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jueves 12, diciembre 2024

SOS frente al sufrimiento y suicidio juvenil

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Cada vez son más los adolescentes españoles que acuden a Urgencias por problemas de salud mental. La pandemia ha disparado los índices de ansiedad y depresión en un sector vulnerable, que ha visto cómo un mundo en caótica transformación limitaba su interacción social y trastocaba su forma de vida. En Asturias, distintos colectivos demandan mejoras en la atención pública sanitaria al tiempo que ofrecen su ayuda a la población juvenil.

Fue el pasado mes de mayo cuando un grupo de investigadores catalanes dio la voz de alarma definitiva con las conclusiones de su informe a nivel nacional Una mirada a la salud mental de los jóvenes. Dicen que cuando el río suena, agua lleva y en este caso venía sonando desde hace muchos meses. Los expertos preveían que el estrés, el miedo y la incertidumbre provocados por la crisis sanitaria fuera especialmente devastadora emocionalmente para niños y adolescentes. Y así ha sido, con cifras mayores en ansiedad, trastornos alimentarios, conductas autolesivas y un incremento en el suicidio juvenil.
El aislamiento social, el vivir alguna experiencia traumática como puede ser la muerte de algún familiar o el impacto económico de la crisis en el ámbito del hogar son algunos de los factores responsables de un mayor sufrimiento juvenil.

Niño escondido en el armario

Las cifras del informe ratificaron un incremento de un 45% de adolescentes atendidos en Urgencias por problemas psicológicos o psiquiátricos durante los tres primeros meses de 2021. Los investigadores del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona apuntaban que el estrés experimentado por los efectos del confinamiento y las restricciones sociales, especialmente en aquellos jóvenes con alguna patología previa, era uno de los factores desencadenantes. También a una mayor dificultad de chicos y chicas para acceder a las consultas de atención primaria a causa de la pandemia.

Los datos coinciden con los reflejados en otros estudios. Desde CANAE (Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes) se alertaba que la pandemia había disparado los trastornos alimentarios (bulimia, anorexia, atracón…) debido a un incremento del estrés. El informe elaborado por este colectivo indicaba que para siete de cada diez estudiantes la salud mental era su principal preocupación tras la irrupción del coronavirus, por delante incluso de otros como los derechos de los alumnos, los exámenes y métodos de evaluación. La ansiedad, que experimentaron entre el 10% y el 20% de estudiantes de ESO, FP y Bachillerato, figuraba como el principal problema de salud, pudiendo derivar en un 5% del alumnado en depresión.

“Nadie se plantea que un niño de diez años pueda tener una depresión, pero sí que existe la depresión infantil y hay que ver qué es lo que hay en su entorno que la pueda estar provocando”
Rosa de Arquer, psicóloga

En Asturias, colectivos como la Asociación Hierbabuena han observado in situ cómo los confinamientos y las restricciones sociales han alterado las rutinas y modificado las dinámicas de la juventud, con consecuencias directas en la salud mental. “Las personas que necesitaban por temas de salud socializar y no estar a solas con sus pensamientos lo pasaron muy mal” explica Paula Álvarez, integradora social y coordinadora de voluntariado de este colectivo asturiano que está compuesto por personas con diversidad mental, que saben lo que es vivir una experiencia de sufrimiento psicosocial.
Desde la organización también han detectado el incremento de personas con problemas mentales y el agravamiento de los casos ya conocidos, tanto en jóvenes como adultos.

Grupos de apoyo contra el aislamiento

Paula, con veintinueve años, es la persona de Hierbabuena con más experiencia en grupos de apoyo para jóvenes. “En 2019, llevamos a cabo un proyecto en Avilés llamado GAMA Joven, que, entre otras cosas, permitió la creación de un grupo de apoyo mutuo para jóvenes. Surgió porque la Asociación de participación juvenil El Patio estaba llevando a cabo un estudio sobre las problemáticas cada vez mayores de depresión y ansiedad entre jóvenes, principalmente en los institutos. Contactaron con Hierbabuena porque querían sacar conclusiones, ver las necesidades y también posibles recursos y herramientas. Nosotros ya teníamos experiencia tanto con jóvenes diagnosticados por la psiquiatría como con jóvenes no diagnosticados porque, en 2016, habíamos desarrollado un proyecto Erasmus Plus que trataba de identificar las barreras psicosociales que impedían a los jóvenes con problemas de salud mental participar en la sociedad. Analizamos lo que nosotros llamamos el ‘cuerdismo’, las actitudes y comportamientos discriminatorios que desde un nivel de superioridad muestran las personas que se consideran cuerdas hacia aquellas personas con problemas de salud mental. Ese bagaje nos permitió sacar adelante el proyecto GAMA Joven con el que promocionamos y dimos a conocer cómo funcionan los grupos de apoyo mutuo en institutos de Avilés”.

