La labor de la Escuela Municipal de Música de Vegadeo es bien conocida en el occidente de Asturias. Llevan catorce años dedicados a la formación y de su actividad han nacido grandes conciertos y actuaciones, para beneficio de toda la Comarca.
Doscientos veinte alumnos acuden a las instalaciones de la Escuela en la calle Avenida de Taramundi de Vegadeo. El centro es también un punto de encuentro intergeneracional donde niños, jóvenes y mayores confluyen en la música. José Luis Alvarez Braña, director de la Escuela, explica cómo fue evolucionando la misma. «En 2004 todavía no había ninguna formación estable, la Escuela solo se dedicaba a dar clases, pero a partir de ese año creamos otro proyecto educativo. Decidimos mantener el tipo de clase que había, individual tanto para jóvenes como para adultos y educación musical desde los cinco años, pero además de las clases el centro tenía que mantener una relación con su entorno dentro del concejo». Dicho y hecho, además de participar en actos municipales, la Escuela también empezó a hacer colaboraciones con centros escolares, asociaciones, clubes del entorno, etc.
«Empezamos a colaborar estrechamente con la Residencia de la Milagrosa que gestiona la Asociación Caridad Vegadense. El concierto anual de Navidad lo hacemos en el salón de actos de la residencia en vez de hacerlo en la Casa de Cultura», añade Braña.
Por eso, ahora es posible asistir a muchos conciertos organizados por el centro musical veiguense en los que principalmente se busca ofrecer calidad a través de un repertorio atractivo para el visitante. La evolución se ha hecho patente a lo largo de los años; el director, también profesor de saxofón y acordeón, añade que «en las primeras actuaciones el público asistente estaba conformado por familiares del alumnado. Hoy en día tenemos gente fija que es de Castropol, Ribadeo, San Tirso, Taramundi, y del propio Vegadeo, personas que no tienen ningún vínculo familiar con nadie de la Escuela».
«Es muy bonito ver cómo se crean lazos entre mayores y jóvenes. Resulta simpático ver a un crío diciéndole a un adulto ‘esa nota no es, te estás equivocando’ y cómo el adulto le mira con admiración»
Entre las actividades que llevan a cabo se encuentra un ciclo de música que realizan en zonas rurales como Piantón, Paramios, Abres y Meredo, algunas de las parroquias más pobladas del concejo. «Hacemos un concierto al mes y se hace de forma compartida entre profesores y alumnos, a veces tocamos juntos y otras por separado, pero siempre buscando que resulte pedagógico para el alumno y de interés para el público».
La evolución de la pirámide demográfica poblacional en concejos como Vegadeo, con un descenso en la natalidad y un incremento en la población de mayor edad, se refleja en el alumnado de la escuela. «Antes había muchos niños y jóvenes y muy pocos adultos, esto está cambiando porque la gente jubilada quiere aprovechar las oportunidades que no tuvieron de niños. Ahora, un 30% de los alumnos son adultos».
El rango de edades varía enormemente, desde el más joven de cinco años hasta el de más edad con setenta. Álvarez explica que la mezcla intergeneracional es muy positiva. «En el momento en que se juntan para hacer música da igual la edad y es muy bonito ver cómo entre adultos y jóvenes se crean lazos. Resulta simpático ver a un crío diciéndole a un adulto ‘esa nota no es, te estás equivocando’ y cómo el adulto mira al niño con admiración».
Por lo pronto, la actividad de la escuela cumple una destacada función dinamizadora en la vida social del concejo, realizando entre quince y veinte actuaciones a lo largo del año. Braña reflexiona sobre la importancia de estos centros que no solo realizan una labor formativa si no que también «crean actividades para la gente del concejo de una forma totalmente gratuita porque puede acudir a la Casa de Cultura a escuchar un concierto, o vernos en diferentes actos. Las escuelas de música suponen una inversión para los ayuntamientos pero nadie cuantifica el dinero que es posible ahorrar en actuaciones musicales a lo largo del año y cómo nuestra actividad redunda en la sociedad».