Hace cinco años el Club Asturiano de Calidad apostó por crear un Instituto de Responsabilidad Social que ya es toda una referencia. Marino Zapatero, que ocupa la gerencia, reflexiona sobre lo que aporta esta iniciativa a la región asturiana.
Mejorar la gestión a través del intercambio de buenas prácticas y la cooperación. Esta podría ser una escueta explicación de lo que es el día a día del Club Asturiano de Calidad, una asociación sin ánimo de lucro que lleva desde sus inicios desarrollando actividades encaminadas a la Responsabilidad Social (RS) y la sostenibilidad.
-¿Cómo definís la Responsabilidad Social?
-Toda organización existe en un entorno. Si el entorno es malo, puede suponer un freno para la organización. Si, por el contrario, éste es bueno, puede ser una palanca para su desarrollo. En este contexto, es responsabilidad social todo aquello que la organización hace, dentro de su estrategia, para mejorar su impacto en sus distintos grupos de interés en el entorno, con el objetivo de mejorar sus resultados. Y aquí es muy importante cada matiz: sólo es responsabilidad social si sirve a la estrategia y se alinea con ella, si impacta positivamente en grupos de interés y además sirve para mejorar los resultados de la organización. Y cuando hablamos de resultados no necesariamente se trata de beneficio económico. Puede consistir en acceder a mejor talento, reducir rotación o absentismo, ser más productiva o innovadora gracias a mejores relaciones con clientes o proveedores, ser más eficiente por un mejor desempeño medioambiental, etc.
“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un referente ético y un reto operativo a nivel global”
-¿Se confunde a veces con otros conceptos?
-El discurso sobre la RS suele ser confuso. En muchas ocasiones, se entiende como un gasto y no como una manera de gestionar. Por ejemplo, una empresa con sede en Asturias cuyo centro de decisión esté fuera de España será más eficiente y además tendrá menor riesgo de deslocalización cuanto mejor –más eficiente, más segura…- sea su red local de proveedores y su cadena de suministro. Si está en su estrategia el compartir su conocimiento con esa red de proveedores, por ejemplo, colaborando con ellos, formándoles o ayudándoles a mejorar su productividad, todos ganan. Eso se enmarcaría dentro del concepto de responsabilidad social.
-¿A qué no podemos llamar RS?
-No es responsabilidad social lo que no cumple con los requisitos anteriores. Por ejemplo, las meras decisiones de gasto –aunque supongan un apoyo a una buena causa- pueden ser una buena acción pero no son responsabilidad social. De hecho, vincular el concepto de responsabilidad social a determinadas decisiones de gasto en lugar de a la forma en que se gestiona globalmente una organización no sólo es un error sino que puede contribuir negativamente a que la responsabilidad social se perciba como un factor real de competitividad.
-¿La figura del director de RS es todavía desconocida?
-Es una figura relativamente nueva, que por lo general sólo está presente en organizaciones de tamaño suficiente como para tener ese tipo de estructuras. Lo más común es que las funciones relacionadas con la responsabilidad social estén diluidas en distintos ámbitos de la organización. Ahora bien, que no exista un cargo específico en muchas organizaciones no quiere decir que no estén haciendo actividades de sostenibilidad y RS. Muchas organizaciones lo hacen pero no tienen una visión estructurada y no son necesariamente conscientes de ello. Simplemente hacen las cosas de determinada manera, asumiendo que una mejor relación con sus grupos de interés redunda en beneficio para todas las partes y tienen, por ejemplo, una gestión de personas positiva para mejorar sus resultados de satisfacción, productividad, absentismo, captación de talento, etc; o apuestan por la eficiencia de manera que su impacto medioambiental mejora…
-¿El futuro de las empresas pasa por ser socialmente responsables?
-Una organización socialmente responsable aprovecha mejor el potencial de su entorno y de los agentes con los que se relaciona generando, además, un impacto positivo. Por ello, por definición, mejoran su competitividad. En ese sentido, se trataría de una buena apuesta de futuro. Por otro lado, a nivel europeo el discurso político está muy en sintonía con los aspectos clave de la sostenibilidad y como conceptos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
-Asturias siempre tuvo fama de ser un territorio solidario, ¿hay por ello más sensibilidad hacia la RS que en otras comunidades autónomas?
-Yo creo que no hay diferencias significativas en materia de gestión entre Asturias y el resto de España que se puedan relacionar con el espíritu o los valores de un territorio. Las diferencias que se encuentren probablemente se deban más a aspectos coyunturales, como la existencia de programas de apoyo públicos a determinadas cuestiones o a la fuerza tractora de grandes empresas que deciden apostar por ciertos valores.
“Que no exista un cargo específico en muchas organizaciones no quiere decir que no estén haciendo actividades de sostenibilidad y RS“
-¿Por qué tomasteis la decisión de crear el Instituto?
-Los principales modelos de gestión, como el de Gestión Avanzada de Euskalit o el propio modelo EFQM, asumen que una organización, para estar bien gestionada, debe tener en cuenta su impacto en el entorno con el enfoque del que acabo de hablar. Técnicamente hay consenso en esa cuestión. Por otro lado, dado que el concepto aún se presta a confusión, creíamos que merecía la pena el esfuerzo de seguir sensibilizando: la RS, a día de hoy, todavía está en un estadio en el que requiere ser explicada.
-El Club de Calidad organiza un amplio calendario de actividades, muchas de las cuales se pueden emplazar en materia de sostenibilidad y RS.
-Este año superaremos ampliamente las 100 actividades. La mayoría de ellas se encuadran en estas cuatro temáticas: eficiencia y productividad, gestión de personas, modelos y sistemas de gestión y, finalmente, sostenibilidad. La programación de actividades se realiza siguiendo las necesidades y propuestas de nuestros más de 270 socios, bien mediante encuestas o bien mediante grupos de trabajo específicos, en los que son los socios los que deciden los temas a tratar en función de sus propios retos de gestión. En el ámbito de la sostenibilidad, hay aspectos sobre los que nos piden trabajar, como la gestión medioambiental, la economía circular o los ODS y por eso los integramos en nuestra planificación.
-¿Qué papel juegan dentro de la RS los ODS?
-Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un referente ético y un reto operativo a nivel global. Sirven, por ejemplo, para contrastar y enmarcar la gestión que ya están haciendo las organizaciones. Y también para inspirar mejoras o para hacer visible una manera de trabajar utilizando un código universal.