Chico con mascarilla acariciando un gato

Un GAM, como es conocido el grupo de apoyo mutuo, es un espacio en el cual diversas personas que comparten un mismo problema o dificultad se reúnen por voluntad propia para intentar superar o mejorar su situación. A través de estas reuniones los participantes pueden expresar sus sentimientos y emociones y encontrar una retroalimentación, una empatía y la comprensión de quien ya ha vivido una experiencia similar. “En estos grupos cada uno habla desde su propia experiencia. No se trata de dar consejos, pero cuando te estás cayendo sentirse entendido y que te arropen es mucho. Te permite salir del aislamiento que provoca el sufrimiento que sientes, luego lo otro se irá solucionando”, explica Paula, que conoce en primera persona lo que es tener un estado depresivo y pasar por este proceso vital. “Las experiencias que hemos tenido han sido muy satisfactorias. A la gente le venía muy bien, querían participar y luego se sentían genial”.

Pero la pandemia no ha facilitado el trabajo a los GAM durante el pasado año 2020. Han tenido que recurrir a videoconferencias para mantener el contacto entre los miembros del grupo, con las dificultades inherentes a la brecha digital. “En la Asociación hemos observado que el confinamiento ha pegado fuerte, tanto en jóvenes como en no jóvenes -añade Paula-. Yo llevaba un grupo de apoyo por Whatsapp y a veces por Skype, muchos integrantes eran universitarios a los que les había cambiado totalmente sus dinámicas y la ansiedad iba a más. El miedo extremo y la incertidumbre son disparadores de ansiedad que era lo más mayoritario en el grupo y es muy común en todas las personas que tienen sufrimiento psicosocial”.

Los expertos preveían que el estrés, el miedo y la incertidumbre provocados por la pandemia fuera especialmente devastadora emocionalmente para niños y adolescentes. Y así ha sido, con cifras mayores en ansiedad, trastornos alimentarios, conductas autolesivas y suicidas.

Las restricciones aparejadas a el Covid paralizaron en cierta medida los GAM promovidos desde la Asociación Hierbabuena, pero la coordinadora de voluntariado cuenta con que próximamente puedan volver a realizarse de forma presencial en diferentes localidades de Asturias. “Parece que ahora cuesta un poco arrancar, porque la gente perdió el hábito del contacto, de hablar incluso, y eso es muy preocupante, aunque es comprensible por el aislamiento. Hay que incentivar esa participación, para ello próximamente daremos formación para facilitadores (personas que como ella conducen los grupos). Queremos relanzar grupos en Oviedo, Gijón y Avilés y esperamos ponerlos en marcha en el mes de septiembre”.

Los agujeros del sistema público sanitario

Desde Hierbabuena advierten de las deficiencias del servicio de Salud Mental, con tendencia a medicalizar en exceso los trastornos de ánimo en vez de facilitar una atención psicológica. En esto coincide el grupo municipal ‘Participa Joven’ que reclama que los fármacos no sean la principal solución y vayan acompañados de otros métodos terapéuticos en la atención a la población juvenil. El grupo, que impulsa el Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Avilés, también ha concluido que este sector no es atendido de forma satisfactoria en lo que se refiere a salud mental tras realizar una encuesta anónima a 444 personas con edades comprendidas entre los 12 y 30 años y entrevistas a profesionales del área de salud mental. El objetivo de este sondeo era analizar la respuesta de los servicios públicos en esta materia y conocer en qué medida la crisis del Covid-19 estaba afectando al bienestar emocional de los y las jóvenes de estas edades.

Otra de las conclusiones es la insuficiente plantilla de psicólogos públicos para cubrir la demanda de la juventud en esta materia, perjudicando a aquellos que no pueden acudir a consultas privadas.
La saturación del sistema sanitario también se apreciaba en la periodicidad de las consultas, dilatándose en el tiempo de forma que el trastorno no podía ser atendido en el momento adecuado.

 

El suicidio nunca es la salida

Niña en las vias del tren El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes europeos y la segunda en la franja de 15 a 29 años. Por eso, la creación de recursos orientados a la prevención es más que bienvenida. Asturias tiene desde el pasado mes de septiembre una web orientada a la población adolescente: esmivida.org

No es fácil llegar a este sector de población bajo los recursos tradicionales, los jóvenes de hoy día utilizan el móvil para enviar mensajes y participar en redes sociales, pero no abundan las llamadas a colectivos que ofrecen su ayuda en momentos de dificultad. En el Teléfono de la Esperanza lo saben bien. Llevan muchos años atendiendo las llamadas de quienes necesitan ayuda al otro lado del teléfono, alrededor de 7.200 cada año, pero de estas comunicaciones pocas son las que corresponden al sector de población más joven.
Por eso, en septiembre de 2020, con la ayuda del Club Rotary de Gijón se puso en marcha un proyecto que busca ofrecer apoyo a jóvenes de entre 13 y 19 años a través de la web esmivida.org
La plataforma elaborada por psicólogos aborda las diferentes situaciones emocionales que pueden originar sufrimiento a este sector de población, así como los problemas que pueden encontrarse. La intención de este recurso es que los usuarios puedan entender su sufrimiento y aceptarlo con normalidad, para luego poder compartir su experiencia y buscar ayuda.

