Carreño, Asturias. De este modo esta pudiendo llevar a cabo los procesos logísticos de un modo mucho más fluido.
La innovación forma parte del ADN de esta empresa, y es una garantía en un sector en el que la optimización de procesos es fundamental para perdurar en el mercado.

VEROT, S.A. Polígono Industrial de Tabaza II. Parcela 30. 33438 Logrezana – Carreño (Asturias)
Tfno: 985 51 53 56 . Fax: 985 51 49 06

  •  E-mail: verot@verot.com 

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