“Infravaloramos cómo viven las experiencias y el sufrimiento la gente joven, más bien las ignoramos. (…) Muchas de las historias que nos cuentan los adultos tienen sus raíces en la infancia y la adolescencia”
Beatriz Menéndez, vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza en Asturias.

“Un problema o una dificultad también es un reto” es la frase que abre esmivida.org, la web que se pone en la piel de los adolescentes para reconocer e identificar los distintos problemas a los que se enfrentan en su día a día. Lo hace utilizando recursos como el cómic para explicar que tener miedo, sentir celos, verse aislado, deprimido o asustado en determinados momentos de nuestra vida es algo absolutamente normal.

Según recoge el Libro Blanco Depresión y Suicidio 2020 las razones publicadas por adolescentes en redes sociales que aducen para sentirse suicidas convergen en seis motivos principales: sentimientos de soledad y desconexión social, experimentar algún estigma relacionado con la propia identidad, sentimientos de fracaso con respecto a expectativas sociales y culturales, desesperanza, baja autoestima y síntomas de trastornos mentales.

Rosa de Arquer, psicóloga y voluntaria durante muchos años en el Teléfono de la Esperanza, explica que “el suicidio es multicausa, no hay un único factor de riesgo al que podamos achacar esta conducta. Según los estudios registrados en la población general, cerca del 90% de los suicidios tienen asociados un trastorno psicológico diagnosticado, pero esos diagnósticos no se realizan en la población infantil. Nadie se plantea que un niño de 10 años pueda tener una depresión, pero sí que existe la depresión infantil y hay que ver qué es lo que hay en su entorno que la pueda estar provocando. Un factor de riesgo puede ser el bullying, sufrir acoso en el entorno escolar, con la dificultad añadida de que con las nuevas tecnologías este puede ser permanente. Al llegar a casa los niños siguen recibiendo imágenes o mensajes, que les impiden desconectar y tener un entorno seguro. Esto es algo que no pasaba antes”.

La plataforma esmivida.org, elaborada por psicólogos, aborda las diferentes situaciones emocionales que pueden originar sufrimiento a este sector de población, así como los problemas que pueden encontrarse.

esmivida.org
Joven consultando la web esmivida.org

La vulnerabilidad es especialmente alta durante la adolescencia, y puede incrementarse notablemente en personas jóvenes con orientación homosexual o bisexual, pudiendo ser entre cuatro y seis veces mayor el riesgo de suicidio que entre sus compañeros heterosexuales.
Ante esta realidad, los centros educativos se posicionan como los lugares más apropiados para desarrollar programas de prevención e identificación de forma temprana de problemas que puedan desembocar en casos de suicidio.

En Asturias, centros de Oviedo y Gijón ya han experimentado con el programa “Salud emocional en las aulas” que, organizado por el Teléfono de la Esperanza, se dirige a alumnos de entre 11 y 18 años. Los menores participan en talleres de autoestima en los que les enseñan cómo quererse a sí mismo y a los demás, talleres de resiliencia para poder superar las dificultades, etc.

“La percepción que tenemos de la juventud es que la estamos haciendo muy blandita. Evitamos a los niños cualquier tipo de sufrimiento, de conflictos, como por ejemplo, en el duelo”

Precisamente sobre esto último incide la psicóloga asturiana, el déficit de resiliencia es algo que preocupa a los expertos que hacen hincapié en la necesidad de reforzar la capacidad de resolución de conflictos de los más pequeños. “Hay factores personales que hacen que una persona por su carga genética venga más predispuesta a afrontar de forma adecuada las dificultades, pero la resiliencia es algo que se aprende y se aprende en relación a tu entorno-, añade Arquer-. La percepción que tenemos de la juventud es que la estamos haciendo muy blandita. Evitamos a los niños cualquier tipo de sufrimiento, de conflictos, como por ejemplo, en el duelo. Antes acudían a los tanatorios y ahora cada vez son más los padres que les apartan de ese dolor, pero precisamente cosas como esta son las que construyen la resiliencia que surge de enfrentarse a retos que suponen una dificultad. Si les retiramos la posibilidad de hacerlo les retiramos la posibilidad de fortalecerse, algo que les ayuda en el presente pero también en el futuro, en la edad adulta”.

Sobreproteger a los niños evitando hacerles partícipes de las emociones que experimentan los adultos, en momentos tristeza, frustración o dolor, no siempre es positivo. Cuando los niños crecen y se encuentran con una emoción de este tipo no saben cómo expresarla porque nunca la han visto y perciben que la gente ‘normal’ no se siente así, pudiendo conducirles al aislamiento.

Una plataforma para jóvenes

Quien entre en esmivida.org no encontrará consejos, ni mucho menos indicaciones sobre lo que uno ha de hacer con su vida, pero sí un reducto de empatía en un periodo difícil de su existencia: la adolescencia. Si lo desea, sabrá dónde y a quién pedir ayuda cuando el sufrimiento le atenace, pero sobre todo encontrará ‘normalidad’ y respuestas a unas preguntas para las que a menudo no encuentra contestación. Dejará de sentirse un ser extraño, cuyos pensamientos e ideas difieren del resto, para comprobar que lo que a él o a ella le pasa les ocurre a muchos otros y siempre hay una salida, alguien con quien hablar. Podrá identificar sus problemas, encontrar vías de salida y dejar de sentirse solo.

Beatriz Menéndez, vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza de Asturias, fue la persona a la que le surgió la idea de crear la web: “creo que infravaloramos el cómo viven las experiencias y el sufrimiento la gente joven, más bien las ignoramos. Pensamos que lo experimentan de otra manera, y lo cierto es que muchas de las historias que nos cuentan las personas adultas que conectan a través del Teléfono tienen sus raíces en la infancia y la adolescencia. Momentos en los que ese chico o chica se sienten solos porque no han encontrado el apoyo que necesitaban o porque, simplemente, la vida se lo puso difícil”.

Campaña promovida por el Teléfono de la Esperanza

 

Para esta integrante del colectivo lo importante es que este recurso elaborado por un equipo de psicólogos llegue hasta donde no lo consiguen otras estrategias y ayude a los jóvenes que se encuentran con dificultades importantes. “Para nosotros, los que lo creamos, fue un trabajo muy bonito que disfrutamos mucho. Nos pasamos tardes enteras hablando de la emoción y viendo que cuando menos lo esperábamos introducíamos un sesgo adulto, algo que queríamos evitar a toda costa. Creemos que el resultado fue muy bueno, las ilustraciones tienen mucha fuerza, pero todavía es pronto para tener referencias sobre la incidencia que pueda tener”.

En Asturias, centros de Oviedo y Gijón ya han experimentado con el programa “Salud emocional en las aulas” que, organizado por el Teléfono de la Esperanza, se dirige a alumnos de entre 11 y 18 años.

La web recoge también algunos de los relatos cortos premiados en el I Concurso Te regalo una coma, para que sigas escribiendo tu historia. Las historias narran vivencias de diferentes jóvenes que han afrontado alguna dificultad psicológica o emocional. “Nos ha sorprendido la profundidad y la calidad de estos relatos, se aprecia que se han escrito en base a vivencias propias. Me siento privilegiada de haber podido leerlos y nos gustaría encontrar la forma de publicarlos todos, no solo los ganadores”, añade Beatriz. Desde el Teléfono de la Esperanza consideran que las narraciones constituyen un material excepcional para conocer la visión y las dificultades que atraviesan adolescentes y jóvenes en estas etapas de la vida.

Píldoras informativas para tiempos difíciles

Con el objetivo de promover el bienestar emocional de los jóvenes, el Consejo de la Juventud del Principado de Asturias ha puesto en marcha una campaña con píldoras informativas sobre salud emocional y recursos en Asturias. La iniciativa cuenta con la colaboración de tres colectivos asturianos: Afesa Asturias, Asociación Hierbabuena y El Teléfono de la Esperanza. Pretenden, entre otras cosas, dar a conocer a la población los recursos que tiene ante situaciones emocionales de miedo, aislamiento, preocupación, cansancio… y alertar ante la aparición de posibles trastornos mentales.

Píldoras informativas sobre la salud emocional
Píldoras informativas

La última píldora informativa explica qué es la ansiedad, cómo esta es una respuesta adaptativa del cuerpo ante una situación de peligro o de amenaza y por tanto una reacción normal. Y que solo debemos preocuparnos cuando no esté adaptada a las circunstancias, cuando se vuelve permanente o frecuente y cuando es demasiado intensa. En estos casos ya se habla de un trastorno de ansiedad.
Los colectivos, con una amplia experiencia de ayuda psicosocial, ofrecen su ayuda gratuita. De una forma sencilla, a través de los teléfonos y el correo electrónico es posible conectar con cualquiera de ellos. Al otro lado del teléfono quien lo necesite encontrará una voz amiga.


Hierbabuena
[email protected]
672 044 919
697 294 595

Afesa
[email protected]
985 11 51 42
985 11 01 76

El Teléfono de la Esperanza
esmivida.org
985 22 55 40

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